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Consejos de especialistas del humor para hacer inocentadas

Consejos de especialistas del humor para hacer inocentadas

Luis Piedrahita, Edu Soto y Eduardo Jauregui nos cuentan cuál ha sido la mejor broma que han hecho o les han hecho

Lunes, 28 de diciembre 2020

Bromear es una forma de comunicación. La risa también. De hecho, hacer reír a los bebés es el primer recurso que tenemos para comunicarnos con ellos. El humor, además, es el medio que tenemos de soportar las peores circunstancias de la vida. De ahí que esté tan extendido entre los profesionales que lidian a diario con situaciones de sufrimiento y violencia, como los sanitarios o las fuerzas de seguridad, donde muchas veces surgen chistes que fuera de ese contexto serían inaceptables. Y es que, por reírnos nos reímos hasta de la muerte. Lo demuestran epitafios como el de la lápida del actor Mel Blanc, quien puso voz al dibujo animado Bugs Bunny, que versa: «Esto es todo amigos», la frase que cerraba los episodios de la serie de los Looney Tunes.

«Está demostrado que en momentos difíciles la gente busca la forma de que el humor circule. Es un mecanismo de supervivencia, como un 'paraguas ante la adversidad'», expresa Eduardo Jauregui, psicólogo especialista en humor. Es más, el humor se abre paso incluso donde pensamos que es imposible que aparezca, como lo hizo en los campos de concentración nazis. Así lo recogió el neurólogo Viktor Frankl en su libro 'El hombre en busca de sentido' (Herder Editorial), donde cuenta cómo acordó con un compañero intercambiarse al menos un chiste o una anécdota graciosa todos los días durante su estancia en un campo de exterminio.

La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de coronavirus ha provocado situaciones complicadas que también han impulsado nuestro lado más cómico. Sirva de ejemplo el torrente de memes divertidos, relacionados con el Covid-19, que recibíamos a diario durante el confinamiento del pasado mes de marzo.

Por eso, Jauregui cree que quizás este año el Día de los Inocentes vendrá cargadito de inocentadas, lo que permitirá reavivar una tradición que, en su opinión, ha perdido un poco el seguimiento cultural que tenía antaño. «Antes era algo mucho más difundido, sobre todo a través de los medios de comunicación. Desde hace unos años nos hemos acostumbrado al humor enlatado y como mucho enviamos un meme. Por eso considero que, en un año difícil como este, es una fiesta a reivindicar».

Inteligencia emocional

En cuanto a qué tipo de bromas hacer y cuáles no, no existe un límite, pero el humorista e ilusionista Luis Piedrahita, que el próximo mes de febrero se traslada al teatro Reina Victoria (Madrid) con su espectáculo 'Es mi palabra contra la mía', las divide en dos: las que mejoran el mundo y las que no. «Las primeras le regalan al bromeado una experiencia inolvidable, a pesar de que se hayan burlado de él. Las segundas dejan un recuerdo desagradable», expresa. También diferencia entre dos tipos de bromistas: los que se quedan a ver su broma y los que no. «En estos últimos hay un punto malvado», opina.

Una buena inocentada requiere paciencia, que es «la virtud de los buenos bromistas», dice el humorista, «los ansiosos levantan sospechas rápido. Es decir, si tu pones un petardo en un cigarro, no vayas corriendo a tu amigo diciendo '¿quieres un cigarro? toma, toma, coge este', porque se dará cuenta de que pasa algo raro. Al contrario, espera a que te lo pida él e incluso dáselo con desgana, como si le estuvieras haciendo un favor. Así no se olerá nada y será más divertido cuando se descubra la broma».

«Hacerle una broma a un desconocido es como hacerle cosquillas a un extraño, probablemente le den más ganas de darte un tortazo que de reírse«

Eduardo jauregui

Otro aspecto a tener en cuenta es la inteligencia emocional. Piense primero con quién puede bromear y con quién no. «Hacerle una broma a un desconocido es como hacerle cosquillas a un extraño, probablemente le den más ganas de darte un tortazo que de reírse. Bromear es señal de confianza y amistad, e incluso a nuestros propios amigos les puede sentar mal una inocentada, así que hay que tener cuidado», advierte Jauregui.

Además, este año hay que tener en cuenta aspectos como el contacto, por lo que mejor evitar las inocentadas que requieran manipular objetos. Intente prescindir también de aquellas que generen falsas esperanzas como: 'mamá, al final voy a verte por Reyes', o que jueguen con la salud ('tengo Covid', 'tal familiar está en la UCI'). Si lo hace, puede que más que diversión genere desilusión, angustia o malestar.

Recordando y proponiendo bromas

  1. Luis Piedrahita

    «Los niños son los mejores 'inocentes'»

El ilusionista y humorista Luis Piedrahita. Diego Martínez

El humorista rememora una broma que recuerda con cariño. La realizó en el programa de televisión 'Nada por aquí'. «Consistía en ir al acuario con un niño y, con técnicas de ilusionismo, hacer un agujero en el cristal y que empezase a salir agua. El peque se quedaba alucinado. Entonces, le pedía que apretase el agujero para que los peces no se saliesen. Mientras, yo iba a buscar ayuda y volvía con un vaso de plástico. Le pedía que lo sujetase y, al quitar el dedo del agujero, un pececito caía al recipiente. Después, devolvíamos el pez al acuario y lo 'salvábamos'. Sin embargo, una de las veces vino un pez más grande y se lo comió. No nos lo esperábamos y aportó un punto cómico muy divertido», recuerda.

  1. Edu Soto

    «La mejor inocentada me la gastaron en plena actuación»

El actor Eduardo Soto. Javier Naval

Hasta los propios humoristas caen en las trampas del humor. Le ocurrió al actor Eduardo Soto, protagonista de la comedia musical 'Post!', actualmente en cartelera en el Teatro Príncipe de Vergara (Madrid). «Fue en mitad de la obra 'La cena de los idiotas'. Yo era el protagonista y mi compañero salió al escenario interpretando que era ciego, aunque su personaje no lo era, así que hubo que improvisar sobre la marcha. Al acabar nos partíamos de risa», cuenta Soto. Él también le gastó una buena inocentada a David Fernández ('el Chikilicuatre') como parte de la gala 'Inocente, inocente' de TVE. «Le llevé a un descampado y encontramos a una chica maniatada en un coche. Luego aparecieron unos matones rusos. Yo perdí la llave del coche... ¡Se lo creyó tanto que llegó a temer por su vida!», recuerda divertido.

Vídeo. Inocentada de Edu Soto a David Fernández como parte de la Gala Inocente de TVE. TVE
  1. Eduardo Jauregui

    «Inventa normas absurdas»

El psicólogo especialista en humor Eduardo Jauregui. E. J.

Si este año queremos bromear con algo relacionado con el coronavirus, podemos hacer una inocentada como la que nos propone Jauregui: pensar alguna normativa absurda que, hipotéticamente, haya implementado el Gobierno. Por ejemplo, que hay que salir de casa con tres mascarillas para protegernos más. Cuando el inocente salga de casa todo ataviado y vea que nadie va así, se dará cuenta de que le hemos tomado el pelo. Cualquier idea disparatada sirve, siempre que no entre en conflicto con las normas implementadas realmente para prevenir el contagio.

En caso de que queramos gastarle una inocentada a algún extranjero ¡ojo! pues el Día de los Inocentes ('April Fools Day', en inglés) se celebra el 1 de abril y no el 28 de diciembre en la mayor parte del mundo.

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