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Susana Martínez, investigadora del área de Anatomía del departamento de Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria de la ULE. Sandra Santos

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

«La base de la investigación somos mujeres, pero el porcentaje disminuye en los cargos de responsabilidad»

La investigadora leonesa Susana Martínez, del área de Anatomía del departamento de Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria de la ULE, reconoce su «vocación» desde el pequeña por el mundo científico y la mayor «visibilidad y difusión» que existe hoy día, aunque quedan pasos por dar: «En España hay grandes investigadores, pero la ciencia necesita más financiación»

Domingo, 11 de febrero 2024, 09:20

Con una sonrisa en la cara, saludando a diestro y siniestro, accede Susana Martínez, investigadora del Ibiomed, a su centro de trabajo. Tras subir al segundo piso, se 'enfunda' la bata - ahora se asemeja más al prototipo que todo el mundo tiene en su mente de cómo viste una científica - y accede a una de las cabinas donde trabaja.

Ella es una de las decenas de investigadoras leonesas que trabaja en la Universidad de León. «Y cada vez somos más», explica la propia Martínez, profesora del área de Anatomía del departamento de Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria de la ULE y miembro también del grupo de investigación Fisbio de este Ibiomed.

Junto a su equipo, trabajan actualmente en encontrar alternativas terapéuticas a distintas enfermedades de carácter metabólico, como el hígado graso, «con cada vez más casos y, por ello, cada vez más preocupante», explorando, en especial, las posibilidades de la microbiota intestinal: «Un desequilibrio en estos microorganismos se relaciona con estas enfermedades». Buscan, explica a leonoticias, poder «modular» esta microbiota para que sea una posbile terapia para estas enfermedades.

Vocación desde pequeña

Porque, al fin y al cabo, esa es su labor: encontrar nuevos caminos para mejorar la salud y, por tanto, la vida, de la sociedad. En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Susana Martínez quiere también poner en valor el trabajo de las y los científicos. Pero especialmente de ellas, que ahora tienen un camino con menores obstáculos hacia este destino, pero no siempre ha sido así.

Con raíces en Santiago Millas, en plena Maragatería, Susana Martínez siempre tuvo un interés desacerbado por la investigación: «Ya veía todos los programas de televisión sobre ciencia, que no eran muchos, y me gustaba toquetear todo este tipo de cosas. En los colegios, la verdad, no se daba mucho peso a la ciencia: te hablaban de Einstein y poco más», señala.

Pero lo tuvo claro: quería ser bióloga. Así que optó por esta titulación universitaria, que acabó en el año 2000, e inició su doctorado, en el trabajó durante cuatro años. Le encantó, le llenó la investigación. Era su vocación y lo tenía claro. Posteriormente, se fue a Estados Unidos y volvió a España, a la empresa privada. Pero, como dice el refrán, la cabra tira al monte... y Susana Martínez acabó en un laboratorio.

«Somos más investigadoras»

Ahora todo ha cambiado: «Cuando entré, sí que había más hombres. Pero ahora, no es que haya equidad, es que somos muchas más mujeres». Pero conforman «la base de la pirámide». «Una vez que vas ascendiendo en cuanto a cargos de responsabilidad, te das cuenta de que disminuye el procentaje de mujeres», explica.

Martínez ve ciertos problemas en el área de la conciliación por el hecho de no tener «horarios establecidos»: «Es algo complicada. Hay ocasiones en las que tienes que trabajar los fines de semana, sin poder disfrutar plenamente de la familia, y es más difícil».

Susana Martínez, durante su trabajo en el laboratorio.

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Susana Martínez, durante su trabajo en el laboratorio.

Reconoce que no ha tenido «obstáculos» en su carrera profesional y que este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia está más enfocado a «reconocer» a todas aquellas científicas que, antaño, desarrollaron grandes investigaciones y descubrimientos y no fueron reconocidas: «Han sido y son un espejo para nosotras».

Califica como «vocacional» la investigación, a la par que «gratificante»: «Trabajas para mejorar la salud de la humanidad». Explica que, además, trabaja codo con codo con un equipo «fantástico, cercano» donde sienten una gran satisfacción siempre que consiguen resultados o escriben y publican un artículo divulgativo: «Es un trabajo muy bonito».

La universidad, transmisora de conocimiento y formadora de investigadores

Echa en falta mayor «conocimiento» en la sociedad de la labor investigadora de los científicos y la «poca importancia» que se le presupone: «La investigación supone progreso». «La investigación biomédica supone poder estudiar las enfermedades y, por tanto, mejoar los tratamientos y los diagnósticos. Es esencial».

Susana Martínez también pone en valor a las universidad, no sólo por «transmitir conocimiento, también por forma grandes investigadores». «Porque el problema en España no es que haya buenos investigadores. Los hay. Pero necesitamos más financiación en todos los ámbitos, más relaciones internacionales, más centros de prestigio», ha expresado.

Pese a que, evidentemente, hay aspectos a mejorar, «todo ha cambiado todo mucho y para bien». La investigadora considera que en los centros escolares se da una «mayor visibilidad» a todo el mundo de la ciencia y la investigación, «y a la mujer en particular, que tiene incluso un día reconocido».

«A mi me hubiera gustado tener la oportunidad, o que me dieran la facilidad, de poder estar en un laboratorio e ir probando a hacer cosas. Me gustaban los experimentos, los laboratorios... Sé que es muy complicado, lo compruebo ahora cada día, pero quizá que me hubieran dejado un poco», indica esta investigadora, que anima a todas las niñas que tengan esta vocación a que no la abandonen: «Que se forme, que tenga en mente que es algo esencia. Y que nunca se desanime. Con esfuerzo y amor propio se consigue».

Susana Martínez, junto al resto del grupo de investigación Fisbio.

Así es el trabajo de una investigadora

Susana Martínez tiene, por simplificarlo, tres áreas de trabajo: la docencia, la investigación y divulgación, y la gestión. El trabajo de gestión es «laborioso y nos lleva tiempo», al que se suma la docencia, no sólo con las horas de impartirla per sé, también la preparación y las tutorías. Y, por último, el trabajo de laboratorio, donde aparecen esas investigaciones, también las charlas divulgativas y los experimentos en sí. Este trabajo de investigación comienza con una organización previa para que, cuando lleguen al Ibiomed, ya haya un plan establecido: «Lo organizamos los días anteriores». Uno de los aspectos de este trabajo es que «sabes cuando entras, pero no cuando sales». «Si inicias una técnica o trabajamos con algún modelo animal y hay algún imprevisto, no puedes parar y dejarlo para el día siguiente».

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