S. I. Belled

Respira bien y vivirás mejor

Una respiración nasal incorrecta puede ocasionar problemas en todo el organismo

Domingo, 15 de marzo 2020

«La vida comienza con una inspiración y termina con una espiración. Por lo tanto, la vida es una secuencia de respiraciones». Es la reflexión de la profesora de yoga Yolanda Gutiérrez, tras ser preguntada sobre la importancia de respirar correctamente, quien también destaca la ... capacidad de la respiración para sanarnos y relajarnos. Por ello, un sistema respiratorio sano es crucial para una vida saludable. Cuando esto no es así, pueden surgir patologías que afectan tanto a la cabeza como al resto del cuerpo, desde deformidades faciales hasta problemas en los pies.

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La nariz juega un papel esencial en todo esto, pues es el lugar de entrada del aire, y su forma es uno de los aspectos que determina su buen funcionamiento. El tamaño de las narinas (orificios nasales) está influenciado por características como la raza. Así, en la raza blanca son alargadas y en la negra son oblicuas, siendo las narinas estrechas las que más dificultan la entrada de aire. Por otro lado, el ángulo nasolabial, es decir, el que se forma entre la base de la nariz y el labio superior, es de alrededor de 90 grados en el hombre y de unos 105 en la mujer; y cuando este ángulo está muy cerrado, o muy abierto, dificulta la respiración nasal. Así lo explican las especialistas en Audición y Lenguaje Antonia Ruiz y Ana Cerecedo en su trabajo 'Síndrome del respirador bucal', un estudio sobre los problemas que causa una mala función respiratoria.

Las expertas explican que «el aire inspirado está compuesto de un 20% de oxígeno, un 0,04% de anhídrido carbónico, un 78% de nitrógeno y un 1% de argón«, y que «las fosas nasales, gracias a la mucosa que las recubre, son capaces de filtrarlo, calentarlo y humidificarlo». Pero el aire llega a nuestros pulmones a un ritmo distinto dependiendo de la edad. Así, en situación de reposo, un recién nacido sano realiza entre 40 y 44 inspiraciones por minuto, un bebé de un año, alrededor de 24, y un adulto sin patologías apenas 14, lo que equivale a inspirar una media de 7 litros de aire cada 60 segundos. Durante el ejercicio físico, sin embargo, se pueden llegar a inspirar hasta 100 litros de aire por minuto. El problema surge, según las especialistas, cuando una persona no puede respirar por la nariz, porque «sustituye la respiración nasal por la bucal, desequilibrando todo el sistema maxilo/faringo bucal y, a largo plazo, todo el organismo».

Ejercitar la respiración

Para respirar bien por la nariz, es fundamental combinar los tres tipos de respiración nasal que existen (abdominal, torácica y clavicular) y cerrar la boca en algún punto. La respiración clavicular es la menos eficaz, porque requiere más esfuerzo e introduce menos aire en los pulmones. Por eso, cuando se convierte en la respiración principal, puede provocar problemas de oxigenación que deriven en dolores de cabeza, mareos, cansancio o alteraciones hormonales.

En el caso de que la nariz esté obstruida, por infecciones, tumores, pólipos, fracturas o alergias, y la respiración sea únicamente bucal, algunas de las consecuencias son: mordida cruzada, deformidades torácicas, pérdida de audición, problemas digestivos –al compartir la misma vía para respirar y comer, los alimentos se tragan más rápido, tienen menos contacto con la saliva y hacen trabajar el doble al estómago-, o cambios posturales -al tener la boca abierta para poder respirar, cambian los puntos de apoyo: la cabeza se coloca adelantada y hacia abajo, la columna se curva y las plantas de los pies se aplanan.

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Ejercitar la respiración profunda tiene un impacto directo en la salud del sistema respiratorio, pero también en el cardíaco, digestivo y nervioso. Por ello, deportes como el yoga, el pilates o el tai chi son muy efectivos. «El cuerpo respira solo, pero se ha comprobado que la respiración consciente y focalizada hace que llegue más riego sanguíneo y se relaje más la parte del cuerpo en la que uno se concentra», dice la yogui y vicepresidenta de la Asociación Cultural de Amigos del Yoga de Alcorcón (Madrid), Yolanda Gutiérrez, que destaca el Pranayama – término que designa los ejercicios respiratorios del yoga- como una herramienta ideal para practicar y educar la inspiración y la espiración. En sánscrito, Pranayama significa 'gestión de la energía' y está formado por distintas variedades de respiración según el fin que se quiera conseguir (relajar, equilibrar, motivar…). Las más comunes son: Nadhi Shodhana -equilibra el funcionamiento de las narinas al alternar la respiración de los orificios nasales-, Brahmari o 'respiración de la abeja' -se entona el mantra OM al exhalar con los oídos tapados y la boca cerrada para producir un zumbido similar al de las abejas que es muy relajante- y Kapalabhati o 'respiración del fuego' -inhalaciones y exhalaciones, cortas y rápidas, combinadas con breves retenciones del aire, que llenan el cuerpo de vitalidad. Esta última no está recomendada para personas con la tensión alta ni embarazadas.

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