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Disfrutar de la experiencia Erasmus no tiene precio para muchos. Se trata de la primera oportunidad para emanciparse, conocer una nueva cultura y aprender un idioma. Y sí, también unos cuantos lo aprovechan para satisfacer sus ganas de ocio nocturno. Sin embargo no todo es un camino de rosas. La familia debe apoyar al joven universitario para superar un curso donde requerirán de más o menos recursos económicos -en función del país de destino- que complemente los gastos a los que la beca no llegan.
La Universidad de León tiene a 450 alumnos de Erasmus repartidos por Europa. Una vez llegan a a la ciudad elegida deben entregar el certificado de movilidad, lo firma la universidad del país de destino y «en un plazo máximo de un mes» recibirán el abono del 70% de su beca. No será hasta el regreso a España, cuando se justifique su curso en el exterior, cuando les abonen el 30% restante.
Actualmente, las becas Erasmus otorgan una cuantía de entre 250 y 350 euros mensuales -pueden ser cuatro u diez meses, en función de si se solicita la movilidad un cuatrimestre o el curso entero-, según la categoría del destino solicitado, lo que repercute en unos 3.000 euros por alumno. Aquellos que cuentan con menos posibilidades económicas y que sean receptores de la beca de estudios del Ministerio de Educación pueden recibir otros 250 euros mensuales. Si en algo coinciden todos los estudiantes es que con ese dinero «no llega» para todos los gastos que supone el vivir fuera de casa. De hecho, para muchos no alcanza ni para pagar una parte del alquiler.
Eindhoven (Países Bajos) Andrés Riaño - Informática
Este estudiante de desarrollo de software reconoce haber tenido «suerte» y ya ha recibido su beca. Sin embargo, los 1.200 euros que le han ingresado por cuatro meses de estudios -que en realidad será una estancia de seis meses- apenas da para cubrir una cuarta parte de lo que ya ha tenido que abonar de alojamiento. Comparte casa con otras siete personas y tuvo que adelantar el pago completo del alquiler que ascendía a 4.500 euros.
En una ciudad como Eindhoven la vida «es más cara», aunque la «grata sorpresa» se la llevó cuando entró a un supermercado y vio precios similares a España. Procura comer equilibrado y menos de 200 euros al mes no se va a dejar en comida. En el ocio sí nota la diferencia porque por una Fanta de 200 ml le han cobrado 3,5 euros y un café está «al precio de Madrid».
«La beca no te permite cubrir casi nada de los gastos. De hecho, alojarme seis meses triplica el coste de la beca», explica. Por ello entiende que el Erasmus tiene «dos barreras de entrada» como son las notas y la situación económica. «Por muy excelente que seas, si no tienes dinero, no puedes hacerlo», y menos eligiendo un destino como Países Bajos.
Maribor (Eslovenia) Carla Pérez - Informática
Pasará diez meses en Máribor, una ciudad eslovena, por los que recibirá 2.500 euros. Una cantidad que al principio le «echó para atrás» porque esa cantidad se iba a ir exclusivamente a los 250 euros mensuales que paga en su residencia en una habitación compartida. Esta joven gallega terminó los trámites hace unos días y espera recibir próximamente un 70% de la cuantía.
Los precios en Eslovenia son «más o menos» como en España, aunque productos como la carne y la bebida son algo más caros. «Frecuento un supermercado de comida barata y allí está bien», explica, mientras que locales de comida rápida como McDonalds sí que tiene un precio superior: «La hamburguesa sencilla en España vale 1,20 euros y aquí se va por encima de 2,50 euros. Y el kilo de pollo te cuenta 5 euros en León y aquí son 6 o 7».
En el lado contrario se encuentra el agua del grifo, que es gratuita en los negocios de hostelería. O con el transporte público para el que utiliza la bicicleta con un coste de tres euros al año. A ello suma un convenio entre la universidad de destino con restaurantes de la zona en los que tiene tickets para comer por cinco euros al ser subvencionado por el gobierno esloveno. «Si solo comiera de eso y cenara en casa, con 400 euros al mes tendría suficiente».
Bremen (Alemania) Violetta Emelyanova - Máster de Aeronáutica
Afirma que ha tenido «suerte» por encontrar en Alemania una vivienda asequible y a buen precio, aunque se haya tenido que ir a un barrio a las afueras de Bremen. «Muchos aquí pagan 600 euros por la residencia, yo pago 350 euros pero viviendo a las afueras, aunque con el U-Bahn -metro- no me importaba». Un precio que en Berlín sería el doble.
Esta joven, que tiene su segunda experiencia Erasmus -en este caso para un máster- espera recibir la beca en noviembre. Ella disfrutará también de la compensación económica del MEC, por lo que su cuantía alcanzará los 500 euros al mes. «Sin eso no sería suficiente para cubrir los gastos», reconoce. Ella contaba, además, con ahorros de trabajo porque «sino no me lo podría permitir», y menos en países del norte de Europa.
En la cuenta de gastos tiene estipulados unos 600 euros al mes para comida básica y alquiler. Después entraría el ocio, aunque de momento no ha salido mucho, y sabe que las discotecas son de pago -salvo las que tienen convenio con la universidad- y que el alcohol es «bastante más caro» con cinco euros por pinta. Pese a ello no ha notado gran diferencia de precios porque «la inflación española ha ajustado el precio a un supermercado de Europa».
Brno (República Checa) Guillermo Alba - Aeroespacial
Nos explica que la beca se divide en tres bloques y a él le ha tocado lo correspondiente a República Checa, 250 euros al mes, de lo que ya ha recibido el 70%. Con esa cantidad debe vivir en una ciudad con precios similares a España, aunque mantener una dieta mediterránea no es posible allí. «Pescado directamente no hay y el aceite está por las nubes». Sin embargo, el transporte es «buenísimo» y con 28 euros te sirve para un trimestre.
La vivienda ha sido otro reto donde los pisos para estudiantes están «muy caros» -explica que hay apartamentos de 20 metros cuadrados por 600 euros- y él ha optado por un dormitorio en una residencia donde comparte habitación por 180 euros al mes. «He tenido suerte con eso, pero si le sumas comer y vestirse no bajas de 500 euros. La beca ayuda, pero sigues dependiendo de tus padres porque te da para la mitad».
En las calles de Brno, la cerveza «es más barata que el agua», afirma. «Pides agua del grifo y te la cobra a tres euros, mientras que la cerveza vale uno y medio». Además, los viajes por la República Checa están «muy subvencionados», por lo que aprovechará para viajar por el país.
Zielona (Polonia) Elena Iglesias - Biotecnología
«Intranquilidad» es el sentimiento que tienen en Zielona, donde aún no saben nada de la beca y han tenido que comprar productos básicos de limpieza, sábanas o toallas para su residencia. «Aquí estamos a la espera y sin información de lo que vamos a recibir», a pesar de que el 29 de septiembre subieron la documentación a la plataforma.
Nada más llegar tuvieron que hacer ya un primer depósito de 150 euros y, a partir de ahí, la residencia se lleva 120 euros mensuales a los que se suma luz y agua «algo que no sabíamos», por lo que temen que el duro invierno polaco les pase factura. Y nunca mejor dicho. «Para nueve meses no da con la beca. Me van a ayudar mis padres porque para la supervivencia no da; y si quieres tener un ocio normal, ya ni te cuento. Y no incluyo viajes», reflexiona.
Cree que la cuantía de la beca no les llegará para cubrir gastos porque este mes, por ejemplo, ya han gastado 300 euros y no han ni empezado las clases. «Las cosas son más baratas que en España, pero no tanto como pensábamos», confiesa. El café puede valer hasta 3 euros y un desayuno -taza de chocolate y pastel- fueron 10 euros; en el lado contrario están los huevos, harina, aceite o sopas que «fueron 5 euros y en España serían unos 9». Una copa en un bar vale lo mismo que en León, aunque la cerveza es más barata.
Roma (Italia) Alba Morán - ADE
Su estancia será de seis mese y ya ha recibido la primera parte. Cada mes le corresponderán 300 euros, aunque solo cobrará cuatro. Todo ello en Roma, una ciudad «bastante difícil» para encontrar un piso que empezó a buscar en marzo. «No lo conseguí hasta finales de abril porque una chica lo puso en un grupo de difusión». Quedó una habitación libre, le gustó la actitud de esta leonesa y ahora comparte piso con ella y otros dos chicos. «Hay gente todavía buscando», explica. Aquí paga 450 euros al mes «que está muy bien» porque los precios oscilan de los 400 a 900 euros por habitación.
«Con la beca no da para nada, me la voy a quedar yo para gastos de comida y tomar algo y el piso lo pagan mis padres, y aún me darán algo para vivir», reconoce. En sus primeras semanas ve Roma como una ciudad «muy barata» si te sales de la zona turística. «Puedes comer pizza por 4 euros y eso en España es imposible».
Hasta el momento le ha sorprendido para bien la capital italiana con gente «muy acogedora» y una vida «muy sencilla». El punto negativo se lo pone a un transporte caótico que lo obliga a estar más de una hora en el autobús para llegar a la universidad. «Al menos aquí nadie lo paga», bromea.
Cagliari (Italia) Sergio Alves - Datos e Inteligencia Artificial
También en Italia está este estudiante, aunque en una isla como Cerdeña muy destinada al turismo. Envió el certificado y ya recibió el 70% de su beca, 1.850 euros. Las dos primeras semanas fueron de adaptación, primeras compras y sacarse la tarjeta del autobús que cuesta 8 euros al mes.
Lamenta que ninguna universidad les haya ayudado a buscar piso. «Lo tuvimos que hacer un compañero de la carrera y yo y ambos encontramos un piso con dos habitaciones y otra que ya estaba alquilada con el nieto de la casera». Al menos, el precio es razonable con 200 euros más 30 de comunidad y gastos. «Encontramos un chollo, somos los que menos pagamos con diferencia», reconoce, con amigos que pagan el doble en otros barrios.
En el tema comida no tiene una perspectiva de coste anterior al vivir con sus padres en León, aunque estima que ahora gastará algo más de 200 euros. Y de ocio le extraña que las discotecas sean de pago, no como en su ciudad de origen, con una consumición incluida por 15 euros.
«Si no hubiera encontrado esta opción de alojamiento, sentiría que la beca es irrisoria», lo que le llevaría a depender «mucho más» de sus padres o tirar de ahorros. «Solo con el alquiler ya me fundo la beca», sentencia.
Poznan (Polonia) Carmen García y Lucía Rodríguez - CAFYD
Este par de amigas espera recibir 2.500 euros por el curso entero. Con ello vivirán en una residencia pública que asigna la universidad, con un coste de 260 euros al mes, y donde tendrán que pagarse y hacerse ellas mismas la comida. «Tuvimos que comprar los utensilios de cocina y las cosa de limpieza. También la ropa de cama o las toallas».
Para ellas es «suficiente» la cuantía y subsistir en Polonia. Han dividido gastos con otros compañeros con los que compartirán menaje y otros productos. «No te da para derrocha, pero sí para vivir. En León también tendríamos que comer», explican.
En Poznan los precios están «un poco más baratos», especialmente básicos como las cebollas, los ajos, la patata o la leche; aunque les ha sorprendido lo caro que es un bote de garbanzos o verduras cocinas. Y en cuanto a ocio, lo ven similar a León, «que tampoco es cara», con cenas o cervezas a un precio bastante similar.
Bari (Italia) Andrea Alonso - Biología
Aún no ha recibido su beca y cree que aún le quedará tiempo para hacerlo porque la universidad de llegada no ha avanzado con su papeleo. Ella cuenta con unos 550 euros al mes de ayudas al tener también la beca del ministerio.
Para buscar alojamiento en Bari, la ESN -asociación de ayuda a Erasmus- se lo encontró. Paga 275 euros más gastos y condominio -basura-. «Me da con la beca, pero para comida y gastos voy a tener que pedir a mis padres», reconoce.
Sus primeros días han sido de mucho gasto, teniendo que adelantar dos meses de alquiler y completando cosas que faltaba en un piso« muy viejo» y que comparte con otras dos personas. En general tiene un presupuesto de unos 600 euros mensuales porque el supermercado es «parecido a España» y comer y beber fuera de casa «es más barato».
Coimbra (Portugal) Samuel Alonso - Historia
Hasta ahora ha recibido 1.900 euros, el 70%, el resto no se lo darán hasta la vuelta. Reconoce que en León se han portado «bastante bien y hemos tenido suerte» porque a ellos ya les ha llegado su cuantía.
Se aloja en una residencia de estudiantes, con la mayoría españoles, en la que tiene de todo: gimnasio, piscina y hasta cine. Todo ello por 500 euros por habitación. «Habría que mejorar un poco las becas, pero he trabajado en verano para ahorrar un dinero y así tienes más dinero».
Coimbra es una ciudad «bastante más barata» que León, salvo en el supermercado. Tomar un café, una coca cola o una cerveza sale más rentable, al igual que salir de fiesta. «En León, de cubatas acabas gastándote 30 euros y aquí lo haces con 10». Por ello estima que gastará menos de 400 -residencia aparte- con lo que le dará incluso para hacer viajes, que por Portugal son mucho más baratos.
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