Que Tik Tok ha cambiado el mundo es un hecho indiscutible. Para los más visionarios incluso se ha convertido en una oportunidad de negocio, algo complicado fuera del ámbito de los influencers y creadores de contenido.
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Ojo avizor estuvo el leonés Samuel Toro, que ... haciendo scrolling en la red social descubrió un vídeo de una empresa estadounidense de golosinas liofilizadas. Sucedía en febrero de este año durante su estancia de erasmus en Polonia.
«Busqué si podía comprarlas y al comprobar que no había ninguna opción barata ni que enviase a España rápido empecé a dar forma a la idea». En ese momento comentó lo que tenía en mente a su socio, el también estudiante de Marketing y Economía, Miguel Díaz, y comenzaron a ver las posibilidades.
Aún mejor fue descubrir que no había ninguna empresa en Europa que se dedicara a esta actividad. Pero, ¿qué es una gominola leofilizada?
«Son gominolas de toda la vida», explica Samuel, «que se someten a un proceso de congelación rápida. Después, se calientan al vacío durante horas, lo que las seca y las quita el agua», para finalmente multiplicar por mil su sabor y aumentar considerablemente de tamaño.
De una forma más técnica, y como detallan en la página web, la liofilización es una técnica que retiene la esencia y el sabor originales de los ingredientes, pero al deshidratar las golosinas en condiciones extremas cambian su tamaño, textura y el sabor se potencia.
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Lo que más llama la atención a la gente, según relatan sus jóvenes creadores, es la textura. «Es como morder algo completamente nuevo», aseguran, y su secreto está en que sean muy crujientes a la vez que se deshacen en la boca.
«Es muy difícil de describir porque cambia con cada golosina: las sandías crecen al triple de su tamaño habitual y la parte de arriba queda más crujiente, y en otras, como en las nubes, el interior se deshace en la boca», detalla Miguel.
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El principal objetivo de la empresa de estos estudiantes leoneses es innovar en el mundillo del dulce. «Queremos traer cosas nuevas a España, y también imitar lo que hacen en otros países pero con nuestras chuches, como los palotes».
Los dedos, los tiburones, los huevos fritos, los plátanos... Clásicos que probablemente los lectores hayan probado en algun momento de su infancia, y que ahora llegan a su máxima expresión.
A día de hoy no tienen mucha competencia en Europa, ya que han ido surgiendo iniciativas similares a la de estos jóvenes, como Candeeze en Reino Unido o una joven que ya las vende en Alemania.
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«Empezaremos a vender a final de año», esperan con ilusión. De momento podrán adquirirse sus chuches desde el 12 de diciembre y exclusivamente por la página web ya que «es la solución más rentable». Porque ya han tenido que hacer una inversión importante en su local del barrio de Pinilla, en León, con máquinas importadas de China y un largo proceso de elaboración —entre seis y doce horas por gominola— que implica un elevado consumo energético.
Todo sea por probar las Frezzyks, marca con la que Samuel Toro y Miguel Díaz han bautizado la primera creación de su empresa, Innovaciones Dulces, que ha sido premiada con una de las dos becas que Santander concede a estudiantes de la Universidad de León.
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