Las mieles (reales) del éxito

La cata, «parecida a las que se hacen con vino o con aceite», como explicaba Urbano González de Urzapa, se centra en probar diez mieles teniendo en cuenta su olor, textura, sabor, impurezas y defectos.

«Cada vez tenemos mieles mejor valoradas por el jurado técnico», defendía Urbano, que aseguró que «nos ha sorprendido el número de mieles que hemos tenido en un año tan complicado, pero la iniciativa sigue para que el sector se profesionalice y ayudemos a los apicultores a vender mejor».

A la cita estaba invitada una deportista de excepción, que por un día fue juez y no participante. Carolina Rodríguez afrontó el reto de emitir su veredicto sobre las mieles, agradeciendo la llamada ya que «soy una fanática de este producto, que he tenido que tomar en mi dieta durante toda mi vida, ya fuera en el café con leche o con queso fresco».

El reto, diferente a los que habitualmente afronta Carolina, motivaba. «Opinaré en función de lo que pruebe, obviamente no soy una experta pero igual salgo de aquí con la ambición de saber más», comentaba entre risas.

Público y jurado cataron las diez propuestas, exaltando un producto natural leonés que quiere reivindicarse. Porque las mieles de León son las mieles del éxito.

Tras la cata y valoración, la Miel Alto Curueño de Jorge González González fue elegida como Mejor Miel de León de este año. Con una pequeña explotación de cuarenta colmenas, este manjar de Valverde de Curueño se impuso a las otras nueve propuestas. Fueron finalistas Miel Logon, La Abeja Azul, Miel Amores, Milor, Salvaxe, De Osos y Colmenas, Miel de León, Miel Tras la Peña y una producida por Jose Miguel Nicolás Rojo.

Tanto los diplomas de los finalistas como los premios al ganador se entregaron en el Aula Magna de la Facultad de Biológicas después de la charla sobre 'Análisis polínicos de mieles, interpretación y aplicaciones' que pronunciaron los biólogos María Rosa García Rogado y Yago Matías Martínez.