José Antonio González
Lunes, 28 de septiembre 2020, 10:19
En los últimos meses en España se ha hablado mucho del famoso dividendo digital y la necesidad de resintonizar los canales para dejar paso a la llegada del 5G.
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Una tarea que se ha llevado a cabo para dejar libres franjas del espectro electromagnético y ... no hubiera interferencias. Un cruce que, de vez en cuando, ocurre.
Desde hace un año y medio, una pequeña población galesa, Aberhosan, ha estado viviendo una extraña situación. Cada día a las 7 de la mañana, todos los habitantes de la localidad se quedaban sin internet.
Con apenas 400 habitantes, las llamadas a la operadora de telecomunicaciones Openreach eran constantes cada día. Todos reportaban el mismo problema: «La red se caía automáticamente cada mañana a primera hora».
Según informa 'The Guardian', la compañía desplazó hasta la localidad a un equipo de técnicos para tratar de resolver el problema técnico que afectaba al casi medio millar de habitantes de Aberhosan.
Los operarios pasaron días probando conexiones y reemplazando cables hasta que terminaron descubriendo la causa del problema: la vieja televisión de uno de los habitantes.
Según reporta la compañía, el viejo televisor estaba interfiriendo en la banda ancha de la localidad. Como rutina, el vecino de Aberhosan encendía su aparato televisivo cada mañana a las 7.00, momento que coincidía con la caída de la red en toda la población.
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«Como se puede imaginar cuando le indicamos esto al residente, se avergonzó de que su viejo televisor de segunda mano fuera la causa de los problemas de banda ancha de toda el pueblo. Inmediatamente acordó apagarlo y no usarlo de nuevo», señaló uno de los técnicos a The Guardian.
Esta interferencia se trata de un hecho extraño que, incluso, sorprendió a los propios técnicos de Openreach que tuvieron dificultades para encontrar el origen del problema.
La operadora tuvo que enviar a varios ingenieros de la compañía a investigar. No obstante, estos dieron con la causa gracias al empleo de un dispositivo capaz de medir las interferencias eléctricas.
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«Caminamos de un lado a otro del pueblo bajo la lluvia torrencial a las 6 de la mañana para ver si podíamos encontrar un ruido eléctrico que apoyara nuestra teoría. Y a las 7.00, como un reloj, sucedió. Nuestro dispositivo detectó una gran ráfaga de interferencia eléctrica», apuntó el trabajador al medio británico.
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