Medinaceli, un pueblo que nunca se olvida

Sin duda, estamos orgullosos de nuestras raíces. Esas que se viven al pasear por las calles de Medinaceli que guardan el encanto medieval de nuestra localidad, y aquellas que se han conservado en forma de tradiciones heredadas de nuestros antepasados. La belleza del entramado urbano de Medinaceli, declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1964, conquista al visitante. En su paseo descubre un pueblo que deja huella y que ha sido clave en muchos momentos a lo largo de la historia.

El recorrido por su belleza patrimonial podría comenzar en el Arco romano, único de la península ibérica, con tres arcadas y construido en el siglo I; para seguir luego hacia la muralla y el mirador del Cid. El castillo siempre vigilante, la puerta árabe, el palacio de los duques de Medinaceli, la Alhóndiga o la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción son paradas obligadas para todos aquellos que se adentran en nuestra villa.

Patrimonio que, además, se acompaña de la belleza natural que marca la ubicación de Medinaceli. Enclavada en la montaña a 1.210 metros de altitud en el Alto Jalón, con magníficas vistas al Sistema Ibérico y al camino cidiano del valle del Arbujuelo.

Entre nuestras tradiciones, la más ancestral y significativa es el Toro Jubilo. Se trata de la única fiesta de toro de fuego que queda en Castilla y León y que se contempla como Espectáculo Taurino Tradicional de Interés Turístico. Una costumbre muy arraigada que se remonta hasta tiempos inmemoriales. Singularidad también por el indulto del toro que define esta tradición tan nuestra. El Culto de los Cuerpos Santos o el homenaje al Beato Julián también acompañan nuestra vida a lo largo del año, en actos traspasados de generación a generación. Atractivos materiales e inmateriales que se aderezan a la perfección con la gastronomía típica y tradicional que no deja a nadie indiferente. Medinaceli es un pueblo que nunca se olvida.

• Temas
• Medinaceli
• Soria (Provincia)
• Municipalismo 2021 en Internet