Medinaceli: un singular toro de fuego con indulto

Conserva su encanto de ciudad medieval, en la que pasado y presente conviven en un entramado urbano que está declarado Conjunto Histórico Artístico. Medinaceli cuenta con un reconocido patrimonio arquitectónico y natural, que se complementa a la perfección con antiguas tradiciones populares y una gastronomía típica.

Dentro de su rico patrimonio inmaterial destaca el Toro Jubilo, la única fiesta de toro de fuego que queda en la región. Declarada en el año 2002 como Espectáculo Taurino Tradicional de Interés Turístico de Castilla y León, la cita se celebra el sábado más cercano al 13 de noviembre. Da comienzo a las 23:15 horas en una Plaza Mayor que congrega a centenares de participantes y curiosos. Es entonces cuanto un hermoso y cuidado astado, cubierto de barro desde las patas a la testuz, y embolado con el método tradicional y antiguo a base de cuerdas, tela de arpillera y astillas de madera, enarbola sobre su cornamenta un asta metálica o gamella, sobre la que dos grandes bolas de fuego arden al llegar la medianoche.

La tradición del Toro Jubilo se remonta a celebraciones que se vienen realizando en España desde hace más de dos milenios a raíz de la utilización de los toros con fuego en las Guerras Púnicas. En Medinaceli el animal es atado a un poste con una cuerda que habrá de ser cortada por un mozo de la localidad. El valiente que más ha pujado en una subasta previa, con un cuchillo curvo, será el encargado de cortar la soga. En el recinto lucirán cinco hogueras, en honor de los cinco Cuerpos Santos, patronos de la villa. Cuando acabe el rito, el astado volverá a su ganadería y será cuidado con mimo.

La tradición, que se remonta a siglos atrás, siempre ha marcado que el toro tiene que ser indultado. Es más, a pesar de que la legislación autonómica exige el sacrificio de todas las reses utilizadas en los espectáculos taurinos, como excepción a esa norma el artículo 5 de la Ordenanza Municipal establece que el Toro Jubilo, «siguiendo la costumbre secular, será indultado al finalizar el festejo».

Entre las tradiciones más típicas de Medinaceli también es necesario resaltar el Culto de los Cuerpos Santos, que se celebra el 11 de noviembre, y las fiestas dedicadas al Beato Julián que se llevan a cabo en agosto con gran afluencia de vecinos y visitantes.

La gastronomía es otro de los puntos fuertes de la localidad. Los productos obtenidos del cerdo están muy presentes en la cultura gastronómica de este enclave. En la localidad se pueden degustar guisos como patatas con costillas o con sangre, además del rabo de toro o el ternasco al que, para darle un toque diferente, se le añade un pellizco de tomillo y romero.

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