Los lobos se cobran la vida de un potro en el Valle de Anciles y agotan la paciencia de los ganaderos locales

«Desde ahora y hasta dentro de un mes, todos los días serán así». Este es el lamento de un ganadero de la montaña leonesa, impotente y visiblemente emocionado tras haber perdido un potro y un ternero en menos de 48 horas debido a los ataques de lobos, ante los cuales se siente indefenso. «No somos nadie, da igual si protestamos o no, no llega a ningún sitio nuestra queja».

Jesús, que tiene su ganado en el Valle de Anciles en Riaño, enseña una foto del potro unas horas antes de su muerte. «Siento impotencia máxima. A mi nadie me va a indemnizar por esto, es una vergüenza. Y si me pagan, me darán una cantidad que casi es para reírse de mi, una falta de respeto. Deberían pagar cada ternero al precio al que se vendan sus hermanos», lamenta, pues asegura que en caso de recibir algo, será incluso menos de un tercio del valor que obtendrá por otros terneros similares.

Para este ganadero, lo más molesto, es «que tomen las decisiones desde Madrid sin entender la montaña». Según afirma, «todos quieren al lobo y a todos les gusta venir a ver al lobo nadie quiere poner dinero para que que el lobo coma», y es que, como dolorosamente señala, «esos bichos tienen que comer y, hasta que los cervatillos y los jabalís no salgan, siempre habrá una tragedia que lamentar».

«Está muy bien que los señoritos vengan a ver al lobo desde Madrid, pero lo que ellos no entienden es que el lobo se come mi ganado. El lobo es muy bonito desde Madrid», explica con indignación. «Aquí no pegamos ojo en toda la noche, estás en vela pensando a quién le va a tocar esa noche. Porque aunque hay quien no lo ve, pero están jugando con nuestra comida, mi ganado es el alimento de mis hijos».