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Universitarios en un aula de la Universidad de León.
La factura del gas atormenta a la ULE: pasa de 800.000 euros en 2021, a 2,2 millones en 2022

La factura del gas atormenta a la ULE: pasa de 800.000 euros en 2021, a 2,2 millones en 2022

La universidad amortigua su gasto en electricidad gracias a un concurso antiguo, pero en 2023 deberá enfrentarse a la realidad de los precios del mercado | El departamento de Sostenibilidad ha frenado la sustitución de las calderas de gasoil para poder seguir utilizándolas y ahorrar

Jueves, 13 de octubre 2022, 08:09

La crisis energética no solo golpea a los hogares, donde la reducción del consumo se está imponiendo como primera medida para frenar el despilfarro económico que está suponiendo poner la calefacción o mantener las luces encendidas. La comunidad educativa ya ha visto las orejas al lobo y comienzan a recibir facturas que están obligando a las administraciones públicas (ayuntamientos, comunidades autónomas y ministerios) a llevar a cabo modificaciones de crédito para aumentar las partidas destinadas a pagar la energía.

Las Universidades de toda España están siendo uno de los centros más afectados por la crisis de precios de la energía. Al ser centros de grandes dimensiones que acogen a grandes cantidades de personas en su interior, la factura de la electricidad comienza a desbocarse. También se encuentran descontrolados los precios del gas, por lo que según nos adentramos en el otoño y las temperaturas empiezan a caer, crece la angustia en los rectorados, especialmente en los departamentos responsables de las infraestructuras y el gasto energético.

Un aumento en la factura del 275%

En la Universidad de León la situación es crítica. En tan solo un año, la factura del gas ha pasado de los 800.000 euros en 2021, a alcanzar los 2,2 millones el presente ejercicio, de acuerdo con los datos facilitados por el Vicerrectorado de Infraestructuras y Sostenibilidad de la ULE. Una subida en el gasto del 275% en tan solo un año, claramente relacionada con el incremento en el precio del hidrocarburo desde el inicio de la guerra de Ucrania el pasado mes de febrero.

Ramón Ángel Fernández, vicerrector del área, se muestra preocupado por la situación y refiere previsiones nada halagüeñas al respecto. «Las previsiones es que el gas multiplique su precio por seis respecto al año pasado, incluso hasta por 10, de acuerdo con algunas informaciones».

Un contexto que obliga a los responsables de la universidad a tomar medidas para reducir el gasto todo lo posible. Unas acciones que tendrán en el ahorro su principal arma frente al incremento de los precios: «Desde el departamento de Ingeniería e Infraestructuras hemos programado una temporada de calefacción mucho más controlada, con un horario más vigilado y manteniendo unas cifras que no superen los 19 grados, en principio».

Una universidad de aulas frescas

El ahorro y el confort no suelen ser dos conceptos que conjuguen especialmente bien. De esta manera, se prevé complicado que la ULE pueda mantener sus vastas instalaciones en una temperatura agradable durante el otoño-invierno y domar la factura del gas, a tenor de los precios en los que se está moviendo el mercado. «La instrucción del Gobierno en lo que al ahorro energético se refiere es diáfana, si bien es cierto que debemos mantener al máximo -dentro de lo posible- el confort de estudiantes, docentes, trabajadores y seres vivos que conviven y habitan en nuestros edificios», indicó el vicerrector de ramo.

Universitarios con mascarillas en un aula de la ULE.

Tras dos años con ventanas abiertas para luchar contra los contagios del coronavirus, se prevé otro invierno frío en las instalaciones de la Universidad de León. Ramón Ángel Fernández trabaja para que eso no sea así: «Durante los últimos dos años al abrir las ventanas teníamos una pérdida energética tremenda; este año no va a ser así, y aún así vamos a gastar más en calefacción que si tuviéramos que seguir con la ventilación».

El problema de la factura del gas ha llegado a tales cotas que desde la ULE han frenado la transformación de gasoil a gas natural que se venía realizando durante los últimos años. La mayoría de los edificios de la universidad tienen calefacción de gas, pero en algunos todavía persisten las infraestructuras de gasoil. La idea es seguir introduciendo el gas en dichos centros que todavía no dispongan de él, pero manteniendo las calderas de gasoil, pudiendo así transitar entre ambos hidrocarburos en función del precio que marquen en el mercado energético. En consecuencia, este año la ULE priorizará la calefacción de gasoil en aquellas construcciones que todavía se calienten de esta manera.

Las placas solares, una solución a futuro

El rector de la Universidad de León, Francisco García, anunció en la apertura del curso que la independencia energética es uno de los principales retos que enfrenta la institución de educación superior durante los próximos años. En este sentido, la ULE ha recibido una financiación pública que asciende a los 6 millones para instalar placas fotovoltaicas en el Campus de Vegazana que «permitan al centro no depender de otras energías», según palabras del propio rector.

Un proyecto que «está en proceso de redacción», según declara a leonoticias el vicerrector de Infraestructuras. Es decir, que el fin de autoabastecerse de electricidad no es un escenario probable a corto plazo.

Una factura 'irreal' de la luz

Mientras tanto, el gasto eléctrico de la ULE no para de crecer: 1,1 millones de euros en 2021 y 1,4 de cara al presente ejercicio de 2022. Una cifra que no se ajusta con la realidad, ya que el actual concurso que la institución pública tiene firmado con su proveedor de electricidad es antiguo y los precios no corresponden a los que marca el actual mercado. Ramón Ángel Fernández explica que la ULE deberá actualizar este acuerdo de cara al 2023, donde se espera que la factura se dispare de continuar esta escalada de precios.

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