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Solange Vázquez
Miércoles, 7 de junio 2023, 19:00
Cada cuerpo tiene su coreografía, una forma de moverse característica que a veces dice mucho de nosotros –edad, esbozos del carácter y del estado de ánimo– y en ocasiones... ¡hasta habla de nuestra salud! De hecho, hay dolencias que para un médico con el ojo ... bien entrenado son 'diagnosticables' sólo con ver andar o moverse a alguien, de ahí que la biomecánica clínica –disciplina que se centra en el estudio del movimiento corporal y de las fuerzas que lo generan– esté cobrando una relevancia médica extraordinaria. «En los últimos años y décadas ha habido un notable aumento de tecnologías diagnósticas que permiten determinar de una manera muy precisa alteraciones biomecánicas, sobre todo limitaciones del movimiento y de las fuerzas que lo producen», indica Quim Chaler, médico rehabilitador, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), quien considera que las pruebas biomecánicas «son tan relevantes y útiles como las radiológicas». Un aspecto destacado por los expertos reunidos en el 61º Congreso Nacional de SERMEF, celebrado recientemente. ¿Es cierto eso de 'dime cómo andas y te diré qué patología padeces'? ¿Y 'dime cómo caminas y te diré cuáles tienes riesgo de padecer'? ¿Tanta información se desprende de nuestros pasos? Según investigadores de la Universidad de Pittsburgh, la velocidad al andar, a determinadas edades, hasta sirve para predecir cuánto viviremos. «Hay diversas alteraciones de la marcha que nos indican problemas específicos», afirma, Chaler, quien explica por qué atender a nuestros andares revela muchas cosas:
«La marcha en equino, cuando una persona apoya el pie de punta durante la marcha, se da muy frecuentemente en los pacientes que han sufrido un ictus o en niños con parálisis cerebral. Estas personas también pueden tener una marcha en que se camina con las rodillas, los tobillos y las caderas muy flexionadas (llamada en triple flexión)», apunta.
Tal y como señala Chaler, también se han definido patrones de marcha muy característicos de problemas de articulaciones: «Quizás la más conocida es la marcha de Trendelenburg, debida a una pérdida de fuerza en la musculatura de la cadera que normalmente se asocia a lesiones como artrosis y que se caracteriza por una sacudida del tronco rápida hacia el lado de la pierna de apoyo para compensar la falta de fuerza».
¿Y los pacientes con la enfermedad de párkinson? Caminan con toda la pierna rígida y a pasos muy pequeños. «Es muy frecuente diagnosticar una persona con párkinson por una alteración de la marcha que habitualmente es en pequeños pasos y muy lenta», asegura.
¿Más trastornos o dolencias que se dejen ver en la forma de andar? «Una marcha muy característica es la marcha atáxica, titubeante, inestable y con riesgo de caída. Apunta a lesiones en el cerebelo», desgrana.
Según cómo nos movemos también puede ser que se pueda predecir qué problemas vamos a tener. No, no es adivinación, es que el cuerpo, cuando empieza a repetir ciertos movimientos, acaba generando dolencias. «La biomecánica es un instrumento fenomenal para detectar problemas subyacentes generadores de lesiones. Hay estudios muy importantes realizados en jugadoras de baloncesto en los que se ha visto que determinadas formas de mover y generar fuerzas alrededor de la rodilla al realizar un salto predicen de una manera muy potente lesiones del ligamento cruzado», apunta Chaler. Según explica, «la buena noticia» es que si se detectan estas alteraciones se pueden corregir con entrenamientos específicos.
También se ha desarrollado mucho el estudio del patrón biomecánico del pie (por ejemplo, para determinar si un pie es pronador –cuando la pisada incluye el mayor contacto de la parte interna del pie con el suelo– o muy laxo –plano–) para detectar la necesidad de poner unas plantillas, o no, para prevenir lesiones. «En el ámbito deportivo, el uso de pruebas biomecánicas ya es esencial», destaca. Ahora viene el salto al común de los mortales.
Si antes de los 70 años tenemos varias caídas en un corto periodo de tiempo y no levantamos bien los pies del suelo debemos consultar a un médico. Puede ser desde un simple problema de visión al inicio de algo neurológico.
Caminar a una velocidad igual o superior a un metro por segundo (3,6 km/h) pasados los 65 años se relaciona con un aumento considerable de la supervivencia, según estudios realizados por los investigadores en 'Journal of the American Medical Associaction'.
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