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La polémica de Burberry en 2018: quemar antes que rebajar

La polémica de Burberry en 2018: quemar antes que rebajar

Viernes, 11 de diciembre 2020

Hace un par de años, la firma Burberry se vio envuelta en una gran polémica al admitir que había quemado prendas por valor de 30 millones de euros para evitar tener que rebajarlas y devaluar así el prestigio de su firma, práctica que la compañía ... desterró ya en septiembre de 2018. «Somos la primera y única compañía de lujo que nos comprometimos a poner fin a esta práctica», declara a este periódico un portavoz de la compañía británica.

Tal fue el revuelo que se montó por la destrucción de parte de su inventario que Francia, cuna mundial de la industria de la moda de lujo, aprobó a principios de este año la primera ley del mundo que prohíbe expresamente a las empresas «destruir bienes utilizables no vendidos», una normativa que cuenta con el visto bueno de la Unión Europea, que ya prepara una similar para todo el bloque.

La ley francesa pretende que gigantes de la industria como el grupo LVMH –propietario de marcas de lujo como Louis Vuitton, Christian Dior, Fendi, Loewe...– o Amazon donen o reciclen los productos no vendidos que de otro modo habrían sido destruidos, una práctica muy habitual en el sector. De hecho, un estudio realizado por el propio Gobierno francés estima que las empresas del país vecino destruyeron en 2014 – último año del que se tienen datos– bienes no vendidos por un valor aproximado de 600 millones de euros, seis veces más de lo que donaron.

El problema al que se enfrentan las firmas de lujo a la hora de gestionar su stock es su propia clientela, que no vería con buenos ojos que un bolso o unos zapatos por el que han pagado miles de euros se venda un año después a la mitad de su precio. Por eso, la mayoría de estas firmas prefiere reciclar sus productos en plantas especializadas antes que rebajar el precio de venta. En el caso del grupo LVMH, los productos que no se venden son trasladados a un reciclador especializado en el Valle del Loira. Allí «se recuperan joyas y materiales preciosos y los artículos que llevan logotipo se trituran y se reciclan en otros materiales», según explicó la compañía francesa a 'The Wall Street Journal'.

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