Los robots son una parte conocida de la ficción mundial desde hace años, pero la realidad difiere mucho. Lejos de ser los protagonistas de una invasión, se han convertido en una herramienta multidisciplinar para el ser humano. Por ello, en ese camino de abarcar más ... áreas de trabajo, la Universidad de León ha puesto en marcha un programa de trabajo con estos aparatos que permita mejorar las habilidades sociales de los niños con autismo.
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Para ello utilizan los conocidos humanoides 'Pepper', robots con forma similar a la de un ser humano que destaca por su capacidad de poder reconocer las emociones humanas a la hora de interaccionar: «Es una herramienta muy útil para su formación y aprendizaje en la relación con otras personas», explica Francisco Rodríguez, profesor universitario que participa en el programa. «Ofrece a los educadores ayuda en los ejercicios que tienen para reforzar determinadas habilidades sociales».
Su objetivo es seguir avanzando en ese campo, con el objetivo de generar un programa que se adapte a las necesidades de cada usuario: «No es un grupo homogéneo de personas con unas dificultades concretas, sino que en este tipo de casos, los educadores trabajan de forma personalizada con cada niño», señala Rodríguez, que busca ofrecer herramientas que encaucen a cada alumno el robot: «La idea es facilitar al educador la posibilidad de programar y personalizar para cada momento concreto».
De esta forma, y mediante un programa que permite graduar el ejercicio, subiendo niveles como si fuera un juego, de forma que sea posible hacer un seguimiento del progreso que realiza. Un programa que busca ser sencillo e intuitivo: «No se puede usar el mismo software con todos, debe ser personalizable para poder hacer un seguimiento de cada caso, tal y como piden los propios educadores», explica el experto en robótica de la Universidad de León.
El desarrollo de esta aplicación ya está en marcha en el edificio de Investigación Cibernética del centro leonés y el objetivo es poder trabajar ya con alumnos leoneses a lo largo del presente curso escolar, concretamente a partir de noviembre: «Nuestra idea es que las personas con estas dificultades puedan usar esta herramienta para mejorar a la hora de relacionarse o comunicarse», asegura Rodríguez. «También para adquirir otras habilidades básicas, como puede ser lavarse las manos o los dientes y que este tipo de robots les ayudan de forma práctica».
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Eso si, Rodríguez lo tiene claro, los robots jamás pueden sustituir al educador: «Complementan la labor del profesor, es una ayuda, una herramienta como podría ser un PowerPoint. Nunca van a poder sustituirlo», señala y explica las causas: «Siempre será el profesor el que deba programar y saber elegir en que momentos el robot será de más ayuda».
Un software que podría llegar a más sectores: «Durante la pandemia, en residencias de personas mayores se utilizaban en las dinámicas de grupo para hacer ejercicios básicos. El robot se programaba y realizaba los ejercicios en el centro, observando con su cámara para corregir a los usuarios». Un robot que también llegará pronto a los centros de idiomas: «A la hora de aprender en etapas tempranas, cada vez se ayudan más de estos robots».
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