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Manuel Atienza, Dionisio Llamazares y Laura María Lechuga, nuevos doctores Honoris Causa de la ULE.
Nuevos doctores Honoris Causa de la ULE

«Soy la primera, pero que vengan muchas más, por favor»

La doctora Laura María Lechuga se convierte en la primera Honoris Causa de la Universidad de León en un emotivo acto donde también entraron en el cuadro de honor Manuel Atienza y Dionisio Llamazares

Viernes, 5 de abril 2024, 13:12

Tres golpes en la puerta del Aula Magna San Isidoro anunciaban la entrada de los que desde hoy son ya historia de la Universidad de León. Emocionados, los tres nuevos doctores Honoris Causa de la ULE atravesaban el pasillo que les conducía al escenario sobre ... el que iban a vivir uno de los momentos más emotivos de su vida. Dos birretes rojos y uno azul esperaban en la mesa a sus nuevos dueños, que ya forman parte del cuadro de honor de la institución.

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Manuel Atienza, Dionisio Llamazares y Laura María Lechuga llegaban al acto acompañados de sus padrinos, que arropaban, junto al resto de catedráticos de la ULE que teñían el Aula Magna en su mayoría de rojo -color de Derecho, como dos de los doctores reconocidos-, a sus nuevos Honoris Causa.

Con el rector de la institución, Juan Francisco García Marín, presidiendo el que será su último acto de estas características en el cargo, comenzaba una ceremonia siempre encabezada por su maestro Estanislao de Luis-ayudando una vez más a su sucesora, María Fernández Raga- y donde se imponían los birretes laureados, símbolo del alto magisterio español, a dos hombres y, por primera vez en la historia de la institución, a una mujer.

Un día «histórico» para Laura María Lechuga

Laura María Lechuga se convierte así en la primera doctora en sumarse a un cuadro de honor que alcanza los 57 nombres. Completamente emocionada en el que ha definido como un «día histórico para la Universidad de León y para León», se reconocía llena de satisfacción al ser honrada con la distinción en una tierra que siente suya por sus raíces maternas arraigadas a Santa María del Páramo.

«Estoy muy orgullosa de ser leonesa y emocionada por ser la primera mujer de muchas que tienen que venir detrás, porque hay muchísimas científicas y profesionales que se lo merecen, muchas de León, que son realmente excelentes», aseguraba minutos antes del comienzo del acto. Unas declaraciones en las que pedía «por favor» que, una vez «se ha roto esta barrera al ser la primera mujer, vengan muchas más detrás».

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Recordaba en su discurso a su abuelo, sastre en Santa María del Páramo, y del que heredó su «afán emprendedor y curiosidad por aprender». «Con escasa formación, en tiempo de posguerra, en el Páramo, fue emprendedor y creó la primera sastrería de la comarca», evocaba Lechuga, que ponía en valor a todas las mujeres de su familia que la han acompañado y arropado hasta llegar a ser una de las científicas más reconocidas de España internacionalmente.

«Estoy orgullosa de mis raíces leonesas y de ser la primera mujer. Vendrán más porque hay excelentes científicas y profesionales»

Laura María Lechuga

El propio rector de la Universidad, Juan Francisco García Marín, era el primero en hacer «especial hincapié» en el currículum de la profesora Lechuga, que definía como «impresionante» y que refleja que «ha dedicado las 24 horas del día en ello». «Es la primera mujer, pero no por ser mujer, sino por sus méritos científicos y porque es realmente brillante», seguía el rector, que lamentaba que nunca antes una científica hubiera recibido este reconocimiento con el que se pone en valor al conjunto de mujeres de una generación que «lo tuvieron un poco más difícil que nosotros y han dedicado mucho esfuerzo hasta llegar aquí». «Afortunadamente los tiempos han cambiado, no todo lo que deberían, pero ya hay otra situación en la ciencia y en las universidades, y espero que haya muchas más mujeres Honoris Causa», deseaba García Marín en el que es su antepenúltimo acto institucional al frente del rectorado.

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La filosofía del Derecho de Manuel Atienza

Junto a Laura María Lechuga, Manuel Atienza y Dionisio Llamazares. El primero, doctor en Derecho, recordaba con cariño su vínculo con la universidad leonesa desde sus años como estudiante en Oviedo, su tierra natal, y el hilo que siempre ha unido al Principado con la provincia, donde realizó las prácticas del servicio militar.

«Las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial significarán una alternación completa de lo que hoy entendemos por profesiones jurídicas»

Manuel Atienza

Aseguraba sentirse «naturalmente muy honrado», y, como experto en filosofía del Derecho, temática en la que basó su discurso, explicaba que su área «ha cambiado mucho y va a cambiar más en poco tiempo como consecuencia de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial», herramientas que «van a significar una alternación completa de lo que hoy entendemos por profesiones jurídicas». Para el doctor Atienza, el futuro de estas profesiones pasa por la desaparición al ser «sustituidas por máquinas» y una reconversión de los juristas que «se concentrarán más bien en la filosofía del derecho y en la resolución de casos más complejos».

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La «obsesión y utopía» de Dionisio Llamazares

Y por último llegaba el turno de Dionisio Llamazarez, también doctor en Derecho que encontraba «especialmente agradable» la idea de ser «profeta» en su tierra. Aunque los caminos de la vida le llevaron a otros lugares, recordaba que en los inicios de su etapa académica acarició la idea de quedarse «por tiempo indefinido en León, aunque no fue posible».

Este 5 de abril la universidad de su provincia le reconoce como un hijo más suyo, y el doctor devuelve el agradecimiento regalando pinceladas de «su obsesión», los tres temas que han centrado su discurso y su trayectoria: la libertad de conciencia, la tolerancia y la neutralidad. «¿Son una quimera?» Preguntaba una periodista, a lo que Llamazares respondía: «La utopía de hoy es la realidad del mañana, por lo que hay que vivir en esa quimera para que nuestro nietos, y los nietos de nuestros nietos se encuentren con que eso para ellos es una realidad».

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Empezaba su discurso con la «única palabra» que expresa lo que siente, «gracias». Porque este viernes cumple una utopía. «En el momento en que nacía esta universidad acariciaba yo la idea de ser miembro de su claustro de profesores. Ese sueño se desvaneció, pero al acogerme hoy en su claustro de doctores se ha hecho realidad», seguía, emocionado, en la tribuna.

«La utopía del hoy es la realidad del mañana»

Dionisio Llamazarez

Tras la entrega del birrete laureado, el anillo con el que sellan los dictámenes y censuras inherentes a su cargo, el Libro de la Ciencia y los guantes blancos símbolo de prudencia, honra y fuerza, el rector preguntaba a los doctores. «¿Prometéis siempre y donde quiera que estuviereis, guardar el honor de esta Universidad, sus derechos y privilegios, y prestarle consejo cuantas veces fuereis requeridos para ello?», con su jura de testigo.

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Era el momento de colocar la medalla de cada grado e intercambiar los abrazos, señal de paz y cordialidad con cada uno de sus decanos, directores y padrinos. Sonaba el Gaudeamus Igitur para cerrar una ceremonia que escribe una nueva, emotiva e importante página en la historia de León.

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