Con un vinilo en la mano y haciendo la V de victoria, Char-Lee Mito, autor del libro, ilustrador y cantante de Villapellejos y Los Plomos.

Confit de rockero

Un libro recopila fotos y recetas dulces de músicos durante el confinamiento

Rock and Roll y azúcar glass' es la máxima que ha sustituido durante esta pandemia al manido clásico que liga esta música al sexo y las drogas. Y es también el lema del libro 'Confitados: Músicos, postres y pandemia', cocinado por el ilustrador y cantante ... del grupo Villapellejos Char-Lee Mito (Bilbao, 1977) y que va ya por su tercera edición. Todo empezó con el confinamiento, como tantas cosas. Mito, que conduce un pequeño espacio musical en Radio Euskadi, se sacó un autorretrato para ilustrar el podcast de aquel primer programa hecho desde casa. «Aparezco sujetando el disco de nuestra banda, Villapellejos, y haciendo el símbolo de victoria inspirado en el famoso gesto de Winston Churchill. Y me gustó tanto el resultado que invité a los componentes de mi banda a hacer lo mismo». Al rato le llegaron las fotos...

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«¡Y eran sorprendentes! Así que decidí hacer lo mismo con otros grupos: Campamento Rumano, Retumbes, Munlet, Cabezafuego, Travesti Afgano, Los Plomos... El concepto era 'estrella de rock confinada'». Pero el 'boca oreja' hizo que la idea llegara a varios grupos madrileños... «A partir de ahí, hay un antes y un después en 'Confitados'. Día a día iban llegando decenas de fotos de bandas que me flipan: Punsetes, Aerolíneas Federales, Pony Bravo, Chiquita y Chatarra, Fee Reega, Patrullero Mancuso, Triángulo de Amor Bizarro, Bo Derek's, Capitán Entresijos... Hasta completar el libro con 123 músicos, tres escritores, cinco niños, seis gatos, cinco perros y un pez. Ah, y un presidente de EE UU».

Arriba, Coral Alonso, de Aerolíneas Federales y Heroínas, armada con una mandolina. En medio, Joseba Irazoki (Zup, Onddo, On Benito y Atom Rhumba, y guitarrista de Nacho Vegas, Duncan Dhu, Mikel Erentxun, Rafa Rueda y Petti) busca otra perspectiva al confinamiento a través del acuario. Debajo, Ariadna Paniagua, de Los Punsetes, con mascarilla y su eterna máquinade coser.

Mito también ha tenido su 'Sobreviviré' particular: «Me alegra que esa canción haya servido de ayuda a mucha gente, aunque he acabado hasta el gorro de ella –sonríe–. Parecía el día de la marmota. Pero la música ha sido vital para sobrellevar el confinamiento. La primera semana escuché a fondo el LP 'All Things Must Pass', de George Harrison, me daba mucha calma. Es curioso, porque cada semana me daba por un artista o una canción: Javier Krahe, Siniestro Total, Punsetes, Pony Bravo, Jorge Ben... Y guardo mucho cariño al tema 'No pido mucho', de Veneno. Para mí su letra tenía la solución o interpretaba que hablaba de lo que nos estaba sucediendo.

–¿Cuál es el primer disco que compró cuando se pudo, tras el fin del encierro?

– Cuento en el libro que cuando entramos en la Fase 1, la desescalada, fui corriendo a la tienda Power Records de Bilbao a comprar un vinilo. Ese disco fue 'La leyenda del tiempo', de Camarón de la Isla. No me digas por qué, pero Federico García Lorca ha estado muy presente en mi cabeza durante el confinamiento.

–¿Y cómo le fue el encierro?

– Fue una montaña rusa de emociones. Los peores días fueron los de los dos ingresos que tuvo el abuelo de mi chica en Galicia, uno bajo la sospecha de la COVID, y aunque los resultados dieron negativo tuvo que estar dos días aislado en el hospital de Vigo. A la semana siguiente le volvieron a ingresar por causas de la edad. Esto ya nos derrumbó por completo. Afortunadamente en un par de días le dieron el alta y está en casa. En el libro hay un homenaje a él, con la primera letra que he escrito en gallego, 'Loitador da Rúa' (Luchador de la calle): «Qué pode facer un rapaz do Morrazo? Mais que botarse ó mar e sulfatar patacas do Avó Isaac» (¿Qué puede hacer un chico del Morrazo? Más que echarse al mar o sulfatar las patatas del abuelo Isaac).

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La receta de un fantasma

– ¿Cuál de los músicos le ha sorprendido más? Se ven dos sentados en el retrete, seguro que no son esos…

– Hay mucho animal escénico en el libro (risas). Me hizo mucha gracia pedirle a Indy Tumbita otra foto para que Joao Tomba también estuviese en 'Confitados'. Tomba era una estrella del rock que en 1959 falleció en una carrera de coches, una historia surgida de la mente de Indy Tumbita, que hoy en día es 'poseído' por Joao durante sus conciertos de rock por el mundo. ¡Todo un espectáculo! Creo que este es el primer libro de repostería donde un fantasma te enseña a hacer filloas.

Arriba, Endu Tururu, de Campamento Rumano, todo elegancia, poniendo la lavadora. En medio, Sophie Pell, de Villapellejos, abstraída en la lectura y en la escucha. Abajo, Indy Tumbita con unas birras... ¿quizá a punto de ser poseído por el fantasma de Joao Tomba?

Dice que la receta con la que más se ha chupado los dedos es la del «Brazo de gitano de la amatxu de Oskar Baenas, gran ilustrador y guitarrista de Maika Makovski, Fermin Muguruza o Atom Rhumba». Y ha quedado todo muy internacional, pues además de las filloas gallegas (una especie de crepe o tortita), hay goxua vasco (dulce con nata montada, bizcocho emborrachado y crema pastelera), strudel alemán (pastel de manzana), koeksisters sudafricanos (pastelillos trenzados cubiertos de sirope de azúcar), torrijas rumanas, delicias de la morería (arroz y mora)....

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