El sobrecolchón antiescaras, el simulador bancario o la 'aspiramopa', ingenio de la ULE que busca nicho de mercado

Ideas concebidas en el seno de la Universidad de León que bien podrían estar en el mercado pero que, por ahora, son prototipos, dos de los que han resultado premiados en el marco de los premios del Plan TCUE, que busca fomentar la colaboración universidad-empresa.

«El objetivo es que las ideas y los proyectos de estudiantes de la Universidad de León tengan la posibilidad de ser comercializados, que puedan ser útiles y llevarse a cabo de una forma industrial y comercial», señaló Juan Francisco García Marín, rector de la ULE, en el marco de la entrega de premios.

Junto a ellos, una máquina de control numérico por computadora de cabeza intercambiable, el desarrollo de sistema para la integración de la regeneración renovable en instalaciones de recarga del vehículo eléctrico, un TDAH PAD, una cámara de cultivo para ensayos microbiológicos, un sobrecolchón antiescaras, el desarrollo de perfiles aerodinámicos y un descongelador de alimentos.

Todos ellos se alzaron con el premio de los 1.000 euros de un concurso que ahora en una segunda fase abre un plazo de tres meses para permitir a los alumnos integrar su prototipo al mercado. «Es un premio donde financias a estudiantes para que esos prototipos que tienen en la cabeza, su innovación la puedan poner en el mercado».

Un premio con una gran aceptación en el mundo de la universidad y la empresa, y que despierta especial interés principalmente en los perfiles tecnológicos.

Así lo señaló José Carlos Alonso, director de proyectos de Fgulem, recordó que se trata de una de las medidas dentro de la promoción de trasferencia del ecosistema universitario al mundo de la empresa que despierta gran interés principalmente entre los estudiantes de grado y máster de los últimos cursos.

En este sentido, Alonso recordó que los proyectos del plan TCUE van orientados a cumplir con el objetivo de la Junta de Castilla y León de que el conocimiento generado en la universidad sea un activo de valor en la comunidad, «como motivación y como elemento innovador para las empresas».

Al fin de cuentas, apuntó, las empresas necesitan a la universidad para innovar y crear productos de I+D+i, entre otras cosas «porque el 60% del personal investigadora de Castilla y León está en la comunidad universitaria y el 31% de la facturación en I+D+i se genera en la Universidad, por este motivo es de especial importancia motivar un poco a los estudiantes para que fomente esa colaboración universidad-empresa».

Un premio con una gran aceptación en el mundo de la universidad y la empresa, y que despierta especial interés principalmente en los perfiles tecnológicos y en ámbitos punteros de León, como el biotecnológico, ciberseguridad o el agroalimentario.