Los migrantes de Senegal y Mali aterrizan en el Chalé de Pozo en Villarrodrigo

El Chalé de Pozo ya ha recibido a sus primeros moradores durante los próximos tres meses.

A primera hora de la tarde de este viernes, 21 de junio, y 24 horas antes de lo previsto, un autobús descargaba a un grupo de pasajeros que accedían a las instalaciones en las que vivirán hasta el próximo 31 de agosto.

La gran polémica generada en torno a la llegada de 180 migrantes procedentes de Senegal y Mali, en proceso de solicitud de asilo y que se encontraban alojados en un centro en las Islas Canarias, servía su última escena minutos después de las 15:00 horas.

Los vecinos de la zona captaban la llegada del primer grupo de refugiados que residirán en el centro de ayuda humanitaria que el Gobierno de España, a través del Ministerio de Migraciones y la Secretaría de Estado de Extranjería, bajo la gestión de la Orden de San Juan de Dios.

Se trata de un espacio que llevaba 11 años cerrados y que servía hasta ese momento como hotel y restaurante. Ahora se convertirá en centro de acogida en el que estas personas permanecerán hasta obtener los papeles de asilo que les permita buscar trabajo en algún país Europeo, en España o incluso vivir en León con un contrato de empleo.

Durante estas próximas semanas se formarán en idiomas, tendrán asesoramiento y formación laboral para poder desempeñar su vida en el continente como personas refugiadas en acogida.

El primer grupo ha estado formado por «aproximadamente 40 personas», según han relatado a Leonoticias. Se trata de gente «joven, de 18 a 30 años», subrayan aquellos que han tenido un primer contacto, y que proceden de un centro ubicado en Madrid, adonde habían viajado desde Canarias.

En la última semana se han reacondicionado los salones y habilitado las habitaciones en las que residirá esta gente hasta el 31 de agosto, aunque su estancia se podrá prolongar hasta el 30 de septiembre según se ha avanzado estos días.

Coincidía con la llegada de este primer grupo el fin de los trabajos de limpieza y mantenimiento del recinto, con la empresa encargada de ello aún rematando su actuación. Una prueba más de la rapidez con la que se ha gestionado la llegada de estas personas.

Un total de 50 personas velarán por el bienestar de estos refugiados. Quince de ellos se encargarán de atender los diferentes servicios propios del hotel y los 35 restantes formarán parte del equipo de la Obra Hospitalaria que gestiona su llegada en concierto con el Gobierno de España.

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