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SARA BORONDO
Miércoles, 17 de marzo 2021, 00:05
Los catálogos de las plataformas de streaming de vídeo son inmensos, pero no hay que navegar por centenares de películas para encontrar alguna que nos guste. Nos las 'encontramos', así de repente. ¿Y eso? ¿Cómo 'aciertan' Netflix, HBO, Amazon Prime, Filmin, Flixolé, Disney + ... y las demás plataformas que ofrecen entretenimiento bajo demanda con nuestros gustos? No es magia, es que les damos pistas nosotros.
Con la pandemia han cambiado los hábitos de ocio en todo el mundo. Al pasar mucho más tiempo en casa, la gente ha buscado cómo entretenerse y no todo ha sido hornear pan. El consumo de videojuegos y el tiempo invertido en las plataformas de streaming de vídeo han aumentado –Netflix ganó el año pasado 37 millones de usuarios–. Tanto que ya se ha incorporado al vocabulario el término 'binge-watching', que hace referencia a sentarse delante de la pantalla para ver seguidos todos los capítulos de una temporada de una serie.
En estas plataformas es muy habitual ir enlazando una serie o película con otras, ya que siempre hay algún título que llama la atención y apetece ver. ¿Cómo lo hacen? Estas empresas han ideado la manera de facilitar al máximo a sus clientes la navegación por sus contenidos. Muestran un catálogo lo más personalizado posible, porque saben que, en cuanto el usuario empieza a buscar y pasan los minutos sin que encuentre nada de su gusto, aumentan las posibilidades de que acabe apagando la pantalla. ¿Y funcionan estas sugerencias? Absolutamente. Lo confirma un dato: más del 80% de lo que la gente ve en Netflix es contenido que la plataforma ha recomendado a ese usuario.
Mostrar en la página de inicio a cada espectador aquello que más puede apetecerle ver parece tarea imposible cuando estamos hablando de 200 millones de usuarios en el caso de Netflix, por ejemplo, pero la inteligencia artificial lo ha hecho posible. Las plataformas estudian nuestros 'datos' para ofrecernos lo que más nos gusta. ¿Qué datos son estos? Los primeros, los que facilitamos nosotros mismos: ubicación –las plataformas resaltan en nuestra pantalla lo que es tendencia en nuestra zona geográfica– e idioma y, en caso de que el servicio dé la opción de indicarlo, aquello que nos ha gustado y lo que no. Pero, además de eso que 'contamos', las plataformas obtienen mucha más información observando cómo navegamos cada uno por el catálogo, incluso se tienen en cuenta los contenidos por los que nos interesamos aunque luego no los veamos: si permanecemos más de cinco contenidos en una categoría, nos considerará aficionados a la misma.
El algoritmo de cada plataforma analiza lo que ve el usuario y los contenidos que ha indicado que le gustan y sugiere qué otras series, películas y documentales pueden encajar en su 'dieta' audiovisual. En el caso de algunas compañías, ese análisis se utiliza para decidir las series y películas que selecciona en cada fila de contenidos de la página de inicio e incluso para decidir cómo llamar a esas categorías: 'Series protagonizadas por mujeres', 'Películas de acción'...
Netflix va un paso más allá de la recomendación de contenidos y muestra a cada usuario una miniatura diferente de una serie o película tras calcular cuál de las posibles imágenes que aparecen en una serie de televisión puede llamar más la atención de esa persona: es la personalización de contenidos llevada al extremo. De este modo, lo que ve uno u otro espectador de una película en concreto es completamente diferente: a uno puede mostrarle la imagen del actor principal mientras que a otro le anunciará ese mismo título con una imagen que adelante que se trata de una cinta de acción o romántica, en función del tipo de películas que haya visto previamente (tal y como se muestra en las imágenes que acompañan este reportaje, donde se presentan fotogramas diferentes de varios títulos).
Aplicado a una serie en concreto funciona así. En la imagen que anuncia 'The Crown', por ejemplo, algunos espectadores ven una panorámica de Buckingham Palace, mientras que a otros les sale la foto de los actores que encarnan los personajes de la reina Isabel II y su marido, a un tercero puede aparecerle un retrato de Lady Di y a otros el de Margaret Thatcher o un plano del personaje de la rebelde hermana de la reina.
En otras plataformas, como YouTube, cada título está representado por una única imagen en pequeño tamaño, que se elige con el máximo cuidado y que se supone que es la que más atractiva resulta para la mayoría de usuarios. Pero el algoritmo de Netflix, sin embargo, elige 'una imagen' por cada usuario.
Los responsables de la empresa lo explicaban hace tiempo en su blog con un ejemplo: quien haya visto previamente varias películas románticas puede interesarse más por 'El indomable Will Hunting' si ve una miniatura de Matt Damon y Minnie Driver a punto de besarse, mientras que, para los usuarios cuyos gustos vayan más por las producciones humorísticas, el algoritmo elegiría la imagen en la que se ve al actor cómico Robin Williams.
Pero, ojo, porque mostrar siempre imágenes en la misma línea puede acabar resultando monótono para el espectador, de modo que el algoritmo introduce un elemento de aleatoriedad similar al de las máquinas tragaperras. ¿Y cuando un usuario es nuevo? Como no hay referencias de sus gustos, se mostrarán imágenes genéricas. Hasta que empiece a 'navegar'.
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