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ADRIÁN ASTORGANO
Cómo despertar el apetito cuando tienes cáncer

Cómo despertar el apetito cuando tienes cáncer

Comer es clave para tolerar mejor el tratamiento y mantener la energía

Solange Vázquez

Martes, 24 de octubre 2023

Cuando a una persona le diagnostican un cáncer todo se trastoca, pero hay dos cuestiones cotidianas que se alteran tremendamente desde el primer día (aunque no tengamos ningún síntoma): comer y dormir. Evidentemente, la mala noticia le quita el apetito y el sueño a la ... mayoría. Lo del sueño puede ir a mejor, pero lo del comer... todo lo contrario: con el inicio del tratamiento la cosa se complica. Llegan el desayuno, la comida, la merienda, la cena... y se convierten en una pesadilla. «Nadie sabe lo durísimo que es», afirma Toni Massanés, director de la Fundación Alícia, centro de investigación culinaria de referencia en Europa.

«La mayoría de los tratamientos afectan a las papilas gustativas y a las mucosas y hacen que la persona pierda el apetito. También es frecuente, por ejemplo, que se quejen de sabor metálico en la boca: la cabeza les dice que no coman eso que sabe así, de modo que tienen que pasar por encima de la razón para tragar», explica. Y el entorno pidiéndoles que se esfuercen en comer y repitiéndoles que, si no lo hacen, van a empeorar su situación... Mala estrategia: es mejor ofrecerles ayuda 'práctica': comidas que les pueden resultar apetecibles y muy energéticas. He aquí unas pautas elaboradas por la Fundación Alícia.

  1. Más comidas al día

Al margen de las tres de rigor, no hay que saltarse un aperitivo de media mañana, ni la merienda y ni una recena. Se pueden hacer hasta ocho comidas, repartiendo, si se quiere, la comida en dos partes, y lo mismo con la cena. Mejor usar platos grandes para que el contenido parezca más pequeño.

  1. Cuidar la ingesta de proteínas

Durante los tratamientos se suelen deteriorar mucho los tejidos, y las proteínas ayudan a repararlos. Es necesario incluirlas al menos en la comida y en la cena (pescado , huevos, carne magra, marisco). Y, si se puede, incluso en el desayuno y en la merienda. También son una buena fuente de proteínas las combinaciones de legumbres o lácteos con cereales, semillas o frutos secos.

  1. Mucha agua

«Hay que asegurar la ingesta de 1,5 a 2 litros diarios, es imprescindible. Las células del cuerpo deben estar bien hidratadas para tolerar mejor la quimioterapia y la radioterapia», indican los estudios de Oncoalicia. A quienes se les hace duro beber agua les puede apetecer más el agua con gas, las infusiones, las aguas aromatizadas (con cáscaras de cítricos, menta, hierbabuena...), los caldos y los zumos. Una buena opción es tener una jarra fresquita en la nevera, ya que cuesta menos beber algo frío. «Y quienes noten falta de salivación pueden tener cubitos de agua con zumo de limón en el congelador e ir chupándolos o añadiéndolos a bebidas», apunta Massanés.

  1. Raciones pequeñas aunque muy nutritivas

Hay que introducir nutrientes de todos los grupos (proteínas, hidratos...) en el mismo plato a poder ser. Un buen plato único es una ayuda:si cada bocado supone una lucha, vamos a intentar que con menos se lleven al cuerpo el mayor número de nutrientes. Empanadas, croquetas, patés, cremas y sopas contundentes, flanes, pudines o yogur griego son muy buenas opciones.

  1. Aprovechar el momento

Casi todos los paciente tienen una franja del día en la que están más receptivos a la comida. Pues bien, hay que aprovecharla a tope para realizar la ingesta fuerte de la jornada, sea la hora que sea.

  1. Retos

Plantearse pequeñas metas al margen de las comidas: tres almendras, medio yogur y una galleta cada día, por ejemplo. Son extras que suman.

  1. Enriquecer los platos

Vamos a meter de tapadillo más calorías y nutrientes. ¿Qué podemos añadir a los platos casi sin que se note? Desde Alícia nos ofrecen un listado: aceite de oliva virgen, nata, quesitos, huevo, frutos secos molidos, mantequilla, leche en polvo, leche condensada, parmesano, miel, azúcar, cacao, harina de maíz o legumbres, fruta desecada y hasta papillas infantiles multicereales. Todos estos alimentos refuerzan los platos y aportan más calorías.

  1. Higiene bucal

Para evitar sabores indeseados que pueden relacionarse con comidas y generar rechazo, hay que lavarse bien los dientes y enjuagarse la boca antes y después de comer.

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