La investigadora y docente Leticia Sánchez Valdeón. Sandra Santos
Leticia Sánchez Valdeón , investigadora de la ULE

«El alzheimer es una gran pandemia del siglo XXI y hay que incidir en el diagnóstico precoz»

Doctora en Ciencias de la Salud y docente de la Universidad de León, la investigadora publicó un estudio que detectó biomarcadores que predisponen o protegen frente a esta enfermedad

Jueves, 7 de noviembre 2024, 08:13

Que las investigaciones que se realizan en los laboratorio de la Universidad de León tengan una incidencia directa en la mejora de la calidad de vida de las personas. Es el objetivo que desde que iniciara su carrera en el campus de Vegazana se ha marcado la doctora en Ciencias de la Salud Leticia Sánchez Valdeón. En julio de 2024 presentaba los resultados de un estudio pionero realizado codo con codo con la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de León que refleja la detección de biomarcadores que predisponen o protegen frente a esta enfermedad.

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Un estudio que además de relevancia científica logra el doble objetivo de llegar de forma directa a los pacientes que participaron en el mismo, más de 500 vecinos de Castilla y León que gracias a su participación han arrojado algo más de luz sobre una enfermedad que es «la pandemia del siglo XXI».

Sánchez Valdeón compagina su labor investigadora con la docencia, e imparte clases en el grado de Enfermería de la Universidad de León y en el Máster de Envejecimiento Saludable y Calidad de Vida. Durante años trabajó como enfermera en el Hospital de León y Atención Primaria, así como en la asociación de alzheimer León.

¿Por qué investigar sobre alzheimer?

Los cinco años de trabajo en la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de León fueron muy clarificadores. Cuando trabajas directamente con la enfermedad, con la persona enferma y con sus familiares, eres espectador director de todas las necesidades que surgen de una enfermedad como es la demencia tipo alzheimer. A partir de ahí, y gracias a que en la universidad se unió un grupo de compañeros de diferentes áreas, decidimos apostar y trabajar juntos en este estudio.

Es importante además visibilizar la enfermedad. Es cierto que a día de hoy el alzheimer está más presente en el boca a boca, pero cuando uno se pone a leer artículos científicos o de prensa nos damos cuenta de que nos encontramos ante una gran pandemia del siglo XXI. Antes asociábamos el diagnóstico de la enfermedad a la edad avanzada, pero ahora nos damos cuenta de que cada vez gente más joven presenta este tipo de deterioros cognitivos y de enfermedades.

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¿Cómo lograr que una investigación de laboratorio llegue a los afectados?

Nos planteamos trabajar sobre los polimorfismos del gen ApoE para llegar un poco más allá y obtener conclusiones a nivel genético sobre cómo la existencia de estos genes predisponen al desarrollo de la enfermedad.

Leticia Sánchez Valdeón en su despacho. Sandra Santos

Nuestro objetivo era que todo lo que hiciésemos en el laboratorio de alguna manera redundase en la persona enferma que se prestó a colaborar con la investigación. Era fundamental incidir en los objetivos del Plan Nacional sobre Alzheimer en diagnóstico precoz y el tratamiento más personalizado y adecuado para el paciente, y al concluir el estudio a cada participante se le entregó un informe con una serie de pautas y conductas saludables que les podían ayudar en función de la polipoproteína que presentasen.

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¿Por dónde pasa el futuro en el tratamiento?

El modelo de atención centrado en la persona ha venido para quedarse. En lo que compete a las demencias y al alzheimer, las últimas investigaciones avalan el hecho de que antes de que aparezca el primer síntoma de la enfermedad, muchos años atrás, la enfermedad ya se ha instaurado. Se habla entre 10 y 12 años. Eso quiere decir que tenemos un tiempo muy importante para poder realizar ese diagnostico precoz e incidir sobre la enfermedad hasta que se conozca el origen concreto y por lo tanto su cura.

¿En qué estáis trabajando ahora?

Queremos ampliar la muestra del estudio y contar con otras comunidades. Escogimos inicialmente Castilla y León por ser una tierra de cruce de caminos a nivel genético. La comunidad tiene aportaciones genéticas del norte de Europa, de la zona mediterránea y el norte de África que la hacen muy interesante. Estamos pensando ampliar a otras comunidades de España y tenemos ya dos lineas de trabajo abiertas. Una relaciona un poco la hipercolesterolemia y las apolipoproteinas con el alzheimer y en otra estamos trabajando con factores ambientales y dietéticos para ver si sabemos algo más de la enfermedad.

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¿Cómo se financian los proyectos?

Los investigadores andamos a la caza de todas las financiaciones que puedan salir, de las entidades que se presten a colaborar. Tenemos una batería de proyectos que vamos presentando y a veces tenemos suerte y otras menos. Tiene que haber para todos y hay mucho sobre lo que investigar. Pero sería muy interesante poder recibir ayudas mucho más directas y mucho más fáciles para poder seguir trabajando.

Los investigadores tenemos la suerte de tener un papel en blanco y decir sobre qué tema queremos trabajar, que objetivos pretendemos conseguir, que hipótesis nos formulamos. Pero detrás de eso tiene que haber una parte económica importantísima porque solos no llegamos.

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