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Miércoles, 3 de mayo 2017, 17:57
Con cinta métrica han trabajado durante estos días los organizadores del Concurso Mundial de Vinos para disponer en la sala de catas las mesas y sillas en las que se sentarán los expertos para probar los 9.080 vinos que entran en concurso. El diseño ... de la sala de catas obliga a que todo esté medido y milimetrado, con unos puestos de cata que se sitúan de forma reglada entre unos pasillos trazados con alfombras rojas. Es importante que las mesas estén en su sitio para permitir con facilidad el movimiento de los 120 camareros que se encargarán de servir los distintos vinos que participarán en el certamen.
La organización ha alquilado 600 mesas y 340 sillas para la ocasión. El número de mesas es tan elevado porque son necesarias no solo para la sala de catas, sino porque también se utilizan para dejar los vinos, en los laterales del pabellón, antes de que sean servidos.
Los puestos de cata incluyen una mesa un poco más alargada para el presidente de cada uno de los grupos (61) y otras cinco mesas a su alrededor donde se sentarán los catadores que formen parte de estos equipos. Estas mesas se adornarán con unos manteles confeccionados para la ocasión en Valladolid.
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