Dulces que son tesoros de Sahagún

En el obrador del Monasterio de San Benito del Real en la localidad de Sahagún, las hermanas que allí residen son auténticas reposteras. Su sabiduría y calma a la hora de cocinar son una parte clave del sabor de la gran variedad de dulces que elaboran, pero la mayor parte del éxito viene de la puesta en práctica de las antiguas recetas que han guardado a lo largo de la historia desde la Edad Media.

Secretos que sólo estas religiosas conocen y que atesoran con recelo, lo que hace a estos dulces de Sahagún tan especiales. Además, utilizan los ingredientes más naturales y ecológicos, gracias a la ubicación del Monasterio en una de las tierras que produce la materia prima de la provincia.

Tienen consigo una bonita historia, que viene desde la Edad Media cuando los monjes del Real Monasterio hacían sus propios dulces y pan en sus hornos. Para la elaboración de estas galletas, hacían las masas que dividían individualmente en pequeñas bolitas que eran aplastadas entre dos planchas de hierro.

Y así se sigue elaborando en la actualidad, con un proceso manual en el que cada galleta es tratada de forma individual. Estas galletas de hierro son sin duda un pedacito que guarda el sabor de Sahagún y que ningún visitante se marcha sin probar.

Estos pedacitos dulces tienen el sabor típico que confiere la almendra de la que están hechos y que corona su color brillante resultante de la cocción en el horno y del baño de huevo que los recubre.

Son de forma redondeada y sus dimensiones aproximadas son unos 4,5 cm de diámetro y 1,5 cm de espesor. Tienen una consistencia seca y granulosa, ideal para disfrutar en pequeños bocados llenos de los matices más tradicionales.

Estos dulces se puden adquirir en el Real Monasterio situado en la Plaza San Benito, 1, de Sahagún. Algunas de estos dulces se pueden enviar por giro postal o contra reembolso a cualquier lugar de España. (Visita su página web aquí)