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Los vecinos de Villarrodrigo y El Caminón siguen adelante con su protesta y su postura contraria a la apertura de un centro de migrantes en el antiguo Chalé del Pozo.
Las asociaciones vecinales han convocado concentraciones diarias frente a la subdelegación del Gobierno de León y en este lunes en el que el Ayuntamiento de Villaquilambre ha dado a conocer algunos datos del proyecto, como que se acogerá a 180 migrantes procedentes de Mali y Senegal y que en el centro trabajarán 35 personas, han replicado su protesta.
Frente al representante gubernamental en León, y con una pancarta con el lema 'Stop centro de inmigrantes', más de un centenar de vecinos han vuelto a mostrar su oposición a la apertura de este centro de ayuda humanitaria.
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Noemí Carpintero
Ana G. Barriada
Este grupo vecinal ha vuelto a denunciar la «desinformación» acerca del proyecto, lamentando que nadie les ha dicho nada de forma oficial. «Hemos pedido el expediente de uso del edificio y nadie nos lo da. El Ayuntamiento debería haber puesto ese documento a disposición de los vecinos y hubiera evitado muchos problemas», apunta Roberto Álvarez, presidente de la Asociación de Vecinos de El Caminón.
En ese expediente buscan constatar que el edificio «es seguro, que tiene todas las instalaciones en regla» y comprobar la legalidad el uso como centro de ayuda humanitaria: «Su licencia es para uso hotelero y este uso es diferente». Además, Álvarez corrobora que hay personas trabajando en las instalaciones «desde hace días» y «nadie nos ha informado de nada».
Esa desinformación sigue siendo el principal motivo de desazón de este grupo vecinal, que ha vuelto a cortar la plaza de la Inmaculada, donde han mostrado su oposición a este proyecto lleno, a su juicio, de «opacidad».
Con silbatos, bocinas y sonidos de palmas, han querido hacerse notar ante la subdelegación del Gobierno, mostrando su contrariedad ante este proyecto y molestos, ante todo, por la «falta de transparencia» del mismo.
Otra pregunta que se hacen estos vecinos es si la zona está preparada para el «impacto» que supone la apertura del centro, prevista para este sábado, 22 de junio, «supone incrementar la población en un 16 por ciento», lo que conlleva «un impacto sanitario y de transporte que no está contemplado».
«A ver quiénes les atiende porque allí va un médico algún día a la semana», advirtió, al tiempo que se preguntó «cómo se van a mover», donde «prácticamente hay tenemos bus». Álvarez insistió en que «no es el entorno ideal para que estén allí».
«No estamos preparados para recibirles porque en cuestión sanitaria, en cuestión de transporte, en cuestión de ocio y en cuestión de seguridad, no estamos preparados», recalcó, al tiempo que remarcó que existen solo dos policías locales y por la noche ninguno.
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