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No fue una campaña de publicidad inocente, aunque hoy pueda sonar obvia. Trató sin tapujos algo que existía, pero de lo que no se hablaba en la España de finales de los 80: el sexo entre adolescentes. También de sus riesgos, de la transmisión de enfermedades, como un temible VIH que entonces hacía estragos. Pero sobre todo hablaba de responsabilidad. Para mayor gloria, puso en el centro al entorno educativo, un ámbito intocable en el que, en honestidad, se desarrollan gran parte de las relaciones a esa edad. Y, para cerrar el círculo, valiente e inéditamente, apelaba a las mujeres. ¡El escándalo estaba -estuvo- servido! Su mítico eslogan hizo el resto: 'Póntelo, pónselo'. Seguro que recuerda esta invitación bien clarita a continuación de la foto de un condón. Tanto impactó, que tuvo que ser aprobada en consejo de Ministros, fue combatida con contracampañas y hasta las marquesinas que lucían el anuncio fueron objeto de actos vandálicos. Pero salió adelante. Ahora, pasadas algo más de tres décadas, queda para la historia del imaginario colectivo de toda una generación que creció con el mensaje bien grabado a fuego en sus tiernas meninges.
¿Surtió efecto? «Además de generar un debate social, sacó del armario el preservativo», recuerda Carlos Jorge, director general de la agencia de publicidad que firmó la mítica campaña publicitaria, Contrapunto BBDO. Pudieron confluir más factores, pero lo cierto es que los datos relativos a contagios de enfermedades de transmisión sexual (ETS) empezaron a descender hasta que en los años 2000 y 2001, una década después, estaban a raya, esto es, en su expresión mínima.
La situación ahora, en lo que a contagio de ETS se refiere (al margen del VIH, que dibuja su propia realidad), es muy diferente. Pero no se confunda: no es mejor; al contrario. En los últimos años han sido registrados más casos de sífilis y gonorrea (las dos enfermedades principales estudiadas por las autoridades sanitarias) que en 1995. Sobre la primera, a pesar de que suena a enfermedad de otros siglos, se puede concuir que hay cinco veces más casos ahora que hace dos décadas. Y de gonorrea, el doble. La curva ascendente que dibuja la última estadística emitida por el Centro Nacional de Epìdemiología, que data de mayo de 2020, no deja lugar a dudas de esta deriva poco deseable.
¿Qué está pasando? ¿Se ha olvidado la población de único método de barrera que se ha demostrado realmente eficaz para prevenir las ETS? No a nivel global, claro está. Pero la evolución en claro retroceso de mejora no deja lugar a la relajación. El diagnóstico que hacen los prefesionales que tratan con esta realidad es que hay menos miedo.
José Antonio Varela, portavoz de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), especialidad que ve y trata este tipo de dolencias, cree que la aparición del tratamiento antirretroviral que ha logrado convertir al VIH en una ETS más, sin la connotación de mortalidad y dramatismo que tenía en los 80, ha relajado los hábitos. «En aquella década, se veía lo que le pasaba a la gente que se contagia y sí que se tomó buena nota. Pero por desgracia hoy no es la forma de actuar. Antes sí se usaba más el preservativo y todas las ETS siminuyeron. Pero ahora vuelven aumentar porque se usa menos. Es la realidad», reflexiona el especialista.
La percepción que se tiene de la importancia de estas enfermedades también influye, a pesar de que, como valoran desde el citado dentro de vigilancia epidemiológica, «son un problema importante de salud pública tanto por su magnitud como por sus complicaciones y secuelas si no se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz».
En la actualidad, el contagio que más se está viendo es del virus del papiloma humano, seguidas de las ya citadas. «Tiene pocas manifestaciones externas, pero hay un pocentaje muy alto de portadores. El problema que se puede dar es la aparición de lesiones malignas, que pueden tener complicaciones posterioes serias en forma de displasia o cáncer», explica el protavoz de la AEDV. A este virus le siguen los casos de las otras citadas. «A veces confluyen en el mismo paciente», anota Varela.
josé antonio varela | sociedad española de dermatología y venereología
Sobre estos últimos, y buscando una explicación a su incremento, saca una conclusión: «No son conscientes de que la salud de cada uno de ellos es la salud de toda la población; si utilizas un método de barrera, proteges a toda la población porque los contagios al final avanzan de forma exponencial». Caída de las ventas
Esta realidad, la de los contagios de ETS, atañañen solo a un porcentaje de la población. Pero la tendencia general a que se compren menos preservativos también es una relidad. Un estudio realizado por Bussinescoot sobre el mercado del condón en España, señala que, aun siendo uno de los mayores consumidores de preservativos a nivel mundial, la venta del producto ha ido disminuyendo entre 2009 y 2019. «Este descenso en el uso del preservativo (predominantemente por parte de las generaciones más jóvenes) explica el aumento drástico del número de enfermedades de transmisión sexual registrado en el país en el mismo periodo de tiempo», valora el estudio, algo que está en consonancia con las citadas estadísticas.
Además de la pérdida del miedo a las ETS, también sucede algo parecido con los embarazos no deseados. Los expertos también hablan de la influencia de la aparición de métodos contraceptivos, como la píldora del día después. Según un estudio realizado por el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), creca del 40% de las mujeres en edad fértil declara haber tenido que recurrir en alguna ocasión a la toma de esta píldora. Con más frecuencia, añade el estudio, esto se da cuando no conviven con una pareja estable y la causa principal aludida es la 'rotura del preservativo'.
Una lectura detallada de las estadísticas citadas deja claro los agujeros por los que se cuelan las imprudencias: confianza en la otra persona, colocación a mitad de la relación con penetración, la urgencia del momento...
¿Estamos necesitados de otra campaña como la mítica de principio de los 90? ¿Lo encajaría con naturalidad la sociedad actual? Carlos Jorge, desde la agencia Contrapunto BBDO, señala que ahora el contexto es distinto. «Entonces, el país estaba en una etapa de cambio del modelo social, por eso el Estado tenía una comunicación institucional donde se hablaba de valores... Era una campaña más didácctia. Ahora el contexto es otro».
carlos jorge | dr. gral. contrapunto bbdo
No cree que la sociedad se haya vuelto más mojigata ahora, hasta el punto de que el sexo o los preservativos puestos en evidencia generen rechazo como antes. «Lo que sí puede suceder es que ahora sea arriesgado, o molesto para la sociedad actual, otro tipo de cosas. Antes pudo ser la mujer y sus relaciones sexuales y ahora podría ser otra».
Sobre esto último, Jorge reflexiona y apuesta a que quizá el sexo adolescente quizá sea uno de los tabúess que tiene todavía nuestra sociedad. Y una buena campaña, dice, no es aquella que te convence de algo, sino la que saca a colación un asunto del que no está hablando.
«Casi hemos dejado a la ficción, a las series de televisión, el tratamiento de esta realidad, que está ahí pero de la que es incómodo hablar abiertamente», valora mientras reconoce que le encantaría plantearse una campaña institucional en este sentido. Para su planteamiento, reconoce, también habría que considerar otras realidades que no existían en los 80 como las redes sociales y la polarización creciente del clima de opinón. Antes, cuatro personas iban a romper una marquesina; ahora con las redes sociales, de haberla, la respuesta se puede magnificar.
Dice Jorge que se ha dejado el tema a la ficción. Pero lo cierto es que también a internet. Según el citado Observatorio de la SEC, «la red (47,8%) y los amigos (45,5%) constituyen las fuentes de las que los jóvenes consideran que han recibido la información más adecuada sobre sexualidad».
El doctor Varela cree que quizá sí que podría tendría «un efecto puntual» una campaña de este tipo en la actualidad, pero no es muy optimisma al valorar su recorrido a largo plazo. «La informaicón que tienen hoy las personas -valora- no puede ser más completa. Además, la reiteración de la misma es suficiente. Las personas saben perfectamente que un método de barrera es salud, pero no lo usan siempre».
También coincide con el publicista en apelar más a los más jóvenes: «quizá la información a edades más temparanas y planteada de otra forma sería eficaz». Eso sí, para buscar una explicación a la realidad actual también apela a factores de la condición humana que influyen en el sexo y que no siempre casan con el raciocinio. Si no, ¿cómo se explica la paradoja de que a mayor información menos prevención?
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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