¿Y si pone a un 'coach' en su vida?

Inés C. es el ejemplo. Dueña de una pequeña empresa local, acudió hace años a terapia para superar su timidez enfermiza. Una actitud que no le favorecía nada en los negocios. Hasta que un día le hablaron de la posibilidad de contratar a un 'coach'. En cuatro sesiones sintió avanzar más que en dos años de terapia: había conseguido montar una gran fiesta donde haría el negocio de su vida. Este ejemplo es uno de los que gusta contar José Miguel Gil, presidente de Asesco (Asociación Española de Coaching) para contar lo que es y, sobre todo, lo que no es su trabajo. «No miramos atrás. Ni diagnosticamos, ni asesoramos. Nosotros ponemos en marcha. Somos el punto de apoyo para la acción. Sin ella no hay 'coaching'», afirma el representante de Asesco, y con ello aclara la diferencia básica con la terapia que pueda ofrecer un psicólogo. Aunque en su caso también lo sea.

¿Cómo es esta relación? Los entrenadores personales pasan consulta como cualquier otro profesional y, en la primera, realiza un chequeo 360º de la persona. Aunque el objetivo que ponga sobre la mesa suele estar relacionado con la vida profesional, la personal también es objeto de estudio. «Son áreas vinculadas y la una influye en la otra», apunta Gil. Los motivos por los que se acude a consulta son muchos: cambiar de trabajo, abrir una nueva empresa, replantear sus horarios, aumentar su productividad, estar menos cansado, aprender a delega, encontrar la motivación que le permita volver a ser feliz con su planteamiento vital. O recuperar la confianza tras un periodo de declive profesional.

Una vez conocidos los objetivos y las circunstancias personales y profesionales del cliente, estos especialistas realizan un plan de acción. «Pero, ojo, nosotros no damos soluciones propias a los demás. Es decir, nuestro trabajo debe ser encontrar en la personas las respuestas a sus dudas, sacar a flote lo que necesita. No hablamos de conflictos psíquicos de controversias... sino que ayudamos a poner en orden lo que ya tienes dentro», explica Gil.

La experiencia les dice que el miedo es el gran enemigo de la acción. Y tomar decisiones da muchísimo miedo. «En este punto es cuando necesitas hablar con alguien que, desde fuera, desde la perspectiva que te otorga la distancia, sea capaz de ayudarte a ordenar ideas, a sopesar pros y contras», prosigue el presidente de los 'coach' españoles.

Lo cierto es que mucha gente piensa que te acompañará en tu objetivo, sea cual sea. Que el plan a desarrollar te llevará a eso que buscas. Pero no siempre es así. «La honestidad es la moneda de cambio con la que trabajamos», de lo contrario sus carreras se verían cercenadas si a sus clientes les va mal. Dicho de otro modo, «si tras un análisis el objetivo escontraproducente, no lo vamos a aconsejar».

Actualmente, el motivo por el que más se recurre al asesoramiento de un entrenador personal de estas características es la necesidad de un cambio laboral. «Puedo tener a gente que me venga diciendo que lo deja todo, porque no le gusta, porque no le motiva, porque no es su vocación... Pero la conclusión sea que, por sus circunstancias personales y por la realidad que hay en la calle, no pueda», reconoce el presidente de Asesco. En este caso lo que se suele hacer es enseñar a la persona a «aceptar, aceptarse y a sacarle partido a su situación; a buscar espacios de tiempo para sus vocaciones, encontrar aristas de su trabajo que le permitan reilusionarse y revisar sus objetivos para que no salga perjudicado».

En la actualidad existen unos 800 profesionales registrados en la citada asociación de ámbito nacional, a la que cualquiera se puede dirigir para realizar una consulta en caso de que se busque un servicio de este tipo y se encuentre un poco perdido. «Lo cierto es que a veces sientes vergüenza ajena de mucha gente que desvirtúa la profesión con servicios poco serios que se presentan bajo el título de 'coach'. Los hay ya para todo. Hasta hay 'coach' de la voz. Pero si buscas a través de entidades como Asesco te aseguras de que habrá garantía de cumplimiento de un código ético», concluye José Miguel Gil. Eso sí, además, hay que comprobar que se tiene 'feeling' con el elegido. El resultado será mejor.