andrea díez
Martes, 23 de mayo 2017, 14:24
«El griterío fue ensordecedor y todo el mundo empezó a correr hacia el lado opuesto del Estadio. Estábamos sentados entre dos niñas de cinco y seis años y al otro lado una familia entera con tres niñas». Así lo relata Ivo Delgado, periodista vallisoletano ... afincado en Manchester desde hace cinco años, y que había acudido con un amigo a ver el concierto de Ariana Grande, en el Arena de Manchester. Una explosión al finalizar el espectáculo con todas las entradas vendidas y encenderse las luces para desalojar fue el detonante de una crisis generalizada y el estallido de gritos y de gente corriendo. Nadie quería creer que se trataba de un atentado, pero la realidad llegó de golpe con los pasillos llenos de humo, gente herida en los pasillos, desmayos y gritos.
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«Yo desde dentro del estadio solo escuché una explosión muy fuerte, la única que oí, ni antes ni después nada más», relata Ivo. El personal de seguridad dirigía a los asistentes hacia las salidas para que pudieran marcharse y no se detuvieran en el camino.
El terrorismo ha golpeado, esta vez a Manchester, una ciudad multicultural con tres importantes universidades en las que estudia gente de todas las nacionalidades y culturas. «Yo tengo buenos amigos musulmanes, esto no cambia nada. No se trata de ideologías sino de personas desalmadas», recalca Ivo que no ha dormido en toda la noche, pendiente de las informaciones que iban conociéndose, ya desde su casa, en esta ciudad británica de medio millar de habitantes.
En medio de una montaña rusa de emociones, el vallisoletano se considera afortunado y desafortunado por haber conocido el terror de los atentados. «La banda sonora de la noche ha sido el sonido incesante de sirenas de policía y ambulancias y es entonces cuando te das cuenta de que sí que ha pasado y que es algo real y que no ha sido un accidente» explica con voz temblorosa que todavía con nervios tranquiliza a sus familiares a través de las redes sociales y el teléfono aunque «lo voy a apagar para poder descansar». Pero si algo quiere dejar claro Ivo es que en los años que lleva residiendo en Manchester no ha visto nunca ningún tipo de enfrentamiento por cuestiones religiosas, define la ciudad como tranquila e insiste en que «te tienes que mentalizar en que no han ganado y que la vida sigue. Es una mezcla de emociones. Ha sido todo una cuestión de suerte».
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