Vecinos sobre el Chalé de Pozo

«Estas personas no merecen que las tratemos mal por ineficacia del alcalde»

La llegada de los migrantes que residirán en el Chalé de Pozo, y que se produjo un día antes de lo esperado, ha sido tranquila y sin incidencias. Una situación que estaba prevista por los vecinos de Villarrodrigo que en los últimos días han insistido en que sus quejas «son contra la falta de información, no contra nadie».

Desde la plataforma ciudadana Villaquilambre en Convivencia han insistido en que su propósito es que un «macrocentro» no llega a una localidad de 1.100 habitantes. «No vamos a hacer nada a esas personas, no merecen que les tratemos mal nada más llegar por la ineficacia del alcalde», señala su portavoz Marisol.

Las medidas que adopten a partir de ahora serán a nivel judicial y legal y no se tienen programadas manifestaciones delante del propio edifico donde ya permanecen alojados casi medio centenar de senegaleses y malís.

Las críticas más duras han ido contra el alcalde Jorge Pérez por «echarnos la mierda encima» y situar al colectivo vinculado a algún partido. «Solo somos ciudadanos preocupados por la falta de información, contradictorias y falsas, que tenemos derecho a la incertidumbre y el miedo», señala en el día que los primeros migrantes llegaban a la localidad.

También han pedido que el regidor se retracte de las acusaciones de «xenófobos, racistas y de ultraderecha» a las que se refirió por los mensajes aparecidos en el grupo de WhatsApp que se creó para coordinar el movimiento. «A esa gente se la echó del grupo. Entró mucha gente y no se pudo controlar y el comentario de tres bobos no puede calificar a los demás», ha denunciado la portavoz.

Recuerdan que Villarrodrigo no cuenta con los servicios necesarios para incrementar su población casi un 20% durante los próximos meses. Se trata de una localidad sin servicios escolares, centros de salud o un transporte adecuado.

El colectivo seguirá «luchando» por lograr la información que reclama y las medidas legales irán vinculadas a evitar que se prolongue la estancia en el Chalé de Pozo o que lleguen nuevos grupos de migrantes. «Necesitan ayuda porque si no no estarían aquí, pero la necesitan en un lugar adecuado urbanística y legalmente».

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