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Aunque en nuestra pequeña vanidad nos sintamos a veces únicos, lo cierto es que los humanos resultamos a menudo de lo más predecibles. Y clasificables. De eso se valen los gurús del marketing para elaborar patrones de consumo y aumentar las ventas. «Antaño, estos patrones se reducían a sexo, edad y clase social. Ahora las variables que se introducen, además de estas, son de estilo de vida, autoimagen, perfil psicológico... -explica Francesc Rufas, profesor de la EAE Business School y experto en psicología del consumo-. Así se crean unos arquetipos, conocidos como 'tribus', de distintos tipos consumidores». Por supuesto, matiza, son muy permeables, cambiantes y con muchos subgrupos. ¿El objetivo de estas clasificaciones? Afinar al máximo y conocer cómo funciona nuestro cerebro a la hora de gastar. ¿Sabemos en qué grupo nos encuadran? Veamos.
Pueden ser hombres o mujeres, pero tienen en común que valoran mucho su imagen y no reparan en gastos. «Tienen unos estándares de perfección altísimos (e infantiles) y los persiguen de forma compulsiva».
Qué les venden: cosmética y tratamientos.
Son 'progres' de izquierdas, que quizá no dispongan de demasiado dinero, pero que se creen superiores intectualmente.
Qué les venden: según Rufas, cursos de reiki o yoga, viajes a Nepal, productos macrobióticos.
Son una 'rama' de los místicos, «pero con mucho más dinero», según el experto, quien indica que Bill Gates sería su exponente máximo e inalcanzable.
Qué les venden: coches no contaminantes pero carísimos, viajes 'ecológicos' o solidarios. Un paso más allá están los 'bobos', los «burgueses bohemios» (de ahí, 'bohemian bourgeois', viene el nombre), que buscan productos con un barniz espiritual, pero exclusivos y caros. Qué les venden: camisetas de 'Salvemos a las ballenas' muy caras y perfumes con base de ámbar gris, que sale de estos cetáceos. Pura incoherencia.
Ganan más que su pareja o encabezan familias monoparentales. Son independientes y ven en ciertas posesiones el 'premio' a su trabajo y a sus logros profesionales.
Qué les venden: invierten dinero en servicios que les faciliten la vida, como 'personal shoppers', comida a domicilio, canguros, limpiadoras, jardineros... Tampoco escatiman en diversiones y en complementos o joyas que den fe de su estatus.
Están ya en la cuarentena o la cincuentena y suelen ser hombres. Se caracterizan por la nostalgia de su época infantil, en la que quizá no pudieron acceder a ciertas cosas, y suelen ser personas solitarias que se 'vengan' de aquellos años de privaciones (y a veces de burlas sociales) comprando 'juguetitos'. Necesitan sorpresas y cambios constantemente.
Qué les venden: videojuegos, drones, cómics caros, objetos retro, tecnología. Una variante serían los 'geeks', amantes de la ciencia ficción con dinero y aficionados a alquilar.
Se caracterizan por tener corta edad pero demandar y adquirir (con dinero familiar, claro) tecnología, ropa y ocio para 'teens', que es lo que quieren ser.
Qué les venden: fiestas de cumpleaños con DJ pero sin alcohol, por ejemplo. O ropa sexy.
Su vena activista les hace buscar empresas en sintonía con sus valores. Para inspirarse, confían más en las páginas web de las marcas que en la opinión de familiares o amigos.
Qué les venden: productos básicos y sostenibles, ropa y enseres de segunda mano o procedentes de subastas.
'Double-income, no kids', es decir, parejas con dos sueldos pero sin hijos. No ahorran. «Pretenden gastarse lo que ganan porque no se lo van a dejar a sus descendientes», afirma Rufas. Se permiten experiencias caras y exclusivas.
Qué les venden: viajes exóticos, gastronomía de alto nivel, tratamientos cosméticos, alquiler de servicios de lujo...
Este grupo suele poder permitirse una buena calidad de vida, si bien sus prioridades cambian con los hijos, cuando anteponen el bienestar familiar. Buscan opciones de pago que les ayuden a repartir los gastos más importantes a lo largo del tiempo y centran su consumo en el periodo de rebajas para presupuestar mejor estos gastos. Suelen realizar compras 'online', sin gran fidelidad (por debajo del 30%) a marcas concretas, según un reciente estudio de la consultoría Klarna, especializada en servicios financieros de pago y compras.
Qué les venden: artículos de uso común para cubrir las necesidades de toda la familia. Desde ropa a material escolar o electrodomésticos.
Disfrutan de la libertad e independencia de un empleo estable y bien remunerado. Piensan en vivir el momento y gastan su salario en lo que les apetece. Se caracterizan por llevar una vida digital cuidadosamente estudiada, dedicando mucho tiempo a las redes sociales. Más de la mitad (54%) realiza la mayoría o todas sus compras 'online' y seis de cada diez se han autorregalado artículos bonitos a pesar de haber salido menos durante la pandemia. La mayoría compra más 'online' cuando se aburre, en ocasiones de forma impulsiva, ya que buscan rapidez e inmediatez.
Qué les venden: caprichos, ropa de deporte, tecnología, móviles.
Buscan constantemente inspiración digital y mantenerse al tanto de las tendencias. Este grupo se caracteriza por no ganar tanto como les gustaría, por lo que buscan 'tips' para conseguir las mejores ofertas. Les interesa que las devoluciones sean rápidas, según el estudio de Klarna.
Qué les venden: ropa y también accesorios.
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