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¿Dolor de garganta? Acaba de empezar la 'temporada' y se extenderá hasta febrero. Es una de las molestias clásicas del invierno, causada generalmente por virus y, en menor medida, por bacterias. Conocer si el origen es uno u otro es fundamental para dar con ... el tratamiento.
Sí, hemos tomado antibiótico muchas veces para la garganta y no nos hubiera hecho falta. «La mayoría de los dolores de garganta, en torno al 80%, son de origen vírico y se curan sin necesidad de recetar antibióticos, que sí son necesarios cuando se trata de una bacteria», explica Manuel Mozota, responsable del grupo de trabajo de Otorrinolaringología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). A simple vista, el médico no puede saber cuál es el origen (ambos suelen cursar con fiebre, placas, dolor al tragar...). «El streptotest es una prueba que recoge una muestra de la garganta y en unos quince minutos nos dice si se debe o no a una bacteria».
Si es virus...
Duele al tragar (con más o menos intensidad), pueden aparecer placas y fiebre, «que es una defensa natural del organismo para luchar contra el virus», explica el doctor Mozota. No debería durar más de dos o tres días, y el dolor desaparecerá en unos cinco».
Si es bacteria...
«En este caso, además de molestias al tragar, suele haber más placas que cuando es vírico y la fiebre también es más alta, llegando a los 39 o 40 grados».
Si es virus...
«Analgésicos como el ibuprofeno y el paracetamol alivian el dolor. Y también proporciona confort tomar leche con miel o con limón (nunca aplicar el limón directamente en la garganta porque es ácido y puede molestar), infusiones de manzanilla y colocarse un pañuelo en la garganta que dé calor a la zona». Medidas que alivian, «pero que no erradican el virus». Tampoco lo hace el antibiótico, que no hará efecto en este caso. «El virus, como viene, se va», asegura el experto.
Si es bacteria...
«Es necesario tomar antibióticos entre siete y diez días. De hecho, si no lo tomamos podemos tener complicaciones, como infecciones en la sangre, bronquitis e incluso neumonía, que ya son palabras mayores. Y si el dolor de garganta viene acompañado de mucosidad, las flemas bajan al pulmón y puede haber dificultad respiratoria», explica el doctor Mozota. Una vez empezado el tratamiento, «en 48 horas deberemos notar una franca mejoría y una bajada importante de la fiebre», aunque hay que completar el tratamiento pese a que nos sintamos mejor. «Mucha gente dice que tomar antibiótico le deja 'baldado', pero no es el medicamento, sino la fiebre la que provoca ese estado».
«Sí, contagia tanto en el caso de que el origen sea un virus como una bacteria», advierte el experto, que atribuye el descenso de casos de dolor de garganta el pasado invierno al uso de la mascarilla. «Los días más peligrosos son los primeros porque existe mayor carga vírica o bacteriana y, por tanto, más posibilidades de contagio». De hecho, ahonda el especialista, en el caso del dolor de garganta ocasionado por una bacteria, dos días después de haber tomado el antibiótico «apenas hay probabilidad de contagio». Y, como en el coronavirus y otros virus, «una persona puede ser portadora sin tener síntomas y contagiar a otra», insiste en la precaución el doctor.
Tos aguda: «Comienza de forma repentina. Llega a durar entre dos y tres semanas y desaparece. Suele deberse a algún tipo de infección de las vías respiratorias: resfriado, bronquitis... faringitis. También puede deberse a reacciones alérgicas o al asma», explican desde DosFarma, farmacia 'online' española líder del mercado.
Tos crónica: «Es aquella que llega a durar más de ocho semanas. Los fumadores son propensos a sufrirla, al igual que enfermos de cáncer de pulmón o con la enfermedad por reflujo gastroesofágico».
Tos seca o improductiva: «No hay mucosidad, produce picazón e irrita la faringe, lo que genera de nuevo ganas de toser. Es la más molesta de noche».
Tos seca o productiva: «Viene acompañada de flemas o expectoración. Es el mecanismo de defensa del organismo para eliminar esas secreciones que están obstruyendo las vías respiratorias. Notamos un ruido o molestia en el pecho a causa de los mocos acumulados que se intentan expulsar. Es habitual que empeore por las mañanas».
El propóleo, aplicado directamente en la garganta o diluido en agua, es uno de los 'must' en el botiquín doméstico. Lo avala el doctor Manuel Mozota como prevención. «Cuando hay un virus o una bacteria afecta a las defensas. Se declara una especie de guerra entre el agente externo y nuestro organismo. Si nos pilla con las defensas bajas responderemos peor a ese ataque. Sin embargo, si tenemos las defensas altas el cuerpo será más eficaz a la hora de erradicar la infección, de evitar infecciones posteriores y la sintomatología será menor». El propóleo, confirma el doctor, así como la vitamina A, «mejora nuestras defensas y es una buena prevención, pero no es milagroso».
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