«Las tradiciones nos facilitan proyectar un futuro común»

Las personas creamos cultura. Nuestra forma de actuar, sentir, pensar; la lengua que hablamos, la comida, el arte, las creencias son algunas expresiones de nuestra cultura. Las costumbres cambian, se adaptan a las nuevas situaciones, pero no deben ser olvidadas. Con ellas viaja en el tiempo parte de nosotros mismos, de nuestra memoria; se transmiten de generación en generación, los niños aprenden de los adultos y los adultos de los ancianos.

Un pueblo sin tradiciones es un pueblo sin pasado, sin vida, sin historia. Madroñal es un pueblo con sus tradiciones y costumbres. Una de las más bonitas es en la noche del Sábado Santo, cuando los mozos ponen un ramo adornado con dulces y regalos en la casa de las mozas a las que quieren enamorar; y otra, la Feria de la Cereza, que se celebra coincidiendo con las fiestas patronales de Santa Ana.

Nuestros mayores nos han enseñado a amar nuestro pueblo. Las personas que visitan Madroñal siempre vuelven, en él todo es paz, armonía, cercanía... Los más pequeños cuando vienen a veranear con los abuelos y llega la hora de partir a sus lugares de residencia se van contando los días que quedan para su regreso y eso es una satisfacción.

Madroñal se niega a dejar atrás su cultura. Consideramos que las tradiciones son lazos que estrechan las relaciones del pueblo, nos dan identidad y un rostro propio, nos facilitan proyectar un futuro común.

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