Los submarinos invisibles de Fuerteventura
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La 'Villa Winter' ha dado pie a todo de leyendas sobre la presencia nazi en la islaÓscar Beltrán de Otálora
Martes, 18 de agosto 2020, 00:11
La denominada Ley de Godwin establece que cuanto más dura una discusión en las redes sociales, la posibilidad que se llegue a una comparación de algo o alguien con el nazismo o con el propio Hitler es máxima. Con determinada ficción popular sucede algo similar: ... los nazis siempre acaban saliendo. En Fuerteventura, la denominada 'Villa Winter' también se ha visto afectada por esta ecuación.
'Villa Winter' es una pequeña mansión enclavada cerca del pueblo de Cofete, en el parque natural de Jandía. Fue levantada en un solitario paraje por el ingeniero alemán Gustav Winter, un misterioso personaje que estuvo a cargo de la electrificación de las Islas Canarias en los años veinte. Fascinado por la belleza agreste de Fuerteventura, y en plena Guerra Civil, consiguió hacerse con un vasto terreno en la zona sur de la isla en una compleja operación financiera negociada con el Gobierno de Franco en Burgos, pese a que la legalidad seguía estando todavía en manos de la República.
La victoria de los sublevados le permitió proseguir con sus negocios y emprendió todo tipo de aventuras comerciales en Fuerteventura, algunas bien extrañas. Además de poner en marcha proyectos de ganadería y agricultura –con la ayuda de ciudadanos alemanes–, construyó un aeródromo en sus dominios. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el espionaje británico en Canarias puso sus ojos sobre Winter, de quien insinuaron que podría estar proyectando una base para aprovisionar submarinos alemanes. Los ingleses no estuvieron muy finos, puesto que el abastecimiento real de la flota del Tercer Reich se llevó a cabo en Puerto de la Luz, en las Palmas de Gran Canaria.
Terminado el conflicto bélico, los bulos y rumores se extendieron sobre 'Villa Winter'. Que si había sido el lugar en el que descansaban las tripulaciones de los submarinos alemanes que luchaban en el Atlántico, que si les llevaban prostitutas de lujo desde Berlín... La casa generaba más ficciones que la industria de Hollywood. Se llego a afirmar que jerarcas nazis que habían huido a Sudamérica se habían refugiado un tiempo allí y que el propio Hitler no se habría suicidado y que recaló finalmente en Argentina, previo paso por Fuerteventura. Escritores como Alberto Vázquez Figueroa alimentaron la atmósfera de misterio sobre la 'Villa Winter'.
Los historiadores han desmentido todas y cada una de estas elucubraciones. Ni Gustav Winter era nazi, ni un espía –pese a que se reclamó su presencia en Alemania tras la guerra para rendir cuentas–, ni su propiedad sirvió para aprovisionar submarinos del Tercer Reich. Entre otras cosas, porque se terminó de edificar en 1947, dos años depués de la derrota de Hitler. Además, la profundidad del agua en la zona tampoco permitía la llegada de sumergibles. El ingeniero falleció en 1971 en Las Palmas, tras una intensa vida dedicada a los negocios. 'Villa Winter' fue adquirida por una gran empresa de hostelería y se abrió una batalla legal por el terreno que aún perdura.
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