Un estudio pionero capitaneado por la Universidad de León revela la existencia de genes de riesgo que podrían anticipar la enfermedad de alzhéimer antes de la aparición de los primeros síntomas. En el estudio, en el que han participado profesores de distintas áreas de la ULE, se ha tomado muestras de más de 500 personas de entre 60 y 90 años de la comunidad autónoma.
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La profesora de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de León, Leticia Sánchez Valdeón, ha liderado al equipo que ha logrado confirmar la existencia de genes que predisponen al desarrollo de la enfermedad. En concreto, el estudio concluye que la población diagnosticada en Castilla y León presenta la variante ApoE-3 como las más frecuente, seguida de la ApoE-4, relacionada con el desarrollo de la enfermedad, y por último la combinación de ApoE-2, un genotipo que, se ha visto, protege frente al alzhéimer .
Según explicaba este miércoles 10 de julio en rueda de prensa la responsable del estudio acompañada de las representantes de las asociaciones que han colaborado y la rectora de la Universidad de León, la presencia del gen de riesgo ApoE en las personas con alzhéimer «confirma que puede ser un biomarcador de gran valor para anticiparse a los primeros síntomas de la enfermedad y lograr un diagnóstico mucho más precoz».
La Apolipoproteína E, o más comunmente conocida como ApoE, es un tipo de proteína que ayuda a transportar distintos tipos de grasas en la sangre y está presente en muchos lugares de nuestro cuerpo, si bien en el hígado y el cerebro es donde más se produce. El gen ApoE está en el cromosoma 19 y contiene la información para producir la mencionada proteína ApoE. Todos heredamos dos copias de este gen, una de cada uno de nuestros padres. El objetivo de la investigación es estudiar las diferentes variaciones de este gen, denominadas polimorfismos. Todo con la vista puesta en comprender mejor cómo estas variaciones genéticas pueden influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad de alzhéimer.
Porque el objetivo de esta investigación, sigue la profesora, es «mejorar la calidad de vida de las personas diagnosticadas» de la enfermedad que es «la epidemia silenciosa del siglo XXI» y cuya presencia se puede detectar hasta 15 años antes de la aparición de los primeros síntomas, por lo que es fundamental desarrollar mecanismos para actuar cuanto antes y localizar los biomarcadores que permitan hacerlo.
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En el estudio han participado 500 personas, 200 de ellas usuarios de las asociaciones de alzhéimer de León, Bierzo, Soria y Salamanca que han agradecido en palabras de la gerente del Bierzo, Ana Pilar Rodríguez, la apuesta por la investigación que es «la única ventana que puede aportar luz en esta enfermedad», al tiempo que pedía «más investigación y presupuesto preferente».
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Ana G. Barriada
También han participado en el estudio 40 personas de las residencias de Mensajeros de la Paz en la provincia de León de entre 60 y 90 años, así como usuarios de la universidad de la experiencia. Destacaba Sánchez Valdeón que la prueba a la que se les sometió fue totalmente indolora, recogiendo una muestra de saliva para su análisis genético en el laboratorio.
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La combinación de los resultados genéticos analizados, seguía la profesora, no deja de ser un factor de riesgo, pero recordaba que son muchos otros los que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad. A cada participante los investigadores entregaron un informe con recomendaciones más allá de los resultados genéticos, incidiendo especialmente en mantener una dieta saludable y una vida activa. En este sentido señalaba que en países como Sudáfrica se ha detectado que la población presenta combinación de los generes ApoE-4 que predisponen a desarrollar alzhéimer pero, sin embargo y gracias a la dieta, no hay tantos casos.
La relevancia del estudio puesto en marcha por la Universidad de León es tal que ya ha recibido dos premios, uno de ellos del Consejo de Enfermería, como recordaba Nuria González, la rectora de la Universidad de León, que agradecía el trabajo de los docentes e investigadores para seguir demostrando cómo el trabajo que se realiza en laboratorios y aulas tiene una importancia directa en la sociedad.
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Los investigadores de la Universodad de León que firman el estudio son, además de Leticia Sánchez Valdeón, las profesoras Ana Isabel González Cordero, Inés Casado Verdejo, Enrique Bayón de Arquistade, Jesús Antonio Fernández Fernández, Carlos Méndez Martínez, Isaías García Rodríguez y Ana Llorente del Pozo, todos ellos profesores de las áreas de Fisiología, Biología Molecular, Ingeniería de Sistemas y Automática, así como Enfermería y Fisioterapia de la ULE. Junto a ellos, Isabel Dávila Dorado, médico de Atención Primaria de León que también ha participado.
Con esta investigación como primer paso fundamental, el objetivo de los docentes es realizar en el futuro un estudio genético más ambicioso con muestras de todas las comunidades autónomas y poder establecer relaciones con perfiles glucémicos y colesterol entre personas diagnosticadas.
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