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Daniel Castiñeiras
Saque fruto a su huerto casero

Saque fruto a su huerto casero

Cómo cuidarlo y mantenerlo para producir su propia cosecha de frutas y verduras

Domingo, 4 de julio 2021, 00:16

Comer lo que uno cosecha. Parece un ideal inalcanzable en la ciudad, pero no tiene por qué. A raíz de la pandemia, los huertos caseros se han puesto de moda y cada día son más los que se animan a cultivar sus propias frutas, ... verduras, hortalizas o hierbas aromáticas.

Eso sí, no es tan sencillo como introducir una semilla bajo tierra y esperar a que germine. Al igual que cualquier otra planta, las de huerto necesitan unos cuidados especiales para prosperar y dar fruto. Pablo Lodeiro, especialista en usuario de jardín y agricultura de la empresa Bellota, nos orienta al respecto:

  1. Dónde ponerlo

«Todas las plantas necesitan luz natural y a las de huerto, generalmente, les va bien que los rayos del sol les incidan directamente. Así, nuestro huerto debería estar situado, preferiblemente, en zonas abiertas (terrazas o balcones) en las que, por lo menos durante medio día, tengamos sol directo. Si esto no es posible otra opción es colocarlo junto a la ventana en una habitación con mucha luz», explica Lodeiro.

Las alternativas de recipientes para plantarlas son: una mesa de cultivo, jardineras o macetas. «Lo ideal es disponer de unos 30-40 centímetros de profundidad de sustrato, pero con alrededor de 15 sería suficiente para algunas especies, como ajos, canónigos, cebollas, espinacas, rabanitos, rúcula o zanahoria», añade.

  1. Espacio y orientación

Para elegir las plantas de nuestro huerto habrá que tener en cuenta el espacio del que disponemos y la orientación de la zona donde las vamos a colocar.

«Con poco espacio, lo ideal es cultivar tomates Cherry, berenjena, pimiento, tomillo, orégano, albahaca, cebollino, cogollos de Tudela, rúcula, espinaca, perejil, cilantro, rábano, remolacha o fresas. Con mucho espacio, judías, maíz, pepinos, calabacín, calabaza, melón, sandía, apio, romero, acelga, patatas o frambuesas».

En cuanto a la luminosidad, Lodeiro indica que «las plantas que más agradecen el sol directo son: los tomates, las judías, el maíz, el pepino, el calabacín, la berenjena, la calabaza, el pimiento, el romero, el tomillo, el orégano, la albahaca y el cebollino. Por su parte, todas las verduras de hoja (berza, acelga, lechuga, rúcula, espinaca…), algunas aromáticas (cilantro, perejil, menta...), algunas hortalizas de raíz (rábano, remolachas, patatas...) y los frutos del bosque (frambuesas, fresas, arándanos…) necesitan menos horas de sol».

  1. Plantar o semillar

Ambas opciones son válidas. El único inconveniente de semillar es que la germinación es delicada y, «al mínimo momento que no esté húmedo el sustrato, la planta puede morir fácilmente», advierte Lodeiro.

Su ventaja, en cambio, es que podemos elegir las variedades de frutas y vegetales que más nos gusten, sin tener que ceñirnos a la disponibilidad de lo que el mercado nos ofrece», afirma.

  1. Herramientas necesarias

Las herramientas básicas con las que debemos contar son las de mango corto (pala trasplantadora, azadilla, rastrillo, cultivador, pincho plantador, plantador de bulbos, pulverizador para tratamientos, regadera y tijeras recolectoras). Los materiales de estas pueden ser diversos: fibra de vidrio, aluminio, forja o madera.

Para elegirlas correctamente, Lodeiro recomienda «fijarse en la ergonomía del mango y el peso, para que al cogerlas nos resulten cómodas».

  1. Sustrato y riego

«Las mesas de cultivo, las jardineras o las macetas provocan un mayor agotamiento de la tierra, porque no hay aporte de materia orgánica natural y no se dispone de un volumen de tierra infinito, como en el suelo agrícola. Por ello, es recomendable utilizar más cantidad de abono orgánico vegetal (compost, humus de lombriz...) y aportar materia orgánica mínimo dos veces al año (a finales de invierno y a principios de otoño)», aconseja Lodeiro.

Aunque existen sustratos ya preparados, si se quiere hacer en casa, él recomienda mezclar: 60% de fibra de coco o tierra negra, 40% de humus de lombriz o compost; vermiculita (dos puñados por una mesa de 200 litros) y perlita (dos puñados por mesa de 200 litros).

En cuanto al riego, «conviene regar al amanecer, porque la tierra está más fresca. Así reducimos la probabilidad de ataque por hongos y también desaprovechar agua por la evaporación de la misma con el calor», dice. «La cantidad de agua es relativa, lo importante es no encharcar el sustrato. Si lo hacemos, la planta se ahogará».

  1. Cuándo recoger los frutos

Habrá que esperar a que estén completamente desarrollados. Eso mejorará su sabor, pero cuidado con esperar en exceso. «Si los recolectamos demasiado tarde pueden desarrollar semillas que reduzcan su calidad, como es el caso de las berenjenas o los calabacines, o que florezcan y disminuyan su sabor y aroma, como les ocurre a las hierbas aromáticas», orienta Lodeiro.

  1. Cuándo podar

Las podas deben realizarse cuando la planta se vea sana y fuerte y deben ser pequeñas, para que esta no sufra mucho y favorezcan el desarrollo del fruto. Por ejemplo, si se planta un tomate el 15 de abril, el 15 de junio se podrá podar. «Debemos dejar el tallo principal y cortar los secundarios que no tengan flor ni fruto, procurando no desequilibrar el porte de la planta».

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