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Nuevo revés en los casos de pederastia en el seno del Seminario Menor de La Bañeza dependiente de la Diócesis de Astorga. Ángel Sánchez Cao, el sacerdote leonés apartado el pasado mes de enero por presuntos abusos sexuales, ha presentado una denuncia contra Emiliano Álvarez, el exseminarista que le señaló por primera vez.
Concretamente, el que fuera sacerdote en el municipio gallego del Barco de Valdeorras, ha interpuesto una querella criminal por un presunto delito de injurias y de calumnias en el Juzgado de Instrucción nº8 y de Primera Instancia de Ponferrada.
Una denuncia, a la que ha tenido acceso en primicia leonoticias, y que la representante legal de Sánchez Cao apoya en diferentes entrevista de Emiliano Álvarez recogidos en prensa local, nacional e incluso internacional.
En ellas, según señala la letrada, el acusado prolifera «expresiones gravemente injuriosas y calumniosas» contra su representando. Es más, incluso apunta que en determinadas publicaciones el propio periodista y la empresa editora establecen una «identificación total entre Emilio Sánchez Cao y los supuestos abusos sexuales sufrido por Emiliano Álvarez».
Por todo ello, la representación legal del párroco solicita la celebración de un acto conciliación con el querellado, que el juzgado, tras admitir a trámite dicha solicitud, ha fijado para el próximo 25 de junio a las 13:00 horas.
En 2017 y después de que Francisco Javier destapase públicamente los abusos sexuales sufridos junto con su hermano gemelo a manos de José Manuel Ramos Gordón en el Seminario Menor de la Bañeza, Emiliano Álvarez rompía su silencio y ponía en el foco a Sánchez Cao.
Aunque su caso fue especial. La Iglesia no le reconoció como tal hasta que una segunda víctima cursó una denuncia contra Sánchez Cao a primeros del 2019. Una denuncia que obligó al Obispado a apartarle de su parroquia.
Seis meses después, su caso aún sigue sin resolverse y la Santa Sede mantiene bajo secreto pontificio la investigación sobre los presuntos abusos sexuales que cometió durante su etapa en el Seminario de La Bañeza. Mientras, el sacerdote ha realizado varias entrevistas en las últimas semanas –principalmente en medios gallegos- para defender su inocencia.
Tanto Francisco Javier como Emiliano Álvarez, los dos exseminaristas que dieron a conocer públicamente sus casos, han insistido en reiteras ocasiones que son más los niños –hoy hombres- que fueron víctimas de abusos sexuales en el Seminario Menor de la Bañeza. Les animan a denunciar, a «abandonar la cobardía», aunque entienden que se guarde silencio ante «el trato que la Iglesia está dando a las víctimas».
Y, para rizar aún más el rizo, según denuncian las víctimas, la última decisión de la Diócesis de Astorga: la elección de Javier Redondo, uno de los «encubridores de Ramos Gordón» para sustituir en el municipio gallego del Barco de Valdeorras a Ángel Sánchez Cao, retirado provisionalmente hasta que el Vaticano emita un veredicto.
Precisamente, en una entrevista que concedió el recientemente fallecido Juan Antonio Menéndez, obispo de Astorga, aseguraba que se mantienen vigente las medidas cautelares impuestos a Sánchez Cao.
En este sentido, señalaba que se mantenían a la espera de que las indicaciones que remitan la Congregación para la Doctrina de la Fe, «porque es el organismo que puede levantar la prescripción, al tratarse de hechos ocurridos hace casi 40 años, y ordenar que se realice un procedimiento penal o canónico».
Por su parte, Emiliano Álvarez ha denunciado por activa y por pasiva sentirse una «víctima de segunda» ya que en ningún caso desde el Obispado de Astorga se le ha considerado víctima como tal.
Es más, siempre ha manifestado la impotencia y rabia que siente al ver cómo tuvo que ser una segunda denuncia la que daba credibilidad a su historia, a su verdad, la misma que desveló el 14 de febrero del 2017 pero que no tuvo consecuencia alguna hasta el 1 de enero de 2019.
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«Siempre me quedará la duda de si se me creía o se pensaron que era un buscavidas, que no decía la verdad. Porque ha tenido que venir una segunda víctima dos años después para que se le aparte. Es indignante y doloroso», aseguro en su día a leonoticias.
Álvarez siempre ha defendido su verdad, manteniendo un relato especialmente duro sobre los hechos vividos en el Seminario de la Bañeza a manos de Ángel Sánchez Cao, «el demonio vestido de túnica y alzacuellos que cada noche metía sus manos sucias debajo de las sábanas».
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