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Una mariposa de alas rosas y moradas, un 'superman' de lo más realista, unas flores tropicales en tonalidades bien llamativas o un motivo japonés en el que se combinan rojos, verdes y anaranjados son algunos de los dibujos con tintas de colores que se pueden ver en los catálogos de los estudios de tatuaje como inspiración para sus clientes. A priori, el mayor quebradero de cabeza que nos puede generar ese momento es decidir el diseño que nos vamos a tatuar. Sin embargo, existe un problema añadido que no se suele tener en cuenta por puro desconocimiento y que conviene saber: «En España, de momento, no hay ninguna tinta de color autorizada para tatuajes», advierten en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Esta situación –desencadenada por los controles exigidos sobre la seguridad de las tintas– enfada a los tatuadores, que reclaman las mismas condiciones que sus homólogos europeos. «Quieren poder tatuar a color con las mismas tintas que ya se comercializan en el resto de Europa y que se supone que cumplen la normativa», aclaran en la OCU. Los profesionales del sector se quejan, básicamente, de que en España el listón de los controles sea más alto que en Italia, Francia o Alemania, por ejemplo.
El caso es que en nuestro país, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) exige a los fabricantes una autorización previa antes de que los productos salgan al mercado para garantizar así que las tintas que se comercializan cumplen con la normativa comunitaria, mientras que en otros países esa comprobación se hace a posteriori con inspecciones aleatorias en los estudios de tatuaje. El argumento que esgrime la agencia para justificar su decisión se basa precisamente en las continuas alertas recibidas a nivel comunitario para retirar tintas al detectar que incumplen la normativa o contienen sustancias consideradas peligrosas. «El problema es que para cuando se retira el producto, el daño ya está hecho, puesto que esa tinta se ha usado para tatuar a cientos o miles de clientes».
Por el contrario, los tatuadores mantienen que ese control previo «desincentiva a algunas empresas a sacar sus productos en España por el engorro burocrático que les supone», lo que en la práctica reduce la oferta de tintas y esto hace que algunos estudios recurran a marcas sin homologar, reconocen.
42% de los españoles menores de 35 años
luce al menos un dibujo en alguna parte de su cuerpo, aunque también es cierto que seis de cada diez personas tatuadas se arrepienten con el paso del tiempo y deciden borrarlo.
Un estudio realizado por la OCU en medio centenar de establecimientos de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao para comprobar si los tatuadores usan tintas de colores pese a no estar autorizadas confirma esta práctica. «Del medio centenar de negocios visitados, solo dos indicaron que únicamente trabajan con tinta negra ante la falta de homologación de las de colores». ¿Y qué contestan cuándo se les pregunta si está permitido? «La inmensa mayoría de los profesionales (47) no mencionan esta polémica de manera espontánea y la mitad argumenta que utilizan tintas 'homologadas en Europa' para justificar su actuación».
Hace tiempo que las autoridades sanitarias están preocupadas por los posibles efectos adversos de las tintas en nuestra salud. Ahora bien, no todo lo que se dice de ellas es cierto. Expertos de la OCU repasan las principales creencias sobre los tatuajes y aclaran algunas dudas.
Europa prohibió las tintas de color hace dos años: Falso, lo que entró en vigor fue un nuevo reglamento (REACH 2020/2081) por el que se restringe el uso de más de 4.000 sustancias químicas peligrosas que se usaban hasta entonces en la composición de las tintas para tatuajes y maquillajes permanentes.
En Europa hay tintas de color homologadas: Esta afirmación también es falsa. «Tal homologación no existe ni tampoco hay sellos oficiales que avalen la seguridad de estos productos ni aunque argumenten que cumplen el reglamento REACH. De momento, quien las emplee para hacer tatuajes incumple la normativa y se expone a ser sancionado», insisten en la OCU.
Un tatuaje en la zona lumbar es incompatible con la epidural:. Esta creencia tan extendida también es un mito. «El anestesista realiza una pequeñísima incisión sobre el diseño para dejar a un lado la piel tatuada y poder pasar la aguja sin arrastrar tinta», aclaran los expertos.
El rojo es el color que más problemas da: Esto sí que es cierto. Los pigmentos de tonalidades rojizas son los que más reacciones alérgicas y problemas dermatológicos suelen desencadenar en los usuarios. Sin embargo, también son más fáciles de retirar con láser que el amarillo, el verde o el azul claro.
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