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Más 'coloridos', ligeros y sin corbata... Así se lleva hoy el traje

Más 'coloridos', ligeros y sin corbata... Así se lleva hoy el traje

Es un clásico de la moda que ha ido evolucionando en dimensiones, tejidos, tonos...

Lunes, 13 de diciembre 2021, 00:02

El hombre había de vestir chaleco y pantalones recogidos en la rodilla, cubrir la cabeza con una peluca, el cuello rodearse con su correspondiente pañuelo y resguardarse del frío con la preceptiva capa. Este código de vestimenta fue instituido por el rey Carlos II de ... Inglaterra en el siglo XVII como un compendio de las costumbres que imperaban en la corte de Versalles. Aunque parezca extraño, dicho canon es el remoto antecedente del traje masculino que cristalizaría dos centurias después y aún pervive.

La City londinense lo popularizó y extendió por todo el mundo. Pero ese estándar tan práctico sigue evolucionando. Gonzalo López Larrainzar y Bere Casillas, dos maestros de la sastrería española, nos revelan sus últimas transformaciones, acordes con cuestiones como el cambio climático o cierta naturalidad en las formas.

La combinación de chaqueta y pantalón no resulta ajena a la moda. Aunque siguen predominando los tejidos clásicos, el fil-a-fil, la raya diplomática o el ojo de perdiz, la consistencia ha variado. «Antes eran más gruesos», explica López Larrainzar, último exponente de una saga familiar que, entre otros, cuenta al rey Felipe VI como cliente. «Quizás por el uso de calefacción o el cambio climático, ya no hay prendas de invierno y verano, sino que los trajes de entretiempo se utilizan todo el año».

El monopolio cromático también está en entredicho. Los azules, grises marengo y beis, colores dominantes, se contraponen ahora con el uso de otras gamas en los forros, por ejemplo, o de los chalecos. Pero la mayor alteración procede del uso de camisetas o camisetas en vez de la tradicional camisa. «Esa es la influencia de 'Corrupción en Miami' y la verdad es que creo que solo puede quedar bien en Miami», confiesa. «Otra cosa es un blazer con un polo bonito».

El calzado también deber ir en consonancia con el traje. «No cabe el uso de mocasines», advierte y se decanta por zapatos de cordones, hebillas o borlas. «A veces, olvidamos que la elección de los elementos accesorios es muy importante».

Sin pañuelos

Ahora bien, algunos se hallan en franco declive. «Hace tiempo que no veo pañuelos, y eso tiene que ver con la paulatina desaparición de la corbata», alega. Sí, el complemento estrella retrocede. «Yo tengo compradores muy importantes que vienen sin ellas, yo también la uso menos y, prácticamente, los jóvenes han dejado de utilizarla».

El universo de la sastrería ha encontrado en el granadino Bere Casillas a un difusor contemporáneo. A través de YouTube, difunde su concepto 'elegancia 2.0', un acercamiento a la moda masculina para todos los públicos. El vídeo en el que explica cómo hacer el nudo Windsor de corbata en menos de un minuto ya ha reunido 2,6 millones de visitas, por ejemplo. Las 'celebrities' visten sus chaquetas y pantalones a medida. «El proceso, estructura y uso, han cambiado rotundamente».

El 'slim fit' se impone. «Las prendas son más ajustadas, incluso en los cortes más clásicos, las americanas han perdido de uno a tres centímetros y el largo del pantalón se ha reducido para que tan solo roce el zapato».

Y la crisis climática, ¿qué efecto ha tenido? La influencia, en este campo, se ha traducido en la predilección por las fibras naturales y delgadas, a las que se añaden licras para ganar elasticidad.

La bonanza de la sastrería fue interrumpida por la pandemia y, actualmente, nos encontramos en una coyuntura en la que ha perdido protagonismo, según explica este profesional. «Se generaliza el 'business casual', la combinación de chaqueta y chinos en el mundo de los negocios».

Tejidos rústicos

El tartán gana enteros en este cambio estético, así como la chaqueta de cuadros grandes con bolsillo cerillero o lisas con bolsillo parche. La distinción se puede ganar con la utilización de solapas en los chalecos, recomendados especialmente para ceremonias y no tanto para la vida cotidiana. «En este apartado, me inclino por tejidos rústicos, con cierta rugosidad», apunta.

La sastrería, a su juicio, goza de buenas perspectivas a medio plazo. «Las circunstancias en las que vivimos obligan a la desaparición del 'fast fashion' tan perniciosa, y a apostar por productos de más precio, pero también de mayor calidad y durabilidad», alega. Además, estas prendas se pueden acomodar a la transformación del gusto. «Pueden adaptarse a los cambios de tendencias y, si se tiende hacia un mayor volumen, se adaptarían fácilmente porque cuentan con un tejido extra, de lo que carece la vestimenta industrial».

Polvo de diamante para darle un toque al conjunto

Los premios Laureus del deporte son una buena ocasión para descubrir las tendencias más bizarras en moda masculina. «Pero en la calle no hay cambios radicales si no eres futbolista o tienes gustos estrambóticos», advierte el sastre madrileño Gonzalo López Larrainzar. Quien tiene un muestrario de fantasía en el que cabe encontrar trajes salpicados con polvo de diamante o elaborados con hilo de oro de 18 kilates, aunque son excepciones. En cualquier caso, ha asumido proyectos extraños. «En cierta ocasión, preparé un conjunto para asistir a una fiesta con la bandera de la Unión Europea estampada». Las bodas son, dice, otra ocasión ideal para ver «combinaciones aterradoras». Y ahora es tendencia en eventos nupciales los zapatos sin calcetines. «Puedes hacerlo si vas 'casual', pero en una ceremonia de este tipo no me parece correcto, ni tampoco en el plano profesional», alega Bere Casillas.

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