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Daniel Cabornero
Madrid
Domingo, 16 de julio 2017, 08:14
En apenas cinco minutos al final de una conferencia de casi hora y cuarto. Así fue cómo Thales Alenia Space España presentó el TIRI a la prensa. Este proyecto, cuyas siglas responden a Thermal InfraRed Imager, genera cautela a pesar de que por ... primera vez una empresa española ejerce como principal contratista de la Agencia Espacial Europea (ESA) para satélites de observación.
Durante su TechnoDay 2017, un evento con concurso de ideas y jornada de puertas abiertas, la filial española de Thales dio detalles sobre su centinela. Porque el TIRI es un nuevo instrumento para la misión Sentinel-2 de la ESA; irá a bordo de un pequeño satélite, persiguiendo la órbita de las seis familias de satélites principales y con el fin de recoger datos en infrarrojo.
"Es nuestro proyecto más puntero y de los más bonitos en los que está involucrado Thales España. Un hecho indudable es que cada vez somos más población en el planeta. Por eso, el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos es una necesidad real y este tipo de misiones responden a tal necesidad. El TIRI es un instrumento que va a mirar a la superficie de terreno, no a los océanos", explicó David Gandullo, responsable técnico del proyecto.
La información que obtenga el TIRI, combinada con la vigilancia medioambiental que ya efectúa Sentinel-2, optimizará los recursos hídricos del planeta y su consiguiente producción agrícola. Para su desarrollo, Thales España lidera un consorcio formado con la también española SENER y con la empresa italiana Leonardo, bajo estrecha supervisión desde Thales Francia.
La iniciativa comenzó en 2016 y se espera que la segunda fase dure unos 24 meses, tras la cual quedaría acabada y a la espera de una fecha concreta de puesta en órbita. La innovación del TIRI es que no necesita refrigeración y por ello permite incorporar técnicas de adquisición de datos que, según dijo Gandullo, "hacen que el instrumento sea de alguna forma comparable con otro mucho más voluminoso y costoso".
"Este tipo de instrumentos suelen utilizar detectores fotónicos y se han de refrigerar de forma activa durante el vuelo. Lo que nosotros hemos desarrollado es otra posibilidad: utilizamos microbolómetros que no necesitan refrigeración activa en vuelo, lo que a su vez nos permite relajar los requerimientos de masa y potencia del instrumento", comentó el responsable técnico del TIRI.
Tras haber decidido la arquitectura definitiva del instrumento y sus especificaciones, el plan se encuentra a punto de iniciar su segunda fase; ésta consistirá en realizar un prototipo físico del aparato para reducir los riesgos y aumentar el nivel de la tecnología disponible. Y una vez que lo terminen, Sentinel-2 estará acompañado "a modo de tren" por este pequeño satélite cuyo único instrumento es el TIRI.
El Sentinel-2, junto a Sentinel-1 y Sentinel-3, forma parte del reto de observación del Copérnico. La órbita de esta familia satelital recorre la superficie terrestre cada cinco días; ahora, añadirá gracias al TIRI tres bandas infrarrojas de entre 8 y 12 micrómetros, situadas a ambos lados de este instrumento que es más barato de producir y de menor tamaño que los usados actualmente para las mismas funciones.
Así, el Copérnico es un programa liderado por la Comisión Europea (CE) para desarrollarse a través de la ESA en su centro de operaciones en Darmstadt (Alemania). "Es el sistema de observación de la Tierra más sofisticado que existe, avanza un paso más. En los próximos meses tenemos previsto añadir a la constelación otros dos satélites: Sentinel-5P y Sentinel-3B", afirmó en primavera Jan Woerner, director general de la ESA.
En concreto, la misión de toma de imágenes Sentinel-2 se basa en una constelación de dos satélites gemelos (A y B). Aunque propulsados separadamente, ambos se encuentran en la misma órbita con una separación de 180°. Cada cinco días, entre los dos queda cubierta toda la superficie terrestre, las mayores islas y las aguas costeras y continentales entre las latitudes 84° S y 84° N, mejorando la cobertura global y la provisión de datos.
Cada satélite transporta una cámara multiespectral de alta resolución, con 13 bandas espectrales que aportan una nueva perspectiva de la superficie emergida y la vegetación. "La combinación de la alta resolución y las nuevas capacidades espectrales, así como un campo de visión que abarca 290 km. de ancho y sobrevuelos frecuentes, proporcionará vistas de la Tierra sin precedentes", señaló Woerner.
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