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Fernando Blanco junto a Nadia y su madre, Marga Garau en la foto principal de un blog que habla sobre su historia.
El vallisoletano que mintió a España con la cura para su hija

El vallisoletano que mintió a España con la cura para su hija

Fernando Blanco ha recaudado cientos de miles de euros para supuestos tratamientos experimentales para tratar la enfermedad rara de Nadia Nerea; ahora parte de su relato está en el aire

EL NORTE

Sábado, 3 de diciembre 2016, 11:22

Desde el año 2009 Fernando Blanco y su hija Nadia Nerea han sido los protagonistas de numerosas campañas de captación de fondos. La pequeña, que tiene once años, sufre de una enfermedad rara llamada tricotiodistrofia que provoca un fallo en el metabolismo de ... los aminoácidos y afecta a diversas partes del organismo. Según El Mundo, el diario que publicó hace cinco años su historia y relanzó hace unos días el caso, Nadia Nerea tiene un grado de discapacidad del 75% acreditado por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales del Gobierno Balear, padece microcefalia y ha recibido varios tratamientos, entre otros lugares en la Universidad Clínica de Navarra, el Hospital de son Llàtzer de Palma de Mallorca, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, Houston o París.

Hasta aquí, alguna de la información sobre el caso que parece ser cierta. No obstante, y pese a una voluminosa información ofrecida por el citado diario, una investigación llevada a cabo por El País durante la última semana -periodo en el que la familia de la niña ha recaudado más de 153.000 euros- ha echado por tierra buena parte de la historia.

Blanco y su hija habrían iniciado esta última campaña de captación de fondos para una supuesta operación prohibida en España que se le realizaría a la niña en Houston y consistiría en una manipulación genética a través de tres agujeros en la nuca. Pues bien, según El País, el relato del padre sobre la supuesta cura de Nadia es falso.

Fernado Blanco, nacido en Valladolid y que ha vivido en Ibiza y Mallorca y ahora reside en el pueblo leridano de Fígols i Alinyà, aseguró a El País haber reclutado a un «grupo secreto» de científicos de élite, entre ellos investigadores «militares» de los que se niega a dar el nombre. En el relato ofrecido por el padre, éste afirmó haber viajado por varios países junto a la niña para lograr convencer a médicos de todo el mundo para que la tratasen. Entre esos lugares se encontraba Afganistán, donde aseguró haber llegado «bajo las bombas» con su hija en brazos hasta una supuesta cueva donde se encontraba un experto en la citada enfermedad rara.

En la investigación que desacredita algunas de estas afirmaciones se cita, entre otros, al dermatólogo Juan Ferrando, del Hospital Clínic de Barcelona. Este experto asegura: «Yo pertenezco al Grupo Europeo de Tricología y conozco a todos los grandes referentes científicos. Lo del experto en una cueva de Afganistán es mentira». El médico, que participó en 2008 en el diagnóstico de la enfermedad rara en la pequeña, afirma que sobre la tricotiodistrofia «hay al menos doscientos casos publicados y la gran mayoría no son graves».

A su testimonio se suma el de la genetista Ana Patiño, que trató a la pequeña en 2006. En relación con el tratamiento experimental al que supuestamente se somete la niña en Houston asegura: «yo estoy bastante implicada en el grupo de terapia génica de mi centro para enfermedades raras y, desde luego, no tiene nada que ver con esto. Ni la metodología ni la aproximación».

Disculpa de Pedro Simón

Ante esta investigación el periodista de El Mundo que publicó la historia, Pedro Simón, ha pedido perdón a los lectores en una carta publicada hoy. En su texto asegura: «Hubo un momento en que Fernando me dijo la edad de la niña. Ya no hubo manera de pasar de aquella cría: Nadia tiene la misma edad que mi hijo». Y continúa: «decidí contar su historia al igual que -antes o después- lo hicieron todas las televisiones nacionales, la inmensa mayoría de los periódicos -incluidos los que ahora cuestionan la totalidad del relato-, las webs de información general y hasta varios medios de titularidad extranjera, entre ellos la BBC.» (en referencia a la publicación de un reportaje que hablaba sobre el caso en el año 2011).

Pedro Simón asegura además: «di por bueno (iba a escribir dimos por bueno para refugiarme detrás de un plural retórico) varios datos que me contó Fernando y que -a diferencia de otros aspectos- no corroboré como debía: el nombre de un supuesto doctor americano, determinados viajes al extranjero y el verdadero grado de la enfermedad de la niña, que es real. Yo no sé qué locuras sería capaz de hacer por tratar de salvar a mi hijo. Las que haya hecho Fernando -exageración o utilización de los medios- sólo las conoce él.»

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