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Miércoles, 11 de abril 2018, 12:58
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) quiere poner en circulación 100 millones de vehículos cero emisiones antes de 2030 en todo el mundo para cumplir con los objetivos marcados por el acuerdo climático de París.
Además, el Ayuntamiento de París prohibirá que los vehículos ... con motores de combustión se muevan por la ciudad a partir de 2030 y la Unión Europea prevé que el 30% de todos los vehículos nuevos estén equipados con sistemas eléctricos u otros alternativos para ese mismo año.
Para hacer realidad la idea de un transporte libre de gases de efecto invernadero, no solo se necesita suficiente electricidad generada de manera renovable, sino que también son precisos puntos de recarga instalados donde los vehículos se estacionan durante largos períodos como el lugar de trabajo o nuestra casa.
Por eso, Siemens ha apostado por Ubitricity, una startup con sede en Berlín que ha desarrollado una tecnología que permite a los conductores obtener electricidad generada a partir de recursos renovables de la red en casi cualquier ubicación. Esta tecnología podría convertir los vehículos en dispositivos inteligentes de almacenamiento mientras están conectados a la red.
Internamente, la tecnología de Ubitricity abarca tres elementos: un medidor de electricidad inteligente que se incorpora al cable de carga y gestiona la facturación de la batería, un contrato de electricidad móvil que está vinculado al cable de carga y tomas de corriente que se pueden instalar en cualquier lugar, fundamentalmente creando estaciones de conexión a la red.
Conocidos como SimpleSockets (enchufes simples), estas tomas de corriente se pueden instalar de forma económica en parkings, en edificios residenciales y comerciales y en sistemas de infraestructuras existentes como las farolas. En un proyecto piloto, los primeros SimpleSockets se han instalado en docenas de farolas de diferentes distritos londinenses. Los conductores simplemente tienen que estacionarse junto a las estructuras de iluminación urbana y activar el móvil para comprar la electricidad que se les factura directamente.
Para convertir las farolas en puntos de recarga, solo se necesita media hora de trabajo y alrededor de 1.000 euros, lo que supone una mínima parte si comparamos estos costes con los de una instalación de carga independiente. Después de insertar un cable inteligente en la toma, el sistema identifica el punto de recarga y conecta la alimentación. Una vez completado el proceso de carga de la batería, los datos asociados se envían a Ubitricity a través de un enlace seguro de comunicaciones móviles.
Luego, la empresa reenvía los datos a los proveedores de energía móvil, que facturan cada mes a los usuarios la electricidad consumida. «Idealmente, el cable de carga inteligente hará que la recarga de los vehículos eléctricos sea tan fácil como usar un smartphone», explica Frank Pawlitschek, CEO y cofundador de Ubitricity.
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