Filosofía Generacion Z en TikTok
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Filosofía Generacion Z en TikTok
'Delulu', el mantra de la Generación Z para ser feliz'Delulu' es la 'solulu'». No, ni me he equivocado tecleando ni a usted, lector, se le están cruzando las líneas. ¿Que no entiende nada? No se preocupe, cuando termine este reportaje lo va a entender. Esta expresión es el nuevo lema de la Generación ... Z, que son los chavales nacidos desde mediados de los noventa hasta mediados de los 2000, es decir, los que tienen entre 18 y 28 años aproximadamente en estos momentos.
«Ser o estar 'delulu' es aspirar y visualizar metas que en principio son muy difíciles o casi imposibles de conseguir», define la psicóloga Elena Dapra. En TikTok, la red social favorita de esta generación, es uno de los temas candentes (lo que los tuiteros llaman 'trending topic') y tiene más de seis mil millones de visualizaciones.
Alrededor de esta palabra se ha generado un importante debate y los propios 'centennials' se preguntan si lo son o no. «Yo me di cuenta hace poco. Y es el factor que me ha llevado a conseguir todo lo que he querido», explica Juliana González en su perfil. Según predican en sus vídeos, esta filosofía es o ha sido la puerta de la felicidad. Abrirla, es decir, ser delulu, es obtenerla con más o menos trabajo, eso sí.
El término en realidad procede del inglés, de la palabra 'delusional', que significa delirante. Y en un primer momento, se acotó a aquellos seguidores del K-pop, un estilo de música popular que nació en Corea del Sur, pero que luego se ha convertido en todo un movimiento cultural. La época del covid le dio alas y sirvió como vía de escape del confinamiento para los jóvenes de todo el mundo. Su estética es muy llamativa y ha hecho de los colores, los brillos, los corsés, la cosmética, los peinados, los rasgos aniñados... sus señas de identidad.
La clave está en esa función escapista, que es lo que también hacen los 'centennials' al aplicar la filsofía delulu en su día a día. Los deja en un espacio psicológico que les permite creer que pueden hacer todas esas cosas, por tanto, creer en sí mismos», detalla Dapra. Y es más, con ello, liberan «hormonas como la oxitocina y la dopamina», que son las implicadas en el bienestar. Es decir, que les da felicidad, sienten lo que popularmente podemos llamar 'subidón'. Les aumenta la autoestima, un sentimiento esencial que dirige nuestra vida a todos los niveles casi sin que seamos conscientes.
Y esta generación, la Z, necesita de esos empujones. Necesita soñar. «A veces, esa realidad soñada les da una confianza en sí mismo que desean y que no tiene por qué ser la que tienen realmente», prosigue la experta. Es decir, se creen las cosas para sentir el impulso, aunque realmente son conscientes de que no puede conseguirlo o de que es muy difícil.
– No es oro todo lo que reluce
– La sensación de los profesionales de por qué recurren a la filosofía 'delulu' es que esta generación no tiene sensación de estabilidad, creen que no van a poder conseguir un montón de cosas.
Y por ello, para no sumirse en un estado de depresión, necesitan fantasear con que sí. «Detrás de todo esto hay un pesimismo encubierto. El mundo real que tienen delante no les gusta. Entonces, recurren a esta estrategia para poder creer que pueden con él. Necesitan crear esa realidad paralela para que tire de ellos. Se refugian en ella para seguir adelante», desgrana Dapra, quien ve en consulta a jóvenes que efectivamente actúan así. «Y lo cuentan de manera cómica, se ríen de ello».
Actuar como un 'delulu', por tanto, sirve para evadirse de esa realidad gris que persigue a los jóvenes. A veces esto se consigue leyendo, viendo películas, saliendo de marcha... Y otras, fantaseando. Ahora bien, visto en perspectiva, todo el mundo y todas las generaciones hemos tenido o tenemos un punto 'delulu'.
La explicación está en que funcionamos mejor, incluido nuestro cerebro, si anticipamos el éxito. Cuando lo que hacemos es lo contrario, es decir, anticipar el fracaso, podemos incluso caer en la ansiedad y la depresión, que es lo que le pasa a una parte importante de la población con estas enfermedades.
El debate está en cuánto se creen los 'centennials' sus propias fantasías: ¿qué pasa si no consigo eso que proyecto en mi mente? ¿Es entonces 'delulu' la 'solulu' (solución)? Ahí entra otro concepto muy importante que se llama tolerancia a la frustración. «Su relación es directa». Si se lo toman en broma, no habría posibilidad de llevarse un chasco enorme, pero hay quien se lo cree de verdad. «En este caso, se dan todo el rato contra una pared».
– ¿Y cómo les ayudamos para que no lo hagan?
– Hay que hacerles entender que quizás con pasos más pequeños pueden conseguir más cosas.
La filosofía del querer es poder está muy de moda y, aunque es indudable el bienestar que puede proporcionar, también tiene un lado oscuro, avisan los expertos desde hace años. Cuando a uno le hacen responsable único de su propia dicha, le dicen que solo tiene que desearlo para que llegue y no lo consigue, el efecto es demoledor. «Ojo con la dictadura de la felicidad y la infantilización del pensamiento», alerta Rafael Pardo, doctor en Teología y autor de 'Felicidad tóxica'. Recuerden que también íbamos a salir mejores personas de la pandemia... y eso está aún por ver.
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