Secciones
Servicios
Destacamos
Hay algunas cosas que son así desde que el mundo es mundo. Son aquellas que tienen que ver con nuestro instinto y con esa parte del animalito que somos. Y el sexo es una de ellas. Desde que los humanos vivíamos en las cavernas, lo ... básico no ha cambiado mucho. ¿Que ha habido evolución? Sííí..., pero al final todo se ha resumido en tres conceptos: deseo, personas interactuando y satisfacción de la necesidad. Pues bien, ahora mismo estamos en un punto de inflexión donde entra en juego una variable que parece omnipotente y cargada de promesas: la tecnología, que en un futuro muy cercano cambiará nuestras costumbres sexuales.
¿Suena a ciencia ficción, verdad? Quizá porque la literatura, el cine y las series han explorado este terreno, lanzando al mundo algunas de las posibilidades del sexo del futuro, que básicamente desdibujan las fronteras entre lo real y lo virtual. De hecho, ya hay estudiosos que vaticinan que en veinte años mantendremos más contactos sexuales con sofisticados robots, tipo humanoide y dotados de inteligencia artificial (IA), que con personas de carne y hueso. ¿Más posibilidades? Casi infinitas: robots iguales a ese actor o actriz que tanto nos atrae, dispositivos que hacen sentir caricias, impresiones en 3D del cuerpazo que más nos guste para 'movilizarlo' después con una app, orgasmos totalmente tecnológicos y a distancia, hologramas... Cuesta imaginar esta deriva, bautizada como 'sextech' (mezcla se sexo y tecnología) y cuyos adeptos son llamados digisexuales. La pregunta es: ¿por explorar cosas nuevas y obtener placer 'fácil' no perderemos algo por el camino? Dos expertas hablan de ello.
Ana Lombardía (experta en sexualidad)
¿No da un poco de miedo todo esto? ¿Yla importancia del calor humano, de conectar con alguien? «La inteligencia artificial y las nuevas tecnologías pueden ser un complemento muy enriquecedor para las relaciones sexuales humanas y, según muestran los índices de los últimos años, su aplicación a nuestra sexualidad está creciendo en demanda y adeptos. Aun así, es importante no perder de vista que no deberían ser la única forma de sexualidad ni sustituir al contacto humano en su totalidad: las personas necesitamos la sexualidad humana, es una necesidad básica con multitud de beneficios para la salud física y mental», aclara Ana Lombardía, experta en bienestar y salud sexual y colaboradora de las firmas de artículos sexuales We-Vibe y WOW Tech.
Según el informe 'Tendencias sexuales 2022' de LovehoneyGroup –agrupación de empresas de bienestar sexual–, se está produciendo en estos momentos –aún en la pandemia, con las limitaciones y imperativos de distanciamiento que eso conlleva– un aumento de las aplicaciones de citas, de la pornografía inmersiva y de dispositivos sexuales conectados, lo que indica un vínculo más profundo con la tecnología en las relaciones sexuales.
Así, se estima que en el plazo de unos diez años estas opciones en las que se trabaja ya comenzarán a ser muy comunes y que en veinte estarán muy extendidas. Neil McArthur, experto de la Universidad de Manitoba y estudioso del tema, y Markie Twist, docente de la universidad de Wisconsin, aseguran que ya estamos ante «una nueva revolución sexual» que va a actuar sobre el órgano sexual por excelencia: el cerebro.Según explican, las opciones de realidad virtual están progresando rápido, pero los robots no tanto (se buscan opciones menos antropomórficas), lo mismo que la inteligencia artificial aplicada al placer sexual.
Lurdes Lavado (sexóloga de Alborabide)
Japón es, en muchas cosas, una avanzadilla tecnológica. Allí los digisexuales son legión. De hecho, la mitad de los treintañeros no han mantenido aún relaciones sexuales reales, mientras los eventos de porno virtual se llenan. En nuestro entorno ya apuntamos hacia lo mismo.Así lo indica Lurdes Lavado, sexóloga del centro Alborabide: «Los adolescentes están ahora en la moda del 'no sexo', incluso muchos dicen que les da asco, que solo quieren abrazos, algún beso, alguna caricia..., pero nada de mantener relaciones coitales. Se está imitando la cultura japonesa, el país de los 'sin sexo'».
Así que Lavado observa el 'sextech' con cierta preocupación. Si al contexto de desinterés por el contacto cara a cara y por el coito «añadimos las máquinas», vaticina una caída tremenda de interacción personal. «Además, ya se pueden imitar olores, sensaciones táctiles...».
Muñecas , muñecos y viceversa: ya existe un dispositivo sexual dotado de IA: se llama Harmony y fue creado en 2018 por la empresa Real Doll. Es una muñeca que habla, almacena las preferencias de su pareja y se usa, por ejemplo, en tríos. Más tarde llegó Henry, su álter ego masculino. ¿El problema? Su coste supera los 12.000 euros. China tiene su propia muñeca (Emma) y en nuestro país está Samantha.
A la carta... y a flor de piel: la tecnología 'active skin' permitirá que dispositivos microscópicos se inserten en la piel, cerca de las terminaciones nerviosas, lo que permitirá que una inteligencia artificial externa almacene y reproduzca las respuestas sexuales de una persona. De este modo, robots y androides podrán usar esta información para excitar el sistema nervioso de la manera que más le guste al usuario.
Redes y apps muy realistas: redes sociales y apps se aliarán con la neurociencia para mantener una relación sexual muy completa: además de imágenes y sonido (lo que ahora ofrecen) podrán reproducir en el cerebro olores, acaricias, cambios de temperatura...
Realidad virtual... todo a elegir: se podrán elegir escenarios eróticos, parejas, participar en juegos eróticos en línea con más personas. Un universo paralelo, vaya.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.