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HIGINIA GARAY
¿Puedo estar un año sin comprar?

¿Puedo estar un año sin comprar?

Aunque sea solo ropa. Por ahorrar, por ayudar al planeta, por pura salud mental... Una arquitecta de interiores asturiana nos cuenta cómo lo hizo

Sábado, 12 de junio 2021

En realidad tampoco estamos inventando nada. Unos 450 años antes de que naciera Cristo, se paseaba Sócrates por el mercado de Atenas mirando las mercancías y admirándose de la cantidad de cosas que no necesitaba para ser feliz. Más allá llegó Diógenes de Sínope, el cínico, que vivía dentro de un tonel rodeado de perros callejeros, liberado de cualquier riqueza o posesión material. Así que el reto de dejar de comprar durante un año, acotado además a la ropa, parece incluso algo sencillo. Pero no vivimos en la época de aquellos filósofos, sino en un mundo ferozmente consumista en el que la posibilidad de comprar camisetas a 3 euros nos empuja a hacer cola durante una hora para salir al rato del establecimiento con varios pares que tardarán en degradarse unas ¿tres puestas? Así las cosas, el reto cobra dimensión de hazaña en un mundo en el que comprar está al alcance de un clic de ordenador.

Basta un vistazo con distancia sentimental al interior de nuestros armarios para darnos cuenta de que algo no va bien. Le pasó incluso a Carrie Bradshow, la protagonista de 'Sexo en Nueva York', cuando descubre asustada que no puede pagar su apartamento pero tiene 35.000 dólares (unos 30.000 euros) invertidos en zapatos dentro de su vestidor. Es difícil rastrear el origen de la propuesta de no comprar nada durante un año –'No Buy Year' es una de sus denominaciones en inglés–, aunque se dice que nació en los países anglosajones como un movimiento en contra del consumismo –un 5% de la población es adicta a las compras– y de la industria de la moda, especialmente de la 'fast fashion', que, según según el Banco Mundial, es responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de efecto invernadero y del 20% de las sustancias tóxicas vertidas a ríos y mares. Así que, ya sea por cuidar el planeta que habitamos, por llevar una vida más libre de posesiones o simplemente por ahorrar, si uno teclea en internet 'Un año sin compras' se dará cuenta de la cantidad de personas que se están sumando a este reto o cualquiera de sus variantes.

Maria Cañal es una de ellas. Esta asturiana licenciada en Arquitectura de interiores y con un hijo de 13 años empezó a escribir en 2010 el blog 'escarabajosbichosymariposas.com', donde ha relatado el año que estuvo sin comprar nada de ropa, entre 2016 y 2017.

– ¿Cómo conoció el reto y por qué se planteó el hacerlo?

–Todo empezó con dos libros que leí al mismo tiempo: el de Marie Kondo, 'La magia del orden', y 'Un montón de cosas bonitas que no compré', de Sarah Lazarovic. En ellos se habla del concepto de rechazar cosas innecesarias, deshacerse de lo inútil, y detectar lo insano en lo innecesario. Es algo que además de aplicarse a lo material también traspasa a lo personal. Es un proceso muy bonito y donde aprendes mucho sobre ti misma.

– E hizo el método de Kondo...

– Sí, y empezaron a salir de mi casa bolsas de ropa y otros objetos, lo que me hizo reflexionar y pensar si quería volver a estar igual en dos meses. Entonces me planteé, como experimento, estar un año sin comprar nada. Con el fin de ver qué pasa cuando vives con lo que tienes.

– ¿Qué pensaba no comprar, solo ropa o algún otro artículo...?

– Todo lo que no fuera necesario para el día a día, lo que no es comida, aseo...

– Tiene un niño, entonces bastante pequeño, lo cual dificulta hacer cualquier reto... ¿Qué es lo que más le costó al principio?

– No me costó mucho, Nico hereda mucha ropa de amigos y familiares y no tuve problema en ese año para no comprarle ropa, salvo algún par de zapatos que eran necesarios y poco más. También tenía todo lo que necesitaba para jugar y vivir. No fue complicado. De hecho, Nico fue el que más lecciones me ha dado y con el tiempo me doy cuenta de que ha interiorizado muy bien nuestro lema de '¿lo necesito?'.

– ¿Cuál fue el momento más difícil?

– No recuerdo ninguno en especial. La Navidad quizá fue lo que a priori parecía más complicado porque es un momento en el que el consumo está a la orden del día. Pero cuando llegaron y no tuve que ir de compras ni tener la obligación de hacerlas fue absolutamente liberador.

– ¿No 'cayó' nunca?

– Sí, caí cuando ese verano estuvimos de viaje en Indonesia y me compré un abrigo hecho con las telas de allí. Era algo muy muy especial. Me salté el año sin compras con ese detalle que considero que fue algo elegido y en un momento único. Así que lo hice con mucho gusto.

Se mira pero no se compra

– Conforme iba cumpliendo meses, ¿cómo se encontraba?

– Cada vez mejor. Al principio estaba más pendiente de mis sensaciones, de aquello a lo que decía que no, pero según pasaron los meses me adapté y ya no me daba ni cuenta, simplemente en mi rutina no estaba comprar. Sí que hice el ejercicio de seguir mirando, porque como dice el libro que comentaba anteriormente, hay un montón de cosas bonitas en el mundo, de marcas que hacen cosas increíbles y de objetos preciosos que puedes ver pero no necesariamente comprar. Y con esto no digo que no se compre nunca, o que dejemos todos de comprar. Mi año sin compras fue un experimento que me enseñó, más que a no comprar, a cómo comprar.

– Y terminó. ¿Era otra persona diferente tras esos 12 meses?

– Sí, se me quitó el impulso comprador, ese que hoy en día está muy extendido por la facilidad que hay para comprar, lo barato, lo sencillo que es con dos clics conseguir cualquier cosa en cualquier parte del mundo. Me gusta seguir haciéndome la pregunta de si lo necesito. Y si lo necesito, me hago la siguiente pregunta: cómo quiero que sea. Y me paro y busco, intento que sea lo más sostenible posible, que sea duradero, que preferiblemente sea fabricado en España. Hago una investigación antes de comprar.

– ¿Cómo ha influido aquel reto en su vida y su persona?

– Mucho, porque de ahí nació mi interés por el minimalismo y el desarrollo personal. Esto se puede aplicar a todos los aspectos de la vida y puedes hacer limpieza de otras cosas que ya no necesitas, o que llevas lastrando mucho tiempo, como pueden ser incluso las relaciones personales... Desde que hice el reto me interesa lo sencillo, la vida 'slow', la comida orgánica, y conocerme mejor.

Cómo dejar de comprar en 4 pasos

  • Fija un objetivo: Cada persona encuentra distintas razones para consumir menos y tener menos posesiones. De entrada, debemos concretar nuestro objetivo y saber por qué queremos hacerlo. ¿Ahorro, cumplir un reto por el mero hecho de hacerlo, luchar contra el cambio climático...? Sea cual sea, debemos tenerlo claro.

  • Concreta las reglas: Pese a su nombre, no se trata de no comprar absolutamente nada, sino lo que decidamos. Y para ello, lo más fácil es escribir una lista de lo que sí podemos y otra con lo que no.

  • ¿Preparado? Hagamos una lista de las cosas que solemos comprar y veamos si entran o no dentro de las nuevas reglas que hemos fijado. A partir de ahora, sin un montón de compras que realizar, tendremos mucho más tiempo libre. Pensemos en qué lo vamos a emplear y hagamos planes, pues en caso contrario será más fácil recaer. Y cancele su suscripción a cuentas de marcas y revistas de moda en sus redes sociales.

  • Paso a paso: Quizá sea mejor no pensar de inicio en un año, sino ir poco a poco, visualizando el reto en un mes, por ejemplo, y luego ir avanzando. No pasa nada si recaemos, lo volvemos a intentar y aquí no ha pasado nada. Aprendamos del error, de por qué se ha producido.

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