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Hay penaltis que cuestan partidos y otros que cuestan títulos. Fallar uno u otro no es lo mismo. El primero probablemente se olvide en tres días. Pero el segundo... ¡Ay, el segundo! Al croata Miroslav Djukic, pieza clave del 'Superdépor', aún le recuerdan el lanzamiento ... que le costó la Liga a los gallegos en 1994. Y lo mismo le pasa al italiano Roberto Baggio, que tuvo en sus botas el Mundial de ese año y erró.
Un deportista tiene que estar preparado para estos momentos. Y no se basa todo en lanzar una y otra vez la pena máxima en los entrenamientos. Hay otro trabajo detrás. «Las grandes citas hay que prepararlas en la cabeza. Aporta adaptación a la posible situación estresante, mejora la ejecución y el rendimiento, da mayor estabilidad emocional, favorece la confianza...», señala Alejo García-Naveira, coordinador de la sección de Psicología del Deporte del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
En los últimos tiempos, varios deportistas de élite han hecho un parón en sus carreras por problemas mentales. La número 1 del tenis mundial, Ashleigh Barty, lo deja por segunda vez. El peso de la competición también llevó a su colega Naomi Osaka a terapia tras los insultos de un aficionado en Indian Wells hace un par de meses.
Ponerse nervioso ante la prueba más importante en una carrera deportiva es normal. «Somos seres emocionales. La clave está en cómo autogestionarse y preparar mentalmente esa situación». Y esto no se aprende la noche anterior: no sirve con una sesión con el psicólogo o ejercicios de relajación el día antes a la prueba. «Es un trabajo a largo plazo», constata Mónica Pascual, 'coach' de alto rendimiento para deportistas de élite, profesionales y empresas. Por su consulta han pasado las chicas de la Selección Española de Rugby XV, el equipo olímpico de Vela en 49erFX y la portera de la Selección Española de Hockey Patines, Teresa Bernadas, entre otros.
«Se debe de empezar desde el deporte base», subraya García Naveira. «Los 12 años pueden ser una buena edad, y antes (y después) realizar un trabajo de acompañamiento y formación con los entrenadores». ¿Qué se hace? «El primer paso es detectar necesidades y definir la situación actual; luego, establecer las metas de mejora y un plan de acción para conseguirlo. Posteriormente, hay que realizar un seguimiento y ver la evolución». Son entre cuatro y diez sesiones de media.
Durante este proceso, el deportista recibe las herramientas necesarias para controlar sus emociones y afrontar esas grandes citas. No se trata de no sentir, sino de saber cómo dominar ese sentir. Por ejemplo, saber llevar la frustración. «El foco de atención hay que ponerlo en lo que uno controla, por eso la importancia de establecer rutinas», señala García Naveira. De ahí que algunos tengan hasta rituales antes de enfrentarse a la prueba. «Un buen ejemplo es Rafa Nadal».
Jonathan Castroviejo es uno de los mejores ciclistas del panorma nacional y un gregario de lujo. En su palmarés, también cuenta con cinco campeonatos nacionales contrarreloj. La lucha contra el crono es su especialidad y son pruebas que no duran más de 45 minutos (una etapa del Tour son entre 4 y 6 horas). En ese tiempo hay que darlo todo, pero con cabeza.
«Para una cita importante te preparas meses antes», explica el del Ineos. Y no solo se trata de salir en bici. «Vas día a día y de forma progresiva», continua. Es un trabajo de pico y pala. Luego, «cuando ya se acerca esa gran cita», hay que hacer cosas más prácticas. En su caso, por ejemplo, «visualizar el recorrido de la contrarreloj». Suele hacerlo unos días. También tiene ciertos rituales: comer cuatro horas antes, «ni un minuto antes ni uno después, escuchar las mismas canciones durante el calentamiento en el rodillo...». Aunque, «con la edad, ya no soy tan estricto», se sincera. ¿Funcionaban los trucos? «Igual sí porque antes tenía mejores resultados», ríe.
Ruth Beitia se despidió del salto de altura con un oro olímpico en Río 2016. Es una de las atletas españolas más brillantes. Pero en su carrera hay un antes y un después. El punto de inflexión tiene, además, nombre y apellidos, los de su psicóloga: Toñi Martos.
«Los últimos años fueron maravillosos. Disfruté muchísimo», reconoce la cántabra. Con Martos aprendió a analizar sus estados emocionales y dejó de ser «una saltadora de primer intento» que se venía abajo si lo fallaba. Era su crítica más dura. «Fue un trabajo arduo, complicado», admite. De casi tres años, con sesiones presenciales y también vía 'Skype'.
Todo ello le sirvió para darse cuenta de que «el segundo intento era tan bueno como el primero» y también para asimilar el éxito de Río. «Fue un shock ver el aeropuerto de Santander lleno de gente», recuerda. En su vida personal también ha jugado un papel fundamental: «Soy la que soy por el deporte».
La 'coach' Mónica Pascual tiene en su lista de clientes grandes deportistas. Pero, si se le pregunta por un ejemplo de profesional centrado y resiliente, no lo duda. «Jon Rahm es digno de admiración», subraya. Consigue las cosas con una gran «lealtad para sí mismo», algo básico. «Conoce sus capacidades y va a por lo que quiere, pero siendo fiel a lo que siente», destaca. «Recorre su camino y no el de otros». Y eso es fundamental en los momentos decisivos.
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