La historia enterrada en las trincheras de la guerra

«El patrimonio histórico de León tiene una dimensión considerable. La zona norte fue frente de guerra durante la Guerra Civil, por lo que León tiene la particularidad que tiene fortificaciones de los dos bandos por toda la geografía provincial y su estado de conservación es bueno», explica el director de este equipo que está creando un inventario de estas construcciones bélicas en la provincia, un proyecto que crece en interés. «Hemos excavado este verano en la zona de San Emiliano y próximamente trabajaremos con el Ayuntamiento de Matallana de Torío y repetiremos en otra posición del frente en Babia. Además, nos han propuesto y creemos que podremos hacerlo para extender el proyecto a toda Castilla y León».

Los restos encontrados entre las fortificaciones, especialmente las situadas en los pasos de montaña que tanto se disputaron, contienen una cantidad amplia de información al respecto.«Las armas nos indican la calidad del armamento, de dónde procedían dependiendo de si eran republicanos o sublevados, señalan también los apoyos internacionales de cada uno de los bandos. Los restos de alimentación, las latas y envases, nos cuentan las condiciones que tenían los soldados del frente, así como las condiciones de habitabilidad en una zona realmente inhóspita y fría», explica el experto en historia contemporánea.

Las condiciones de las trincheras franquistas presentan grandes muestras del importante papel que jugaron los aliados de su bando en la batalla:«Estamos hablando que tuvieron un gran peso en la calidad del armamento por ejemplo. Los sublevados estuvieron apoyados por la Alemania Nazi y la Italia Fascista, de hecho, hubo una base militar en la Virgen del Camino donde estaba la Legión Condor, que sobrevolaba las montañas de León y fue un apoyo aéreo muy importante», indica Rodríguez, que también hace referencia al otro bando:«En los republicanos su apoyo internacional fue menor, recibían armamento muchas veces obsoleto, procedente de la Primera Guerra Mundial, pues solo tenía el apoyo claro de la Unión Soviética».

Desde Hismecon ponen en valor el potencial que ofrece la investigación más allá del ámbito académico. Y es que, para el profesor universitario, estos recursos enterrados en suelo leonés pueden suponer un impulso económico: «Es patrimonio cultural, pero también es un valor añadido para estas zonas. Es un valor de desarrollo de estas comarcas y de la provincia», indica Rodríguez. «Tienen un patrimonio turístico, de carácter bélico en este caso, pero es un patrimonio que no está explotado para nada y, en ese sentido, le da un valor añadido a todas estas comarcas de la provincia que se pueden desarrollar bajo el interés que suscita la enseñanza de nuestra historia».

El historiador reseña algunos de los proyectos que, en su opinión, pueden encajar con el trabajo que realiza su equipo: «Estas fortificaciones pueden servir para realizar rutas de montaña donde se explique mejor la Guerra Civil. Realizar una musealización de estos restos para hacer aulas didácticas donde se explique el conflicto in situ, lo cual es muy importante», enumera, y señala los casos de otras guerras en Europa que presentan ideas similares: «Es verdad que no hay muchos proyectos en España, pero si miramos lo que hacen en Alemania, en Bélgica, Holanda o en Noruega con los restos de sus guerras mundiales, tenemos un gran potencial».