Un momento de la tercera jornada del juicio. Noelia Brandón

Hablan los vecinos del acusado por el crimen de Astorga: «En la escalera se conocía y se comentaba la infidelidad»

Tercera jornada del juicio por el crimen de Astorga en 2018 | Es el turno de las vecinas de puerta del acusado, A.A.A.

Nacho Barrio

León

Miércoles, 17 de marzo 2021, 10:48

Tercera jornada de juicio en el caso del crimen de Astorga en 2018.

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La sala de vistas número 2 de la Audiencia Provincial de León juzga el asesinato de una mujer a manos de su marido y un posterior intento de asesinato al ... vecino de arriba, con el que presuntamente la víctima mantenía una relación sentimental.

En esta jornada de miércoles era el turno de la testifical de los vecinos de portal del acusado y la víctima, renunciando a la pericial del traumatólogo que atendió al vecino al que el acusado hirió, así como del médico de Urgencias que le atendió.

Comenzó con su declaración A.M.A.A, vecina de puerta del acusado. En la noche de autos ella se encontraba en su domicilio, y pese a escuchar un fuerte ruido no vio nada. «Oí al acusado decir que le estaba engañando y les oí forcejear», manifestó la vecina, que afirmó haber visto al presunto asesino «desencajado».

Según su declaración, acusado y víctima formaban «un matrimonio ejemplar» en el que no se veía «nada raro».

Posteriormente fue el turno de su hija, P.A, que señaló que todo ocurrió mientras dormía. «Me despertó un estruendo, oía luego voces y me asomé a la puerta. Estaban forcejeando y voceando, él decía 'di donde vas a ir mañana' y cosas así», afirmó.

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Infidelidad

Asegurando que «yo veía en ellos a un matrimonio normal», desconocía en qué momento la Policía se llevó detenido al acusado.

La declaración de F.F., otro vecino, surgió la discrepancia en cuanto al conocimiento de la infidelidad existente. Manteniendo una relación de vecindad, F.F. defendió que «jamás vi discusión en el matrimonio, eran amables y nunca oí una voz más alta que otra». Pese a ello, el vecino conocía la infidelidad. «En el portal sabíamos todos lo que había, porque más de una vez, por pudor, teníamos que quedarnos en el descansillo de la escalera para que entrara él». Explicando este punto, desgranó que «nunca se lo comenté al acusado, ellos eran íntimos amigos y yo no quería meterme».

«Era un hombre de paz; la separación de su hija le sacó de sus casillas»

E.G.C, vecina del acusado, mantuvo que nunca vio peleas ni discusiones en la pareja, asegurando que el vecino con el que la asesinada mantenía una relación «era su paño de lágrimas, por lo que la infidelidad le puso fuera de sí».

Por su parte, M.A.V.C. reforzó estas mismas tesis, señalando que el acusado había ido unos días anteriormente a vivir a casa de su hija por un desencuentro matrimonial.

E.B.H., amigo del acusado y de la asesinada, apuntó a que la separación de la hija de ambos «sacó de sus casillas» al mismo, ya que «él era un hombre de paz, de armonía y de concierto».

Misma tesis mantuvo M.E.R, otra vecina del portal, que mantuvo que la asesinada «llevaba siempre la voz cantante pero sin imponer», asegurando que, la noche de autos, «el acusado estaba con un ataque de locura, no estaba en sus cabales, nunca le había visto asi con lo tranquilo que había sido toda la vida». M.E.R. también señaló que la vecindad sabía de lo que ocurría en el matrimonio. «Había cosas que sabíamos, porque lo veíamos a diario, pero a mí no me importaba. Sabíamos que le ponía los cuernos. Ángel buscaba, sospechaba, pero no sabía quién era».

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Los hechos

En la Audiencia Provincial de León se juzgan los hechos ocurridos el pasado 24 de julio de 2018 a las 2.30 horas de la madrugada, cuando el Policía Nacional jubilado A.A.A. disparó a su mujer con la que tenía dos hijos, M.I.A.L., con un revólver, causándole la muerte en el acto.

Tras ello, acudió a la puerta de su vecino, J.G., a quien también disparó en el momento en que abrió la puerta, causándole lesiones en el hombro e iniciando un forcejeo que concluyó en el momento en que apareció la Policía Nacional, que detuvo en el acto al acusado tras lograr desarmarle.

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Por esos hechos, el Ministerio Fiscal solicita para el acusado 25 años de prisión por un delito de asesinato, así como siete años y seis meses por un delito de asesinato en grado de tentativa. Asimismo, pide que indemnice con 50.000 euros a cada uno de sus dos hijos, con 22.000 euros a J.G. y con 5.418 euros a Sacyl.

El presunto amante, bajo tratamiento psicológico; el agresor, «lúcido» y plenamente «coherente»

Ángel A.A., a su llegada a juicio.

El presunto amante de la mujer del Policía Nacional, y al que éste disparó después de matar a su pareja, sufre aún hoy las secuelas de lo sucedido en el segundo piso del número 7 calle Santa Colomba.

A ese segundo piso acudió Ángel A.A. -expolicía nacional jubilado- empuñando un revólver cuyo gatillo apretó ante Jesús M.G.M. con el fin de acabar con su vida. La bala, sin embargo, terminó en el hombro de su entonces vecino.

Los 'ecos' de aquel día aún son hoy visibles en la mente de la víctima, Jesús M.G.M., quien relata -según ha advertido su psiquiatra este miércoles en sala- un «transtorno adaptativo por el hecho traumático sufrido».

Para superar episodios de miedo, imposibilidad de dormir y aspectos recurrentes a aquella fecha Jesús M.G.M. mantiene «tratamiento farmacológico».

Un segundo psiquiatra ha asegurado, por su parte, que el agresor no presentaba problemas de esta índole a nivel general. Tenía, eso sí, «reacciones adaptativas humanas» ante una situación de infidelidad por parte de su esposa.

En todo caso ha descartado patologías asociadas a un problema psiquiátrico y por el contrario en su análisis le ha definido como una persona en estado «lúcido y coherente».

«En ese momento -previo al crimen- sabía diferenciar el bien del mal y no se detectan patologías psiquiátricas mayores» que condicionaran los actos de Ángel A.A. que en ningún momento y a tenor de su declaración pudo tener episodios considerados «de locura».

Mientras, el psicólogo que atendió a Ángel A.A. con anterioridad a los hechos que han derivado en el juicio, ha recordado en sala que cuando el hoy juzgado acudió a su consulta mostraba aspectos obsesivos relacionados con los celos.

Así lo expresó durante dos consultas anulando una tercera prevista tras asegurar el expolicía nacional que había hablado con su esposa sobre lo sucedido pactando una convivencia en el mismo domicilio pero «cada uno por su lado».

Desarrollo del juicio

La Audiencia Provincial de León acoge durante esta semana y parte de la siguiente el juicio contra A.A.A., el Policía Nacional jubilado acusado de matar a MI.A.L. de dos disparos en Astorga en 2018, así como de intentar hacer lo mismo con su vecino, J.G.

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La primera sesión del juicio se celebró el pasado viernes, sin audiencia pública, para poder conformar al jurado popular que será el encargado de dictar veredicto sobre el acusado, por lo que será el lunes cuando tenga lugar la lectura de los escritos de calificación de las partes, las alegaciones previas y el interrogatorio del acusado, en el caso de que decida contestar a las preguntas de las partes.

En días sucesivos comparecerán los 50 testigos y peritos propuestos por las diferentes partes, comenzando por las acusaciones y terminando por las defensas. Tras ellos, se procederá a exponer las pruebas documentales, las conclusiones definitivas, los informes de las partes, la última palabra del acusado y finalmente a entregarse el objeto del veredicto al jurado, que se retirará a deliberar hasta alcanzar un acuerdo que será leído por su portavoz en audiencia pública. Así será durante seis sesiones

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