Cuatro personas se disputan la Defensoría de la Universidad de León

El Reglamento que regula este proceso indica que la elección tendrá lugar entre los miembros de la comunidad universitaria que libremente decidan concurrir al proceso electoral, y se producirá por mayoría simple del Claustro, para un período de dos años, pudiendo ser reelegido una sola vez de forma consecutiva.

Son cuatro las candidaturas que se han presentado. Una es la del alumno Carlos Antonio Cuenya Duarte, un joven leonés nacido en el 2004, natural de la montaña oriental de la zona de Riaño, que cursa estudios de segundo de Biología en la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales; otra propuesta es la presentada por la profesora de Filología Moderna, Imelda Martín Junquera; otra la de la catedrática Marta Zubiaur González, que imparte clases en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, centro del que ha sido también Decana; y finalmente otra a cargo de Pablo Alonso Digón.

Carlos Antonio Cueyna Duarte comenta que el proyecto en el que se basa su candidatura «nace de la vocación de ayudar al otro. Mi perspectiva pasa por la transparencia en la gestión, el acercamiento de la figura de Defensor a la Comunidad, la humanización de la administración y las vías de comunicación eficaces. En resumen, democratizar el cargo».

El estudiante de biología explica que pretende hacer «fácilmente comprensibles los problemas de PDI, PTGAS y estudiantes a cualquier estamento de la comunidad como método preventivo ante cualquier conflicto, mejorando el ambiente en su totalidad», y añade que a pesar de su reciente incorporación al sistema universitario «puedo decir que poseo una trayectoria profesional y vocacional que me capacita plenamente para el cargo, así como un gran número de personas que pueden dar fe de mi trabajo y entrega de primera mano. El potencial de crecimiento de este proyecto es realmente grande y depende de la comunidad, especialmente del Claustro Universitario, ver su desenlace. Espero transmitir la confianza e ilusión necesarias como para ser yo el encargado de tomar el relevo de Paulino y explorar los horizontes de posibilidades que se extienden».

En el caso de Imelda Martín Junquera, Profesora Titular del Departamento de Filología Moderna (inglés), su compromiso con la comunidad universitaria «se centra en la escucha activa, en prestar la atención necesaria a todos los colectivos que componen la ULE. Por medio de la función de mediación, el puesto de la defensoría ofrece unas posibilidades inigualables de transmisión de las preocupaciones de los colectivos que integran la universidad al equipo de gobierno, sobre todo, a los vicerrectorados de estudiantes y de responsabilidad social».

En cuanto a la vertiente de colaboración con la Unidad de igualdad comenta que «tengo el convencimiento de que puedo aportar los conocimientos adquiridos en mis estancias en universidades extranjeras, en las que me he integrado en departamentos especializados en los estudios de género, raza, sexo y diversidad cultural. En estas mismas estancias, he colaborado con asociaciones feministas, asociaciones LGTBIQ+ y con movimientos de activismo medioambientales así como en pro de la sostenibilidad, por lo que me planteo con mucha ilusión la posibilidad de acometer nuevos proyectos en este sentido, con la ayuda de quienes formamos parte de la comunidad universitaria, PDI, PAS y estudiantes».

Por su parte, Marta Zubiaur González apunta su «compromiso expreso de ponerme inmediatamente en contacto con los representantes de los distintos estamentos que componen nuestra Comunidad Universitaria, si resulto elegida, para escucharlos, saber cuáles son sus necesidades en relación con las funciones del cargo, recibir sugerencias y poder establecer ya un plan más concreto de actuaciones y prioridades».

La catedrática de Educación Física y Deportiva manifiesta su intención de «mantener una línea de diálogo abierta con todas y todos mientras dure mi desempeño del cargo. En un puesto en que la mediación y el diálogo son fundamentales, no puede ser de otra manera».

También añade que puede aportar «el conocimiento de la propia Universidad de León por mi larga experiencia en ella desde octubre de 1987, treinta y seis años. Aunque no es requisito imprescindible ni mucho menos para el desempeño del cargo, creo que puede ayudar a él mi condición de Licenciada y Doctora en Psicología, importante para la comprensión y trato adecuado de las personas y grupos». Por último, Zubiaur afirma su «convencimiento, ilusión y ganas de afrontar los retos del cargo».

Por último se encuentra la candidatura de Pablo Alonso Digón, que tras cursar estudios en Salamanca realizó el pasado curso un máster en la Universidad de León, a la que sigue vinculado.

A tan solo unas jornadas de que se produzca su relevo, el actual defensor, Paulino Pardo Prieto, ha querido destacar la fructífera colaboración que ha mantenido con el Área Social - Unidad de Igualdad de la ULE, gracias a la cual «se han llevado a cabo los Cinco Ciclos de Jornadas sobre 'Género, Diversidad Sexual y Derechos', así como varios Reglamentos importantes en los últimos años.

Entre ellos, destaca el reglamento que establece un protocolo de actuación para garantizar el derecho de las personas transexuales, transgénero e intersexuales a usar el nombre correspondiente al género con el que se identifican'; el reglamento sobre la atención a las personas con discapacidad y necesidades educativas específicas de apoyo en la ULE' y el reglamento de voluntariado de la ULE'.

En relación a las personas que han presentado su candidatura a la Defensoría de la Comunidad Universitaria, Paulino Pardo comenta que «si me pidieran opinión, les diría que no perdiesen de vista que nuestra labor no es 'partidaria', es única y exclusivamente a favor de la Comunidad Universitaria. Quizá esta sea la única regla a tener en consideración al desempeñar nuestra responsabilidad institucional: Nada es contra otro, nada es para uno; todo es a favor del común».

Es importante señalar que la ULE fue la primera de España que puso en marcha la figura del 'defensor', que es elegido por el Claustro y actúa como receptor de las quejas contra el funcionamiento institucional, y también como mediador y conciliador de los desacuerdos y enfrentamientos que se puedan producir entre los diferentes sectores de la comunidad universitaria.

En 1987 Juan Mª García Campal fue el primero en poner en marcha y desempeñar estas responsabilidades, tareas que después han sido desarrolladas por José Carlos Pena Álvarez, Santiago Asenjo Rodríguez, Cristina Santos Lobato, Alicia Ester Serantes Gómez, Pablo Gutiérrez Rodríguez, María Giganto Pastor, Marta Elena Alonso de la Varga y Paulino Pardo Prieto.