Receta exprés en tres pasos para no 'caer'

Solange Vázquez

Lunes, 6 de julio 2020, 19:05

Comenta

Dicen que de la vida nadie sale ileso. Al final, a lo largo de nuestra existencia, es inevitable que a todos nos toque una ración de momentos malos: el dolor por la muerte de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad, un despido, un negocio que se va al traste, una relación amorosa que acaba mal, una amistad traicionada, problemas económicos, disgustos familiares... Y este es solo el catálogo 'estándar' y básico de episodios que suelen desencadenar crisis personales. Hay muchos más golpes que pueden hacer que trastabillemos y 'caigamos' si no sabemos encontrar rápidamente el equilibrio. Una pandemia inesperada, por ejemplo. Un rebrote...

La psicóloga Mónica Dosil, en su nuevo libro 'Manual para toda crisis', da unas pautas prácticas para «momentos de superemergencia». Según cuenta, durante el confinamiento por el coronavirus tuvo que dejar las consultas presenciales con sus pacientes, pero para ayudarles –además de ofrecerles atención online– decidió escribir unas 'recetas' rápidas para salir del paso. Y fueron tan bien recibidas y útiles que las recopiló en un volumen. « Todo muy, muy práctico y muy directo», describe Dosil. Porque cuando estamos mal, cuanto antes nos pongamos manos a la obra para solucionarlo, mejor. Y nosotros podemos ponernos la primera 'tirita'. Esta es la receta exprés de tres pasos que apunta la experta para hacer frente «a cualquier crisis psicológica o emocional».

Muchas veces, ante un problema o un disgusto, no dejamos de darle vueltas al tema sin llegar a ningún sitio. Entramos en bucle. Y lo que es peor, esos pensamientos no son productivos, porque no van encaminados a una solución, solo nos machacan y nos debilitan mentalmente. Así que la psicóloga aconseja que, ante cualquier crisis, el primer paso es «ponerse a resolver». «La mente es sugestión pura», asevera. Y, según explica, se trata de sacar el asunto que nos angustia de ese laberinto hacia ninguna parte que está dentro de nuestra cabeza. ¿El 'truco'? «Escribe en un papel lo que te aflige. Esto ya supone una descarga motora, ya estás actuando. Y este simple gesto te proporciona más visión y más claridad mental –explica–. La solución vendrá sola. Puede que la situación que te hace daño siga siendo la misma, pero tú ya no, con ese acto tan sencillo ya estás 'dominando', te estás fortaleciendo, tomando las riendas, haciendo algo. ¡Hay un cambio hasta a nivel bioquímico!». Pone un ejemplo. «Mañana tienes una reunión, una cita médica y unas compras pendientes. Pues todo ello se mezcla en un cabeza y te agobia. Solo con que la noche antes lo pongas por escrito, te dará tranquilidad y dormirás mejor», indica. Es decir, los 'monos' que saltaban de un lado a otro de tu cabeza quedan bajo control.

No hay que dejar que el estrés campe a sus anchas. Es necesario ponerle freno cuanto antes. Dosil describe en su libro los demoledores estragos mentales y físicos de vivir agobiado. «El ser humano está preparado para estar estresado un minuto si tiene un león acechándole, pero no para que ese león esté todo el día a su lado», indica. ¿Qué hacer? Según explica en su libro, hay varias técnicas rápidas para relajarse. Una de ellas es sentarse durante cinco minutos a solas con música relajante y la espalda bien recta y respirar profundamente (inhalar por nariz y soltar por la boca) mientras «escaneas» primero todas las partes de tu cuerpo para identificar dónde están las tensiones y dedicarles unas respiraciones. Luego, hacer lo mismo con la cabeza y localizar qué te angustia. No intentes borrar pensamientos negativos, déjalos pasar como si fuesen una película. Prestar atención a la tensión ya ayuda a disolverla. Después de estos cinco minutos, Dosil aconseja 'relajar' el estómago, que está lleno de terminaciones nerviosas, con una infusión o un vaso de leche caliente.

Ya hemos identificado y 'sacado' fuera el problema, nos hemos relajado... Ahora toca autosugestionarnos. «Una persona se convierte en aquello que cree que es», asegura Mónica Dosil. «Tienes que decirte 'yo puedo'», indica. Claro y, como por arte de magia, ¿aparece la fortaleza? Dosil se lo explica a los escépticos. «Si lo dices en voz alta el cerebro cree que es real. Yo a mis pacientes les pido que pronuncien esa frase y que la graben en una nota de voz, pero con convicción, mirando de frente, con la espalda recta. Y que la escuchen. No hay nada más potente para la sugestión que la voz», explica. Así se das a ti mismo autoinstrucciones, te reprogramas. «Y te fortaleces», asegura. Uno a veces es su mejor psicólogo.

-Evalúa tus 'armas': Identifica tus puntos fuertes y puntos débiles. Una crisis es, al final, una batalla. Así que hace falta valor, pero también estrategia. Por eso, Dosil nos indica que debemos identificar nuestros puntos fuertes y aprovecharlos. Por ejemplo, si eres ordenado o perfeccionista, úsalo en tu favor. Pero identifica también tus puntos débiles (miedo, inseguridad) para atarlos en corto y recurrir al sentido común.

-Elige ser 'observador' o 'camaleón': La psicóloga dice que, ante una crisis, podemos ser 'observadores' (centrados en nosotros, transmitiendo mensajes poco tranquilizadores a los demás y siendo pesimistas e irascibles) o 'camaleones' (adaptables, buscando no preocupar a los otros). Debemos elegir. ¿Lo ideal?Fomentar conscientemente las actitudes positivas y desechar las negativas.

-Controla el miedo: En su justa medida, es útil, vale. Pero según aconseja Dosil, debemos saber controlarlo: «Cuando tengas miedo, vigila que no ocupe demasiado tiempo en tu mente». «Que no te paralice», insiste. Para reaccionar, primero tenemos que aceptar una situación y después dedicar todas nuestras energías «a dar el siguiente paso». Es decir, actuar.