Veinte caballos sin dueño pastan en Manzanillo ante la perplejidad de los vecinos

Un camión con remolque desembarcó a los animales y se marchó, sin que nadie le pudiera identificar

agapito ojosnegros

Domingo, 26 de julio 2015, 09:09

«Fue sobre la hora de comer de ayer por el miércoles- cuando llegó un tráiler y descargó entre 22 y 25 caballos en el corral que ocupó y del que se apropió una familia que nos ha amargado la vida al resto de los ... vecinos durante los últimos 15 años», explicaba en la calurosa tarde de ayer un vecino de Manzanillo. Esta persona también se lamentaba de que «la tranquilidad que parecía reinar en el municipio desde hace tres semanas, las misma que hace que el clan conflictivo se ha marchado de la localidad para irse a Peñafiel», se viese otra vez rota por este hecho que ya está en manos de la Guardia Civil y de su unidad especializada para la protección de la naturaleza, el Seprona. Ni el camión ni su conductor pudieron ser identificados.

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Los vecinos entrevistados, además de mostrar su preocupación por el bienestar de los caballos, explican que no tienen constancia de ningún tipo de guía o documento que acredite la procedencia ni la propiedad de estos animales, los cuales, tras ser examinados por veterinarios de la Junta de Castilla y León, presentan buen estado de salud. En cuanto al microchip que deben llevar para su identificación, algunos sí lo tienen mientras que otros no.

Los habitantes de Manzanillo preguntados relacionan este hecho con la familia de la discordia -que llegó de Peñafiel hará 15 años y cuyo patriarca falleció hace unos meses en la provincia de Madrid mientras presuntamente sustraía catenaria del AVE- o con alguno de sus miembros, pues el lugar donde están guardadas las caballerías es la suma de distintos patios o corrales de varios propietarios- que fueron usurpados por el clan sobre el que recaen las sospechas vecinales. Es más, un buen número de habitantes de Manzanillo observó cómo uno de los componentes de la familia se llevaba uno de los cuadrúpedos durante la tarde del miércoles, siendo acompañado por dos varones más que hacían lo propio con otros dos equinos.

El recinto donde se encierra a la veintena de animales es un amplio espacio cercado en todo su perímetro con distintos materiales y elementos (ladrillos, piedras, adobes, somieres, vigas), sin ningún tipo de techumbre, con salida a dos calles y cerrándose por un lado con una puerta metálica y por el otro con placas de uralita y tableros de madera.

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