La situación del Hospital del Bierzo está lejos de ser la ideal en una pandemia en la que, a la tercera, llegó la más dura. Esta realidad ha traído unas cifras que han obligado a derivar a pacientes bercianos a León, Zamora y Salamanca.
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La UCI arrojaba este martes una estadística demoledora. La ocupación alcanzaba el 193%. Esto se explica porque, si se suma la UCI con los espacios extra habilitados como UCI temporal (la zona de Unidad de Reanimación postanestésica y hospitalización de medicina interna) se alcanzan 28 camas, de las que solo quedaba libre una.
En rueda de prensa la consejera de Sanidad ya ponía el acento en la grave situación por la que pasaba el complejo berciano semanas atrás, algo que confirman fuentes médicas consultadas del propio hospital. «Confiamos en empezar a estar en ese punto de inflexión, porque la UCI está muy tensionada».
Como se apuntaba, mientras la primera ola no fue tan dañina con la comarca, la tercera ha supuesto un jarro de agua fría a la zona en lo relativo al virus. «Ha habido una sensación de confianza, en la primera hubo como mucho dos semanas de ocupación alta sin exceso de mortalidad, pero tras ello se percibió una relajación que ahora tiene consecuencias», comenta el sanitario consultado a leonoticias.
Tal es así, que hasta la media ha bajado. De los 80 años en UCI, ahora no es raro que ingresen en Cuidados Intensivos personas de 48 (como en las últimas horas), y de 25 en planta.
De hecho, llaman la atención sobre un factor que está resultando clave en los cuadros agudos de coronavirus. «Un factor de riesgo importante es la obesidad, una persona con sobrepeso de 40 años tiene más riesgo casi que uno de 70 con buena salud».
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Ante esta situación, los sanitarios hacen un llamamiento concreto. «Yo ahora mismo les diría que si sus padres tienen que ser ingresados en UCI puede llegar el momento en el que ya no hay más camas habitables ni capacidad del personal de ver a más pacientes», confiesan.
«Para mí como médico, la sensación es de frustración. La gente fuera del Hospital vive en una realidad paralela y no es consciente de cómo estamos dentro. Hay una frustración, cierto enfado con la sociedad y un poco de abatimiento, pero se trabaja dando el 100%», lamentan.
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Mirando al futuro, no son pocos los sanitarios consultados que ven un «gran error» en una posible «apertura brutal» en la Semana Santa: «Eso llevará a una cuarta ola seguro».
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